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DESARROLLO Y DECRECIMIENTO; QUIEBRES Y ENCUENTROS


Enviado por   •  5 de Mayo de 2015  •  2.568 Palabras (11 Páginas)  •  159 Visitas

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Un concepto económico que durante los últimos 120 o 150 años ha cobrado un cariz ideológico es el de desarrollo aparejado al crecimiento donde se ha planteado que el uno es la medida del otro y que lo fundamental que debe procurar la sociedad es la dinamización del aparato productivo y el incremento de los intercambios comerciales como única forma de mejorar el nivel de vida general de la población y lograr así el bienestar y felicidad que le ha sido tan esquiva a la humanidad desde el inicio de la civilización.

Es de esta forma como en un contexto de crisis global, que pasa por lo económico lo social y político, donde abordando las diferentes acepciones y las perspectivas desde las que parten en occidente los conceptos de desarrollo y crecimiento se procurará analizar usando este entendimiento un concepto como el de decrecimiento que encierra en sí mismo múltiples elementos, connotaciones e incógnitas y de este modo lograr su comprensión desde un punto de vista diferenciado, no como el decrecimiento del bienestar y la renuncia a la felicidad personal y colectiva sino como un abordaje alternativo del desarrollo, para de esta manera vislumbrar si el tan indeseado decrecimiento tiene algo que aportar en el logro de esos ideales.

Crecimiento y desarrollo

A partir de que la ética del trabajo se instituyó en occidente en ideología dominante por cuenta del pensamiento protestante, donde lo que dignifica al hombre y a las sociedades es el trabajo incesante dejando como marginados de ese modelo de sociedad a aquellos que por algún motivo no pueden contribuir al aparato productivo (Cuartas, 2008) se empezó a generar una dinámica en la cual el acoplamiento al sistema económico capitalista se constituye en reconocimiento por parte del colectivo, además de posibilidad de mejora personal y social, pero por otro lado cuando no se integra o no se genera ese acoplamiento al sistema económico, se es objeto de censura y marginación.

Dadas las características de la ética del trabajo como norma de conducta en la construcción del modelo moderno de sociedad era apenas de esperarse que un concepto como el de crecimiento económico fuera adoptado como la única forma factible en la que se alcanzaría el bienestar general de la población, por lo que desde finales del siglo IXX se colocó al crecimiento económico en un lugar preponderante dentro de los objetivos que los estados deberían alcanzar para lograr sus fines y esta manera de ver las dinámicas económicas se constituiría en columna vertebral de lo que posteriormente se conocería como la “Ética del Desarrollo”.

Es de esta forma como la construcción de vías y rieles, la instalación de nuevas fábricas y la incorporación de mano de obra artesanal y campesina al aparato de la industria, hizo que el trabajo humano se organizara en pos del crecimiento como vía para el desarrollo económico, fines estos para los que el trabajo desorganizado en el campo y en pequeños talleres no contribuía de manera tan eficiente según esta visión, pero donde valdría la pena preguntar encadenando los conceptos de desarrollo crecimiento, felicidad y bienestar, ¿dónde las personas tenían mayores niveles de bienestar y felicidad, en sus pequeñas parcelas y talleres o formando parte de las gigantescas hordas de obreros al servicio de la gran industria?.

Crecimiento y desarrollo se nos presentan como dos caras de una misma moneda donde el uno no se da sin el otro y donde ambos se pueden caracterizar como fines en sí mismos. Pero si damos una mirada más profunda a estos conceptos podríamos concordar con Amartya Sen en el sentido de que crecimiento y desarrollo no representan otra cosa que medios para alcanzar el fin verdadero y fundamental de todo sistema económico que es el incremento de las libertades y los niveles de vida individuales traduciéndose esto en bienestar social general. (Sen, 2000)

Si queremos ampliar aún más el nivel de discusión que nos propone Sen planteándonos la felicidad y bienestar como el punto clave y el verdadero fin de la instauración de cualquier sistema económico, podemos entrar entonces a poner en cuestión sus propios planteamientos sobre el desarrollo del libre mercado como único medio de alcanzar la libertad no solo en términos económicos sino políticos y sociales, y esta puesta en cuestión pasa por la pregunta que planteamos anteriormente en el sentido de si es por la vía de la exacerbación del aparataje comercial e industrial que se van a lograr fines tales como la mejora de la calidad de vida de la población en general, o si por el contrario sería dable proponer el decrecimiento como una alternativa que permita abordar el tema del desarrollo desde una diferente perspectiva.

Las realidades del crecimiento y la ética del desarrollo.

El sistema capitalista propone que el crecimiento económico es la única forma en la que una nación puede considerarse a sí misma como desarrollada, esto apareja el hecho de que toda nación debe buscar un crecimiento continuo de su industria y su actividad comercial tanto de manufacturas como de servicios, midiendo los resultados con indicadores como el PIB y el porcentaje de crecimiento, que se piensan dicientes del nivel de desarrollo que alcanza una nación buscando siempre incrementos en estos indicadores como señal de la salud de una determinada economía.

Pero cuando hablamos de crecimiento vertical e ilimitado nos encontramos con realidades y verdades de a puño que obligan a replantear el discurso del crecimiento constante, y es justamente en este sentido donde no hay realidad y verdad más irrebatible que la cuestión medio ambiental, ya que vivimos en un planeta con unos límites definidos cuya simple física elimina la posibilidad de un crecimiento sin fin del usufructo que los seres humanos hacen de sus recursos. (Latouche, 2007).

Es de esta forma como el cambio climático, el agotamiento de las materias primas energéticas la explotación de los recursos de los países pobres a los que se han tenido que trasladar las grandes industrias tras haber agotado los de sus propias tierras, son temas que merecen toda la atención. Pero que al parecer han desaparecido del discurso oficial, (Taibo, 2010) a su solución no se han puesto ni la voluntad ni los recursos y estrategias necesarios ya que esto implicaría un replanteamiento de la doctrina del crecimiento económico que es impuesta desde organismos multilaterales[1].

Si tomamos en cuenta que el sistema de gobierno y administración estatal actual está ligado al crecimiento de la economía, cuando

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