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Desarrollo Profesional


Enviado por   •  12 de Mayo de 2013  •  2.113 Palabras (9 Páginas)  •  356 Visitas

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El autoconcepto profesional y la motivación

Con lo dicho hasta ahora podemos empezar a explicar mejor algunas de las cosas que ocurren en los ámbitos profesionales, en las empresas. La importancia de los distintos tipos de esquemas que conforman el autoconcepto varía mucho: la influencia de lo que sé de mí como jugador de parchís no es comparable a la de lo que sé de mí como hermano o como profesional. Efectivamente, el grupo de esquemas referidos a mi vida profesional es uno de los más importantes. Siquiera sea tan sólo por la cantidad de tiempo que dedicamos a desempeñar roles profesionales, ya ocuparía un lugar de privilegio, pero es que, además, en nuestra sociedad el papel profesional está valorado por encima de muchos otros. Por tanto, una parte importante de nuestro autoconcepto es el autoconcepto profesional. Igualmente existe un autoconcepto profesional ideal. Éste moviliza los deseos profesionales de las personas y es lo que da respuesta a la pregunta «¿Qué quieres llegar a ser?». Acercarse a ese autoconcepto profesional ideal es una poderosa fuerza motivadora. El modo en que esa fuerza inicial se transforma en acciones útiles que le llevan a uno a la meta de su ideal varía enormemente dependiendo de factores personales —intrínsecos— y de factores situacionales como el estilo de dirección del jefe, el tipo de empresa y el de cultura.

Podemos ver como este elemento para el análisis de la personalidad, el autoconcepto, nos ofrece una nueva perspectiva desde la que entender el funcionamiento de la motivación: puede decirse con fundamento que las personas se hallan motivadas, o predispuestas, a hacer todo aquello que les permita acercarse a su autoconcepto profesional ideal. Por eso los profesionales de los recursos humanos, y en realidad cualquier directivo con intuición, preguntamos a los candidatos en proceso de selección qué desean ser y hacer en el futuro, con qué actividades disfrutan realmente y qué les ha dado mayor satisfacción profesional en el pasado. Intentamos descubrir cómo es su autoconcepto profesional ideal porque asumimos que hará lo posible en su puesto para acercarse a él. Naturalmente hay muchos más elementos que investigar: la intensidad de sus deseos profesionales, su constancia o fragilidad, los valores o reglas dentro de los que aceptará moverse, etc.

Simplificando, podemos decir que las personas desean poder añadir a su autoconcepto esquemas (que habrán de derivar de experiencias) que les ayuden a salvar la distancia entre éste y el ideal.

El drama individual del desempleo, tan vigente en nuestro país, puede ser analizado también desde esta perspectiva: quien pierde su empleo interioriza en sus esquemas enunciados negativos, con mucha frecuencia «autoacusadores», sobre su capacidad. Ser despedido es, en cierto modo, haber perdido la confianza del empleador y, siempre, perder la posibilidad de «alimentar» nuestro autoconcepto. A medio y largo plazo los efectos del paro minan la propia consideración y pueden desembocar en patologías del comportamiento y del ánimo.

Los distintos elementos de motivación que suelen citarse en los libros de management, tales como disponer de poder, la influencia en otros, el sentimiento de alcanzar logros o el trabajar cooperando con otros, cobran pleno sentido al integrarlos con todos sus matices y diferentes intensidades en el autoconcepto profesional ideal de alguien. Cuando los definimos con precisión y entendemos con qué fuerza «tiran» de una persona y por qué (en qué momento y por qué razón llegaron a formar parte de su autoconcepto ideal), es cuando podemos dibujar el mapa personal de los motivos que harán moverse a esa persona a lo largo de su vida.

EL YO PERSONAL Y EL YO PROFESIONAL

Teoría

El sistema del yo se desarrolla en el individuo en virtud de la constante interacción con el medio que lo rodea. Esta forma de ver el yo personal lo denominamos autoconcepto o autoimagen. Ese conjunto de comportamientos organizados del yo personal ejerce una gran influencia sobre el yo profesional.

El individuo desarrolla un yo personal en virtud de sus vivencias y de la relación que, desde el nacimiento y a través de todas las etapas de su vida experimenta con los otros seres y con el entorno.

La formación y desarrollo del yo personal y del yo profesional se dan en forma sistemática y por consiguiente, existe una lógica en la expresión del comportamiento de ambos.

El yo personal determina las características personales que permite a un individuo desempeñar funciones con más o menos éxito.

¿Qué entendí?

El “yo” se va creando en un ser humano con el paso del tiempo, con sus vivencias, experiencias, etc. Se puede decir que es un autoconcepto o autoimagen.

El “yo personal” es la opinión que se tiene uno sobre sí mismo de como es en su vida social, como en su familia, con sus amigos y en todo su entorno. Todos estos aspectos influyen en el “yo personal” de alguien, ya que su manera de comportarse va a ser la reacción al impacto que tenga la relación de todo esto en su persona.

El “yo personal” influye mucho en el “yo profesional”. No se puede haber demasiada distancia entre estos dos comportamientos, sino que hay que relacionarlos y encontrar un punto de equilibrio entre ambos.

¿Con qué me quedo?

Las vivencias, las personas y el entorno en el que vivimos afecta directamente nuestro “yo personal”. Sin embargo, siempre podemos cambiar algunas actitudes y comportamientos que sean incorrectos. Para esto, tenemos que hacer una autoevaluación para identificar los errores para después corregirlos. Por ejemplo, el hecho de que nuestros padres se comporten de una manera, no quiere decir que tengamos que hacer lo mismo; si influyen mucho sobre nosotros pero al alcanzar cierta madurez, uno debe de tomar sus propias decisiones y formarse una autoimagen propia.

El “yo personal” tiene una gran relación con el “yo profesional”. No debe de haber incongruencias entre ambos, sino que siempre tenerlos lo mas relacionados y similares posibles. Por ejemplo, uno en su trabajo se comporta de una manera prepotente, antisocial, fría y cosas por el estilo; y en su casa es un esposo amoroso y cariñoso, que juega y pasa tiempo con sus hijos. Esto nos demuestra incluso hasta cierto grado de inseguridad en esa persona, además de que la gente que está en su entorno laboral lo va a ver como alguien que no es de fiar, ya que se comporta de manera totalmente contraria en ambos lugares.

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