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ESTRUCTURA Y EVOLUCION DEL SISTEMA FINANCIERO

LorenaCabrera15Tesis21 de Abril de 2015

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ESTRUCTURA Y EVOLUCION DEL SISTEMA FINANCIERO

1.1 ESTRUCTURA DEL SISTEMA FINANCIERO

El sistema financiero de Guatemala tiene dos segmentos. El sector financiero formal (regulado), que está conformado por instituciones cuya autorización es de carácter estatal, bajo el criterio de caso por caso, y que están sujetas a la supervisión de la Superintendencia de Bancos, órgano facultado para tal fin. Este sector abarca un sistema bancario y uno no bancario. El primero incluye a los bancos comerciales y a las sociedades financieras, estas últimas, definidas por ley como instituciones especializadas en operaciones de banca de inversión (no captan depósitos y sus operaciones activas son de largo plazo). Por su parte, el sistema financiero no bancario se rige por leyes específicas y está conformado por los Almacenes Generales de Depósito, Compañías de Seguros, Compañías de Fianzas, Casas de Cambio; además, por el Instituto de Fomento Municipal (INFOM) y el Instituto de Fomento de Hipotecas Aseguradas (FHA).[1]

Asimismo, existen instituciones que realizan intermediación financiera cuya autorización responde a una base legal genérica (Código de Comercio) y que no se encuentran bajo la vigilancia y supervisión de la Superintendencia de Bancos. Los intermediarios financieros que conforman este sector, usualmente innovadores, proporcionan los servicios que, por ley, les era prohibido prestar a las entidades reguladas.[2] Entre estos intermediarios puede mencionarse a los “off-shore”, que financian operaciones de comercio; así también las asociaciones de crédito, compañías emisoras y operadoras de tarjetas de crédito y débito, cooperativas de ahorro y crédito, organizaciones no gubernamentales (ONG´s) y otros tipos de cooperativas que proporcionan diversos servicios financieros en las áreas rurales.

1.2 EVOLUCIÓN DEL SISTEMA FINANCIERO

1.2.1 Entorno macroeconómico de la industria bancaria guatemalteca

La economía guatemalteca en la década de los noventa registró un ciclo de altibajos en su crecimiento económico. Por ejemplo, en 1992, 1995 y 1998 se registraron expansiones de la actividad económica con tasas de crecimiento de aproximadamente 5% en términos reales. No obstante, luego de esas expansiones del ciclo económico, se registraron desaceleraciones. Son comunes los factores que incidieron, durante el período, tanto en los procesos de auge como en los de desaceleración. Entre los principales factores que influenciaron el auge económico están: el incremento de la demanda interna, principalmente por el crecimiento del consumo privado; y, el incremento en la actividad comercial vía mayores exportaciones. Por su parte, entre los factores que determinaron los procesos de desaceleración están los siguientes: la disminución en el dinamismo de las exportaciones; la sobreoferta de productos primarios en el mercado internacional; desventaja en los términos de intercambio derivado de bajas en los precios internacionales de los productos exportables; el nivel de las tasas activas del sistema bancario, que influyeron directamente en una reducción de la inversión; caída en la demanda de productos guatemaltecos por parte del resto de los países centroamericanos, que al igual que Guatemala registraron tasas de crecimiento económico desfavorables; y, factores de carácter político, que incrementaron la incertidumbre de los agentes económicos.

Uno de los aspectos más relacionados con el crecimiento económico es el crédito al sector privado, de ahí la importancia que tiene la tasa de interés activa en el proceso de inversión. Sin embargo, para el análisis de la industria bancaria es necesario contar con elementos adicionales que ayuden a visualizar la relación que debe existir entre el crecimiento y el crédito. Lemus, R. (2000) por ejemplo, analiza la industria bancaria y el crédito desde el punto de vista de la profundización financiera, la cual debe ser congruente con un indicador adecuado de elasticidad crédito/PIB, el cual permite comparar en determinado momento una situación de variación del crédito, que puede estar por abajo o por encima del crecimiento económico. Así, para el caso de Guatemala, con un coeficiente de profundización financiera promedio del 24% durante el período de análisis le correspondería un coeficiente de elasticidad del 3.3%, indicador que al mismo tiempo debería relacionarse con el comportamiento registrado del nivel de la tasa de interés activa del sistema bancario, en cuanto a las variaciones de esta última.

En efecto, como se aprecia en el gráfico 1.2, la evolución de la elasticidad refleja un ligero sobreendeudamiento con respecto al PIB únicamente en los años 1992,1995 y 1998, lo cual coincide con las expansiones del crecimiento económico para esos años (ver gráfico 1.1). Por otro lado es importante resaltar la baja elasticidad reflejada en los años 1990,1993,1996,1997,1999 y 2000, lo cual coincide directamente, como se ve en la siguiente sección, con incrementos considerables registrados en el nivel de la tasa de interés activa para esos años. Por ejemplo en 1990, se dio una baja considerable de dicho coeficiente, llegando incluso a ser negativo. [3]

1.2.2 Tasas activa y pasiva: margen promedio

En el gráfico 1.3 se presenta la evolución de la tasa activa y pasiva, ambas son un promedio anual ponderado.[4] El nivel registrado en el período de la tasa pasiva, no sufrió un incremento significativo respecto a 1989, comparado con el ajuste hacia el alza que experimentó la tasa activa; por el contrario la tasa pasiva evidenció a partir de 1994 un comportamiento descendente bastante considerable, llegando a alcanzar en 1997 el nivel más bajo del período (5.0%).

En cuanto al comportamiento de la tasa activa, ésta tuvo una variabilidad más acentuada con relación a la tasa pasiva, registrando un fuerte ascenso de 1989 a 1990 ubicándose durante este año en 22.6%, con un incremento de 6.6 puntos porcentuales. En 1992, dicha tasa descendió a 21.2%. Sin embargo en 1993, la tasa activa llega a ubicarse en 25.7%, siendo este el nivel más alto de todo el período. Posteriormente se evidencia una caída de la misma hasta ubicarse durante 2000 en 20.0%.

No obstante la baja mostrada por la tasa activa durante los últimos años, el margen de intermediación (spread) pasó de 8.1 en 1989 a 14.7 en 1996, siendo este último un valor claramente alto según estándares internacionales.[5] Durante 2000, el spread se ubica en 10.0%.

FUENTE: Banco de Guatemala.

En el cuadro 1.1 se puede ver el comportamiento del margen de intermediación financiero, cuyas variaciones responden en mayor medida a los movimientos hacia el alza de la tasa activa y hacia la baja de la tasa pasiva.

CUADRO 1.1

GUATEMALA: TASAS DE INTERÉS Y SPREADS 1/

AÑOS 1989 – 2000

- PORCENTAJES –

AÑO

ACTIVA DIFERENCIA

INTERANUAL

PASIVA DIFERENCIA

INTERANUAL

SPREAD

1989 16.0 13.0 3.0

1990 22.6 6.6 14.5 1.5 8.1

1991 22.1 -0.5 14.0 -0.5 8.1

1992 21.2 -0.9 11.3 -2.7 9.9

1993 25.7 4.5 13.7 2.4 12.0

1994 20.2 -5.5 7.6 -6.1 12.6

1995 22.2 2.0 8.2 0.6 14.0

1996 22.4 0.2 7.7 -0.5 14.7

1997 16.4 -6.0 5.0 -2.7 11.4

1998 18.1 1.7 6.2 1.2 11.9

1999 20.6 2.5 9.8 3.6 10.8

2000 20.0 -0.6 10.0 2.0 10.0

FUENTE: Banco de Guatemala

1/ Promedio ponderado del sistema bancario

Nota: Hasta el 15 de agosto de 1989 fijaba las tasas de interés.

De lo anterior se deduce que para entender el comportamiento del spread es útil entonces concentrar la atención en el análisis de la tasa activa.

1.2.3 Dimensión y monetización del sistema

Desde una perspectiva sectorial, el funcionamiento del sistema financiero, pese al volumen reducido de fondos que intermedia, presenta un número relativamente elevado de entidades y sucursales en relación al inicio del período. En ese sentido, el sistema financiero guatemalteco registró en los últimos diez años un crecimiento persistente en cuanto al número de instituciones y a su infraestructura física. En efecto, han surgido nuevos intermediarios en el sector (ver cuadro 1.1). Como se observa, en 1989 existían 20 bancos, mientras que en el 2000 se registró un total de 32.

Así, durante el período se experimentó un incremento de 14 instituciones bancarias (70%). Al mismo tiempo, en los últimos años los servicios bancarios se han extendido a todo el país mediante el establecimiento de más sucursales. A finales de 1990 el número de las mismas ascendía a 248, mientras que en el año 2000 habían alcanzado en

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