Economia Internacional

La apertura económica que experimentó Colombia a principios de los noventa, fue uno de los muchos pasos que dio el continente Suramericano para integrarse a la economía global.

En Colombia la decisión de adoptar éste modelo se produjo luego que una política proteccionista dominó el intercambio comercial con otros países durante varias décadas; como resultado del proteccionismo, el mercado nacional se había saturado con productos locales, de tal manera que el poder de compra era inferior a la oferta. En adición, los precios de los productos nacionales se habían incrementado con el tiempo y el control de calidad se había deteriorado por la falta de competencia. Frente a ésta situación, la administración del presidente Colombiano César Gaviria adoptó la política de apertura.

Este hecho significó una amenaza potencial para la economía Colombiana ya que cuando se abrieron las puertas al cambio no se tomaron las medidas suficientes para poder asumir la competencia extranjera. Los analistas la califican como indiscriminada y letal para las empresas porque fueron mayores las importaciones que las exportaciones y se incrementó el contrabando.

Muchas industrias no lograron sobrevivir a la competencia y sectores enteros de producción desaparecieron, muchas pequeñas y medianas empresas fueron liquidadas. Para los consumidores, o al menos aquellos consumidores cuyo poder de compra no fue afectado por la desaparición de ciertas industrias, la apertura significó mayor variedad de productos a precios más bajos, de alta calidad y con tecnología de punta.

A comienzos de la década del noventa el país se enfrentaba a un desempleo del 9%, y ocho años después de instaurar la apertura éste se encontraba en el 18% con tendencia a la alza. Agregado a esto, se empobreció también la agricultura pues se abrió irresponsablemente la economía a las importaciones indiscriminadas, afectando especialmente al sector agropecuario. La crisis que vivió el sector financiero y del cual apenas empieza a salir, tuvo que ver con el incremento de cosas suntuarias que llegaron del exterior que para adquirirlas la gente sacó créditos, lo que implicaba aumento del endeudamiento que después se vieron en dificultades para pagar y se desencadenó la cultura del no pago, la devolución de bienes a la banca y el incremento de la cartera morosa de la misma.

Pero la apertura no solo nos afecta en lo económico sino también en lo social y en lo cultural, la alineación cultural, la pérdida de identidad. La cultura de los Colombianos cada vez más débil y fácil de manipular, debido a una mentalidad tonta que se ha ido arraigando en nuestros compatriotas, las nuevas tendencias, la moda y demás aspectos que van de acuerdo con la época hace que la cultura vaya perdiendo valor y cada vez se vea menos de nuestros antepasados gracias a que el modernismo los ha matado poco a poco.

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