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El Sistema de Precios


Enviado por   •  23 de Marzo de 2017  •  Resúmenes  •  5.708 Palabras (23 Páginas)  •  256 Visitas

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El Sistema de Precios

Ya hemos definido que el precio es la expresión, en unidades monetarias, del sacrificio que las personas hacen para obtener algo que consideran valioso. Quien compra prefiere el objeto comprado a la cantidad de dinero que entrega a cambio del objeto, y quien vende prefiere la cantidad de dinero que recibe al entregar el objeto.

La valoración es subjetiva y no cuantificable. Sin embargo, en cualquier tiempo y lugar, hay suficiente coincidencia entre las valoraciones de muchos individuos como para que el mercado pueda establecer una tendencia que refleje la mayoría de ellas. El mercado plasma, en un dato objetivo, una multitud de valoraciones subjetivas. Ese dato objetivo es el precio, resultado de la interacción de muchos vendedores y muchos compradores.

Si no contáramos con precios expresados en unidades monetarias, la determinación del valor de intercambio de varios productos nos obligaría a visualizar mentalmente una columna para cada producto. El dinero, que sirve como denominador común y unidad de medida, permite expresar el valor de intercambio de una multitud de bienes en una sola columna.

Tabla 1.

Las columnas centrales de la Tabla 1 establecen el valor de intercambio recíproco de tres productos. La columna de la derecha hace innecesarias las otras tres.

Los precios relativos

En abstracto y en forma aislada, el precio de un objeto no tiene significado alguno. Su significado se deriva de la comparación que hacemos entre ese precio y todos los demás precios.

En última instancia, nos interesa comparar precios para asignar eficientemente nuestros recursos, es decir para satisfacer, en la mayor medida posible, nuestro conjunto ilimitado de necesidades y deseos con nuestros limitados recursos.

Supongamos que, con esfuerzo, un individuo podría pagar US$300 mensuales para amortizar una deuda. La Tabla 2 contiene los precios de diferentes cosas que desea y el tiempo que tardaría en pagar cada una, si la comprara al crédito:

Tabla 2

Este rudimentario sistema de precios permite que el individuo compare varias satisfacciones, entre ellas y con el sacrificio que representaría pagar cada una. El sistema de precios, que es el conjunto de los precios vigentes, coloca cada precio en relación con los demás precios.

En el mercado, se intercambian bienes y servidos por bienes y servidos. El dinero es nada más un intermediario. Nuestra capacidad de compra está limitada por nuestros ingresos pasados si pagamos al contado, y por nuestros ingresos futuros si nos endeudamos.

Nuestros ingresos no alcanzan para comprar todo lo que deseamos, y es esta circunstancia la que nos obliga a escoger y a comparar. Los precios relativos son los precios de las diferentes cosas expresados, no en unidades monetarias, sino en unidades dé los demás bienes. Por ejemplo, según los datos de la Tabla 2, el precio relativo de la guitarra sería el viaje + un pago mensual adicional. No podríamos establecer objetivamente el precio relativo de la guitarra, si no contáramos con un sistema de precios nominales, es decir, expresados en unidades monetarias.

La mente humana, confrontada con una multitud de precios, tabula instintivamente los datos y efectúa las comparaciones. No busca resultados precisos. Solamente le interesa la precisión mínima necesaria para poder comparar el sacrificio exigido (el precio) y el costo de oportunidad de cada satisfacción potencial.

Dos caras de una misma moneda

El mercado no es un lugar, sino un proceso, puesto en marcha por la interacción de millones de comparaciones y preferencias individuales, que se manifiestan en las compras y las ventas.

En el mercado, la influencia de cada persona es imperceptible pero, tomadas en conjunto, las compras y las ventas de todas las personas son las que empujan la producción y el consumo hacia el equilibrio.

Remitimos al estudiante a la lectura complementaria del tema anterior, Utilidad Marginal. En su Tratado de Economía Política (1803), el economista francés Juan Bautista Say desarrolló una idea que ya encontramos en La Riqueza de las Naciones (1776) de Adam Smith: En la medida en que una persona o una sociedad ofrece, en esa medida puede demandar.

Ofrecer significa aportar al mercado bienes y servicios. Demandar significa acudir al mercado para abastecerse de bienes y servicios. No se trata de intenciones. En el mercado, se ofrecen y se demandan cantidades concretas de una multitud de cosas.

No puede ofrecer quien no tiene capacidad de producción, y no puede demandar quien no tiene poder de compra. Para toda familia y para toda sociedad, la propia oferta es el límite de la propia demanda.

El dinero, que sirve para expresar el valor de intercambio de todos los bienes en unidades comunes, es un bien económico, como los demás bienes que se compran y se venden en el mercado. Recordemos que los bienes económicos no saturan, tienen utilidad marginal positiva y una unidad más siempre es deseada.

La función de demanda

Para un artículo cualquiera, la función de demanda relaciona el precio con la cantidad demandada. Si se trata de manzanas, éstas son demandadas en cantidades mayores cuando su precio es bajo. Digamos que el precio normal de una libra de manzanas es Q5.00. Una señora llega al mercado con la intención de comprar una libra a ese precio. Pero resulta que la libra de manzanas cuesta Q3.00. La señora compra tres libras. El precio más bajo la induce a comprar manzanas para preparar pasteles y postres, cosa que no habría hecho si éstas costaran Q5.00.

La función de demanda de esta señora relaciona P = Q5.00 con Q = 1 libra y P = Q3.00 con Q = 3 libras, en donde P es el precio y Q la cantidad demandada. Si suponemos que el comportamiento de esta señora se repite diez mil veces, tenemos la demanda social, o la demanda de mercado, que es la suma horizontal de las demandas individuales.

En un sistema de dos ejes, con el precio P de una libra de manzanas en el eje vertical y la cantidad Q en el eje horizontal, la función de demanda de manzanas es una línea de pendiente negativa:

Gráfica 1: Demanda de manzanas.

Recordemos que una línea es una sucesión de puntos. En la función de demanda, cada punto relaciona un precio con una cantidad. La pendiente negativa nos indica que el precio y la cantidad se mueven en sentidos opuestos: Cuando el precio sube, la cantidad disminuye, y cuando el precio baja, la cantidad aumenta. Esta es, precisamente, la ley fundamental de la demanda: Las variaciones del precio producen variaciones

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