El liderazgo y el Empowerment

El liderazgo y el Empowerment

Empowerment es una palabra inglesa que tienen para varias acepciones según el contexto en que se use. Literalmente el término se refiere a “otorgar un poder” o “autorizar”, esto se usa en aspectos legales como otorgar un poder o autorizar a una persona que actué en nombre y representación de otra, ya sea física o moral y se le conoce como “apoderado”

En otro aspecto, se puede entender como “potencializar”, esto es, incrementar el potencial de una persona o grupo de personas que se están entrenando para un cierto fin específico; para no solo hacer, sino que tengan la capacidad para tomar decisiones sobre la marcha y tomar la ruta que más convenga para la realización del objetivo encomendado, fuera de la dirección, supervisión o vigilancia de un líder o un jefe. Esto es, adquirir la libertad para actuar fuera del contexto planeado en función de las circunstancias que se presentan en el momento de actuar.

Los equipos de trabajo tienden, y en algunos casos, tienen que trabajar estrictamente bajo los protocolos establecidos en forma general para el desempeño de una cierta actividad con la finalidad de definir si los resultados son legalmente aceptados o no. Como es el caso de las operaciones policiacas, de bomberos, protección civil, militares, etc., operaciones donde pueden estar en juego bienes de personas y vidas humanas. O bien, operaciones burocráticas cuya finalidad es hacer valer las disposiciones legales, como los derechos de los gobiernos frente a la población en el cobro de impuestos, registros poblacionales, inspecciones de propiedades, auditorias fiscales, etc. Los protocolos tienen la finalidad de definir y deslindar (en su caso) responsabilidades de las personas que actúan como autoridades y en su caso, se ejecutan bajo una orden judicial.

Las operaciones gubernamentales activas, como las policiacas, de bomberos, de protección civil; son autónomas y actúan en el momento que haya que hacerlo, sin una planificación u orden judicial dentro del marco de acción indicado en el protocolo correspondiente. Esto es contrastante con las operaciones gubernamentales pasivas, en la que las acciones se tienen que llevar a cabo bajo una orden con estricto apego a un procedimiento de ley y en su caso, a una estricta planificación; no hay autonomía para los actores, si acaso tendrán algunos grados de libertad. Como es el caso de las auditorías fiscales, embargos, inspecciones, el alcoholímetro, la verificación vehicular, etc. y todas aquellas acciones que vulneren los derechos de los ciudadanos.

En el ámbito empresarial es la “misma historia”, aunque en este caso el conocimiento, capacidad y experiencia de los actores les ofrece una mayor autonomía de acción y que a su vez esta es directamente proporcional a la responsabilidad adquirida.

Desde hace 15 000 años que “emergimos” de la “edad de hielo”, el ser humano a tratado de hacer que el esfuerzo y el trabajo realizado para lograr un fin sea cada vez más eficiente (más y mejores resultados por el mismo trabajo). Esto se hizo patente a mediados del siglo XX, cuando el control del aspecto económico de los negocios dejo de estar en manos de los comerciantes para pasar a manos del consumidor. Al consumidor le fue otorgado un poder del que antes no gozaba, esto es, el poder de decidir que comprar y que no comprar y donde hacerlo. A partir de 1950 se inició este cambio; el poder del consumidor empezó ser notable a partir de la década de los 60’s; en nuestros días está adquiriendo un poder extraordinario, obligando a los comerciantes a unirse en carteles y a formar grandes monopolios tanto gubernamentales como “privados”. El poder del consumidor ha hecho la competencia encarnizada, las guerras de precios (ofertas) son noticias todos los días y los empresarios están en busca de reducción de costos para poder disminuir los precios (aumentar la demanda, uno de los factores primordiales de la competencia), en este punto es donde entra en juego el liderazgo.

Los empresarios y comerciantes se dieron cuenta, que el modelo de dar órdenes a los subalternos a cambio de un salario, donde estos no tienen voz ni voto y solo tienen la obligación de obedecer,

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