La Excelencia Fuera De Contexto

La excelencia fuera de contexto.

Aprendí que la calidad o la excelencia no es propia de las cosas, sino es de las personas que hacen cosas de calidad.

Para poder lograr algo de calidad se necesita ser constante, es decir no por hacer cosas grandes se llega al éxito, sino por hacer cosas pequeñas o grandes, pero sin interrumpir y siendo lo más constante que se pueda. Ésto, en la escuela se podría aplicar cuando tienes un trabajo o una materia, por grande o no que sea, siempre debes tomarlos como importantes y a pesar de todo si tú eres bueno y le pones empeño siendo constante sin interrumpirlo lograrás un resultado de calidad. Todo es cuestión de actitud.

La excelencia y la calidad a su vez está ligada con la exigencia, y no necesariamente exigencia de ti hacia los demás sino por el contrario, de ti a ti mismo.

Para llegar a ser un buen estudiante debes de tener un nivel de exigencia reflexiva elevado para así lograr resultados de calidad, ya que no es bueno aquel que sólo exige a los demás (como a los maestros), desde mi punto de vista primero debemos saber exigirnos nosotros mismos antes de exigir algo a los demás. Además de que en todo proceso de trabajo organizado se requiere que mínimo exista un nivel básico de disciplina sin llegar a que la escuela o el estudio sea como un cuartel lleno de reglas y especificaciones porque muchas personas tienen ideas erróneas de disciplina y piensan que en la escuela se debe seguir un régimen muy estricto y éstos se olvidan por completo del verdadero significado de disciplina en el trabajo imponiendo y uniformando a los subordinados a su gusto. Olvidándose de que la disciplina bien entendida es con fin de crear un ámbito de libre expresión.

Es preciso mencionar que la disciplina existe para dar espacio a la libertad. En un ambiente estudiantil sin disciplina es muy dificil mantener relaciones sanas entre los mismos compañeros de salón o de equipos.

Hay que aprender que mi libertad no se encuentra limitada por la de los demás sino que la libertad de los otros no es mi límite, es mi misión. No debemos relacionar que la libertad de los otros es el límite al que debemos sujetarnos sino más bien a el destino a la que la mía se remite.

Otra dimensión de la exigencia con la que todos los empleados deberían de contar es el esfuerzo, que es lo que se añade a la exigencia personal o reflexiva. Pues una de las más grandes cualidades del hombre es su capacidad de esfuerzo.

Todo puesto requiere de esfuerzo, aunque unos mayores que otros, todo recae en esfuerzo que es un punto clave de la calidad o excelencia que se quiere lograr. El esfuerzo se encarga de superar problemas o dificultades que tenemos en el camino.

Muchas veces se piensa que sin esfuerzo se puede llegar a las metas, pero esto no es cierto, ni en el ámbito laboral ni en el personal, pues para todo se necesita esfuerzo y dedicación. Por ejemplo: de nada sirve a una escuela tener un estudiante que no se esfuerce ni se interese por nada, es decir no tiene metas en la vida y no es una persona de calidad, por lo tanto no tiene resultados de excelencia y no se cumple con las expectativas que tiene tanto el como sus tutores o profesores que lo apoyan.

El esfuerzo implica de manera natural el requerimiento de concentración. El hombre que esforzándose al máximo no alcanza objetivos de valor, debe encontrar la causa en sí mismo, en lugar de buscarla en su alrededor. Es decir, las dificultades que se nos presentan, no están en el ambiente ni en nuestro alrededor sino en nosotros mismos. Un buen estudiante, busca sus debilidades y trata de trabajar en ellas para modificarlas y bajar el nivel de dificultad en el que se encuentra o que se le atravieza para lograr sus metas.

Aunque pareciera que la excelencia humana

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