La Historia de la Economía

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS

ESCUELA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN FINANCIERA

CONTABILIDAD FINANCIERA Y ADMINISTRATIVA

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“Si no se puede medir, no se puede mejorar”

KEVIN ESTUARDO PÉREZ MATUL

CARNET 92019016

SECCIÓN “B”

GUATEMALA, ABRIL 26 DE 2,019

Si no se puede medir, no se puede mejorar.

Más de una vez hemos escuchado la frase “lo que no se puede medir, no se puede mejorar”, es probable que no hayamos considerado en la relevancia que puede tomar en nuestra vida diaria. Por ejemplo, cuando decidimos cambiar nuestros hábitos alimenticios y hacer dieta para bajar de peso, es fundamental saber cuál es el punto inicial, definir un objetivo y monitorear con una frecuencia determinada, si se están cumpliendo los objetivos para cumplir la meta, de lo contrario, no podremos determinar si lo que estamos haciendo (comida, ejercicio, etc.)  está funcionando, porque no existe un parámetro.

En situaciones cotidianas, es hasta cierto punto, fácil definir cuáles son los parámetros de medición, y cuáles son los puntos críticos. Sin embargo, la misma situación se presenta en una organización. Y es que el carácter competitivo del ser humano, considera fundamental ser mejor que otros, o mejorar a medida que el tiempo pasa, para tomar decisiones que ayuden a alcanzar las metas. Considerando puntualmente las empresas lucrativas, es cierto que ofrecen empleo a la población, que pueden representar un desarrollo a la sociedad, pero su fin último es generar ganancias, ser los mejores en las actividades que realizan y compararse con otras industrias para definir si las acciones que se toman, son las más adecuadas.

Por lo tanto, es evidente que existe la necesidad de “medir para mejorar”. Imaginemos el surgimiento de los primeros mercados, en donde el trueque era la base. Era necesario evaluar si el cambio era de beneficio para ambas partes, o determinar hasta qué punto se iba a sacrificar alguna ventaja para satisfacer una necesidad. Con el paso del tiempo y la especialización de los mercados, se hace necesario desarrollar herramientas de medición que permitan evaluar el comportamiento de las actividades económicas. Es en este punto, en donde se genera el concepto de contabilidad. La contabilidad es una disciplina que permite clasificar, registrar y resumir la actividad financiera de una empresa. Esta herramienta es fundamental para poder medir el desempeño de una empresa, para comparar su comportamiento a través del tiempo, respecto a industrias similares y respecto a industrias ubicadas en zonas geográficas cercanas.

Luego de que surge el concepto de contabilidad, se tiene el inconveniente de que cada individuo o entidad define sus propios parámetros de medición, alineados al propio criterio, y, por lo tanto, se tiene la complicación de que no son comparables entre sí. Por ejemplo, para alguien, puede ser más importante, hacer la mayor cantidad de intercambios, lo que podría traducirse como mayor cantidad de ventas, para otro, puede ser más importante la forma en la que se utilizan los recursos disponibles.

Con el paso del tiempo, los mercados se internacionalizan, y con esto, la contabilidad. Ante esta situación, surgen en 1973 se establece el IASC (The International Accounting Standards Committee), como un convenio entre países de todo el mundo. El resultado de este organismo es la generación de las NIC. Estas normas permiten generar información financiera comparable, con criterios en común y aplicables a industrias en todo el mundo. Estas normas fueron aceptadas por muchas organizaciones en todo el mundo, para poder presentar su desempeño a potenciales inversionistas más allá de los mercados locales. Esto da una gran apertura al mercado, dando oportunidades de crecimiento y expansión de las industrias.

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