ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Mercadotecnia


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2012  •  2.075 Palabras (9 Páginas)  •  312 Visitas

Página 1 de 9

La conquista espiritual y militar que la Corona ejerció sobre la Nueva España consideró, desde los primeros tiempos, la embriaguez y los abusos en la venta y distribución del vino como males que se debían evitar. Para tal fin no sólo en el siglo XVI sino también en los siguientes, observamos el esfuerzo que empleo el gobierno civil y eclesiástico por normar y legislar sobre las bebidas embriagantes. El abuso de ésta obstaculizaba el desarrollo de las virtudes cristianas en el hombre y también dificultaba el avance económico afectando la fuerza de trabajo dada por el indígena. Las leyes promulgadas sobre los diferentes aspectos de las bebidas embriagantes pretendieron organizar su venta y distribución para frenar la injusticia, es decir, los fraudes y los males sociales que de éstas se desprendían.

Él vino se hizo presente en la Nueva España en el siglo XVI y llegó para quedarse a pesar de las muchas prohibiciones reales que se dieron durante la Colonia. Actualmente constituye una fuente de riqueza en algunos estados de la República.

El primer antecedente de la presencia del vino europeo en la Nueva España fue precisamente cuando los españoles desembarcaron

en suelo Azteca. Bernal Díaz el Castillo relata que el 17 de agosto de 1521 se sirvió un banquete, en el que se bebió vino, en honor de Hernán Cortés. En este convivió sirvió el vino un hombre llamado Juan Bello, soldado de Cortés, de quien recibió el encargo de cuidar y servir el vino cuando fuese necesario. Este encargo hizo que Juan Bello se convirtiera en el primer escanciador o cantinero del Continente Americano.

Los españoles establecidos en la nueva España recibían él vino procedente de España. Cada año partían desde Cádiz, con destino a Veracruz, dieciséis barcos de buen tonelaje, entre otras cosas transportaban el vino dando un total anual de dieciséis mil arrobas de peso de este producto.

Los barcos, sin embargo, a veces no llegaban a Nueva España en el tiempo previsto y los pobladores se inquietaban por no contar con el suficiente y necesario vino para el consumo diario.

El fraile Martín de Valencia, deseando asegurar el vino para la celebración de la santa misa y para no estar sujeto a la llegada del navío, trajo sarmientos de vides españolas y portuguesas para sembrarlos en tierras novohispanas. Otros frailes también sembraron viñedos en otros lugares, donde se situaban las misiones apostólicas. Así, sabemos que hubo viñedos desde la Villa Rica de la Veracruz hasta las Californias. Las vides crecieron en Tehuacán, Puebla, Huejotzingo,

Michoacán., Guanajuato, Aguascalientes, Querétaro y Coahuila, entre otras poblaciones.

En pocos años, los viñedos americanos produjeron vinos que eran tan buenos como los vinos españoles. Aquellos se producían en tal abundancia que comenzaron a mermar las solicitudes de vinos españoles. Esta fue una de las causas por las que, más tarde, la Corona prohibiera la producción del vino en estas tierras. No por ello la Nueva España dejó reproducir este preciado líquido.

En la primera mitad del siglo XVI la población novo hispana se iba perfilado en su desarrollo sociocultural. En este proceso, el gobierno se ocupó de normar y legislar sobre las bebidas embriagantes, en las que se contemplaba el vino. No sólo se controlaba el transporte, venta y distribución de este, sino también se evitaban los fraudes y desórdenes que pudiesen venir por la falta de control de este producto.

El primer documento, que se halla el Archivo Histórico de la Ciudad de México, que habla sobre el transporte del vino es el acta de cabildo número 126, del 28 de septiembre de 1526. En ella se disponen las normas para evitar los fraudes y engaños que los arrieros solían hacer. Textualmente dice:

... que cuanto a los arrieros que traen vino a esta ciudad hacen muchos fraudes en dicho vino, y... dicen que se les sale y lo dan por corrupción... por ende queriendo proveer en ello

ordenaron y mandaron que de aquí en adelante, la persona que hubiere de dar vino a cualquier arriero para que traiga, a esta ciudad, le dé 3 azumbres al tal arrieros o persona que trajera el dicho vino (y éste) sea obligado a entregar en esta ciudad, enteramente las dichas ocho arrobas sin faltar cosa alguna de ellas, y si algo faltare el dicho arrieros sea obligado apagar el dicho vino, como a la sazón valiera en esta ciudad. Y quien ningún abrieron o persona que trajera dicho vino sea usada de echar en ello agua ni hacer otra falsedad so pena de cien azotes y de pedimento de todo el flete de las cargas del vino en que pareciere que así hizo la dicha falsedad y lo mandaron pregonar públicamente a lo cual se pregonó este dicho día en la plaza de esta ciudad en presencia de mucha gente que allí estaba.

Fue medida propicia para evitar, en parte, la adulteración del vino y los engaños que los arrieros acostumbraban hacer. Gracias a las severas penas para quien cometiera esos delitos se detuvieron, por un considerable tiempo, estos males.

Más tarde se les impuso a los arrieros traer la tercera parte del total de su carga de vino, a fin de cuidar que no faltara esa bebida entre los pobladores de la Nueva España. El acta número 733, del 29 de noviembre de 1535 asentó esta disposición.

La venta del vino fue también normada por las leyes emanadas del gobierno

civil. Cuidaban que a los indios y negros no se les vendiese la bebida embriagante para evitar que se afectase la economía por incumplimiento al trabajo, ya que negros e indios fueron la principal fuerza de trabajo en la época colonial.

El acta 888 del cabildo, del 21 de julio de 1538 (vol. 3, f. 632ª) asienta:

... que no vendan vino ni a negro ni a negra, ni indio ni india ni se lo den en gracia ni en trueco de otra cosa ni en pago de deuda directa o indirecta... so pena de pedimento de la mitad de todos sus bienes, la tercera parte para la Cámara y el Fisco de Su Majestad y la otra tercia parte para esta ciudad y juez que lo sentenciare y so pena de destierro perpetuo esta Nueva España.

La pena incluía a muchas personas beneficiadas en el caso de que tuviesen culpa y esto hacía

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (12.1 Kb)  
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com