Negociación intercultural

La economía en su conjunto se ha proyectado como un elemento necesario y característico desde el inicio de la sociedad. Desde épocas remotas, el ser humano busco la manera de comercializar productos para suplir necesidades básicas; excedentes de un producto por carencias de otro es una práctica inherente a las personas que no necesita de grandes conocimientos económicos. Sin embargo, a medida que nuevos sucesos y factores se presentaban en la palestra mundial, el desarrollo y buen funcionamiento de la economía comenzó a atravesar procesos de complejidad sin una capacidad de respuesta inmediata para hacer frente y evitar ciertos sucesos lamentables para diferentes países en materia económica.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial son dos instituciones creadas bajo esa premisa especifica; resguardar a como dé lugar la salud de la economía mundial, propendiendo por desarrollar todo proceso necesario para tal hecho sin importar las consecuencias. Si bien es cierto que dichos organismos han sido fundamentales en los últimos años, han dejado mucho que desear en términos del manejo equitativo y desinteresado de sus funciones, en sus manos poseen el control de instituciones que, de ser manejadas correctamente, podrían velar por un desarrollo económico sostenible para todos los países por igual. Lamentablemente, ambas herramientas se han prestado en diversos casos para secundar intereses particulares que benefician a unos pocos, dejando a un lado la totalidad de países que necesitan un apoyo económico claro y justo para consolidar y emprender su desarrollo.

El nacimiento de las mencionadas entidades y su establecimiento siempre estuvo condicionado por un factor preponderante; Estados Unidos. País que asumió tal responsabilidad por ser el flamante vencedor de la segunda guerra mundial y quien dictaba el nuevo orden en términos económicos, situación por la que a día de hoy se critica fuertemente la injerencia del país americano sobre el FMI y el BM. Estados Unidos posee el 16.56% del poder de voto total dentro del Banco Mundial, cuestión que se da por haber sido el principal socio fundador y quien mayor cantidad de recursos aportó. Sin embargo, dichos aportes han servido para manejar a discreción diferentes decisiones que deberían estar libres del tinte político.

En segundo lugar y no menos importante, el Banco Mundial ha sido fuertemente cuestionado por apoyar proyectos que van en contra del desarrollo sostenible, la perdurabilidad de ecosistemas de alto riesgo y la población vulnerable. La Represa Sardar Sarovar en India que desplazo a más de 240.000 personas, o el Esquema de Desarrollo Polonoreste en Brasil que desforesto grandes áreas del Amazonas son algunos de los casos que, con el pasar de los años, han multiplicado el eco de las críticas hacia esta institución. Si bien es cierto que el Banco Mundial necesita recuperar el dinero que presta, sus políticas no deberían promover proyectos que atenten contra las condiciones básicas del ser humano; ver al hombre como un elemento manejable para favorecer intereses económicos ha sido uno de los principales errores por los que se han despertado toda clase de señalamientos en propios y extraños.

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