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Normalizacion De Lo Informal


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2012  •  1.582 Palabras (7 Páginas)  •  1.629 Visitas

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Atenor de las manifestaciones que se están produciendo en los últimos tiempos, parece crucial reconducir el debate sobre el cannabis, de forma que quede bien separada, en todo lo que sea posible, la visión de los expertos en salud pública de la del resto de ciudadanos, instituciones, etc. que quieran manifestarse sobre el tema. Es un hecho que las sociedades toman decisiones como pueden ser autorizar el uso de armas entre particulares en USA, la pena de muerte en muchísimos países, la enseñanza obligatoria hasta determinada edad, el uso obligatorio del cinturón o la prohibición de fumar tabaco en espacios públicos contando o sin contar con los informes de los profesionales. Desde esta perspectiva, alguien puede decidir luchar por lo que cree su derecho a cultivar plantas de marihuana o a fumar cannabis tranquilamente en un lugar público sin ser sancionado. La perspectiva del experto es sin embargo muy distinta; en relación con el debate que nos ocupa debe realizar informes con las evidencias que tiene a su disposición acerca de los peligros o ventajas que resulten del uso y abuso, de los efectos que tiene una mayor accesibilidad a las sustancias o de la perdida de la percepción de peligrosidad.

Es muy importante que ambos discursos no se entremezclen, de forma que el ciudadano de a pie sepa si está ante los planteamientos de un movimiento social o ante datos con alguna base científica. Pero a veces, deliberadamente o no, se crea cierto confusionismo utilizando sesgadamente datos empíricos para apoyar las tesis defendidas. El caso más paradigmático, como sabemos todos, es el del "cannabis terapéutico". ¿Qué tendrá que ver que el cannabis tenga propiedades antieméticas para las personas que están sometidas a una quimioterapia con el consumo recreativo de dicha sustancia? Creo que poco. Sin embargo no hay debate sobre la legalización del cannabis en el que no se aborde dicha cuestión. Y, como consecuencia de dicho malentendido, mucha gente acaba con la idea de que el cannabis no tan solo no es malo, sino que es terapéutico y que sólo oscuros intereses de algunos grupos impiden la legalización de un producto tan útil.

¿A qué conclusión nos llevan nuestros estudios –a veces, es cierto, insuficientes como expertos acerca de la prevención del uso y del abuso de las drogas legales e ilegales? Pues a insistir en que las medidas más eficaces comprobadas son disminuir la accesibilidad, elevar los precios, conseguir que los potenciales usuarios tengan una percepción negativa, ejercer una presión social contra su uso, eliminar la publicidad… y, en bastante menor medida, la prevención en la escuela y en la familia. Esto es totalmente valido para el alcohol y el tabaco, y es el sentido que tiene la actual Ley sobre el tabaco: dificultar el acceso y el uso de esa sustancia. En los países de nuestro entorno donde se aplican restricciones importantes al alcohol y al tabaco está disminuyendo su consumo. ¿Por qué iba a funcionar con distinta lógica el cannabis, cuando sabemos por diversos estudios que la ilegalidad no es actualmente un acicate para su consumo?

También como profesionales sabemos acerca de las importantes limitaciones de las políticas preventivas y de las prohibicionistas. Su aplicación puede explicar, en el mejor de los casos, una disminución limitada del consumo y de los problemas que acarrea. Se hace trampa por tanto cuando se insiste en el fracaso de las políticas prohibicionistas y de la prevención en la medida en que no han hecho desaparecer el problema. ¡Nunca va a desaparecer el problema¡ Cierto es que la trampa ya nace desde los mismos prohibicionistas cuando creen que las leyes y la policía van a ser elementos absolutamente determinantes. La prevención y la prohibición tienen una eficacia –cuando la tienen forzosamente limitada. Pero, en términos de salud pública, una disminución de un 2% o un 3% sobre una conducta de riesgo determinada es un éxito importantísimo.

Desde los movimientos procannabis se pone acento acerca de que muchos de los efectos secundarios del cannabis se deben a su actual estatus ilegal. No soy un experto en temas como la corrupción o el blanqueo de dinero, y sólo diré que veo difícil la desaparición de estos fenómenos gracias a la legalización; a menos que prácticamente se regalase el cannabis legal, siempre habrá un espacio para el negocio ilegal. Pero sí conviene aclarar el tan manido problema de la adulteración. Entiendo que como ciudadano es muy injusto que te ofrezcan menos de lo que tú crees que estás comprando, pero desde el punto de vista de la salud pública no conozco estudios que muestren que los adulterantes habituales del cannabis sean más perjudiciales que el propio cannabis.

Volviendo al tema de la normalización del consumo (de cannabis, de tabaco, de éxtasis…), sabemos que facilita el inicio más temprano y aumenta la prevalencia, retrasa

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