PRESUPUESTO Y NEOLIBERALISMO

PRESUPUESTO Y NEOLIBERALISMO

INTRODUCCIÓN

En el sentido económico, los últimos 36 años, la visión neoliberal predominó en el proyecto de Egresos de la Federación pugnando por un Estado mínimo, que está al servicio de las fuerzas del mercado y haciendo uso del concepto de instrumentos como: estabilidad macroeconómica, superávit primario, disciplina fiscal, rescate financiero en lo energético y más signos de inercia económica.

La dinámica económica se impuso bajo el principio de que las mercancías debían generar su propio mercado y en caso de no hacerlo, el mercado las expulsaba.

Al iniciar éste sexenio, el discurso del presidente argumentó que entre sus propósitos principales, se encontraba el fin del neoliberalismo y el inicio de una era post-neoliberal, lo anterior, sea quizá tema de debate; la finalidad de éste ensayo se enfoca en la traducción de esas intenciones y la realidad a la que se enfrenta el país, su participación en los mercados y las políticas que determinan la designación de presupuestos.

Palabras clave: Neoliberalismo, Presupuesto, Gobierno, Política, Estado.

DESARROLLO

Una de las expresiones que más se usa en términos económicos es el de Desarrollo, entendiendo por éste un avance en el sentido cualitativo, sin embargo, desde la perspectiva del neoliberalismo, el Desarrollo no significó ese avance general y equitativo que se manifestaba en su discurso. Por tanto, El Desarrollo no significa necesariamente crecimiento cuantitativo, ya que se asemeja más bien al concepto de despliegue cualitativo de potencialidades de complejidad creciente.

Por el contrario, el neoliberalismo ha venido a implantar desigualdad, pobreza, despojo, abuso y malas prácticas por parte de los Gobiernos, ésta crítica se refleja en la visión de algunos autores, quienes visualizan al desarrollo desde una perspectiva más crítica; en su libro “La invención del Tercer Mundo”, Escobar da un ejemplo del costo del desarrollo al citar parte del discurso de las Naciones Unidas de 1951:

“Hay un sentido en el que el progreso económico acelerado es imposible sin ajustes dolorosos. Las filosofías ancestrales deben ser erradicadas; las viejas instituciones sociales tienen que desintegrarse; los lazos de casta, credo y raza deben romperse; y grandes masas de personas incapaces de seguir el ritmo del progreso deberán ver frustradas sus expectativas de una vida cómoda. Muy pocas comunidades están dispuestas a pagar el precio del progreso económico” (Escobar Arturo, 2007:20)

(United Nations, 1951: I).

Tales críticas pueden ser el origen de la lucha que se propone el actual gobierno para eliminar las prácticas neoliberales, al definir en el discurso del actual presidente una lucha en contra de ese sistema, así como las iniciativas y planes que incluyen programas, y presupuesto que enfatizan de manera reiterada el contexto social. Sin embargo, no todo puede ser tan determinante, ya que estamos delante de un panorama de largo historial, las prácticas y todo un sistema no pueden eliminarse con la sola intención de hacerlo, de poderse llevar a cabo, tendrá que ser resultado de una secuencia, del constante seguimiento de dichos planes. Por segundo año consecutivo vemos una orientación de recursos a programas sociales, más de los que se hayan destinado antes en otras administraciones, como ejemplo, el Banco de Bienestar que transfirió cerca de 300 mil millones de pesos a familias pobres, así como el descongelamiento de los salarios mínimos, y un esfuerzo (aunque hasta ahora insuficiente) de incrementar la recaudación. Gómez Hernán, (septiembre 12, 2019) .

Por otro lado, la crítica nos lleva a ser objetivos y ver que como ya se ha explicado, que el actual Gobierno no es del todo antineoliberal pues al analizar el Proyecto de Presupuesto,

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