PRODUCCION DE OLIVOS EN ARGENTINA

Instituto Don José de San Martín

Primer cuatrimestre del 2022

Geografía

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“La producción de olivos en Catamarca, San Juan y La Rioja”

Integrantes:

Cristiano, Juan

Lazcano Koch, Tomás

Molinillo, Guadalupe

Cuello, María Paula.

Docente:

Moura, Facundo

INTRODUCCIÓN:

El presente trabajo de geografía se enmarca en una investigación sobre la producción de olivos en San Juan, Catamarca y La Rioja.

Su finalidad es analizar y explayar la elaboración de aceitunas de mesa y la extracción de aceite de oliva. Para elaborar este trabajo se recolectaron datos sobre sectores productores de olivo. En América, el principal productor olivarero es Argentina, en las provincias de San Juan, Catamarca y La Rioja. Se logra producir en estas provincias ya que el olivo necesita suelos pobres y no tolera el exceso de humedad, por lo tanto, no se podría producir en provincias como Buenos Aires, la cual tiene un alto porcentaje de humedad en el año. Se necesita un clima con una temperatura de entre 15° C y 20° C. Este tipo de cultivo tolera heladas fuertes pero el frío extremo puede dañar los frutos, por lo tanto, tampoco se podría producir en provincias como Tierra del fuego, Antártida e Islas del Antártico Sur, donde la temperatura promedio anual es de 8°C.

El olivo es un cultivo poco exigente en suelos para su desarrollo, pero necesita suelos profundos y bien drenados, por lo que, por las condiciones climáticas de la provincia de Catamarca, requiere de un sistema de riego que permita su desarrollo en zonas áridas. Asimismo, la aridez del ambiente, favorece el cultivo, ya que evita la incidencia de enfermedades del cultivo.

La producción de aceitunas y aceite de oliva es una actividad en pleno crecimiento en nuestro país, el cual se incrementó significativamente en los últimos años, especialmente en la región noroeste.

Catamarca: Es la provincia con mayor producción olivarera del país destinada al aceite, con alrededor de 19.000 hectáreas dedicadas a este cultivo.

La producción olivícola es muy reciente; la edad de las plantaciones promedia los 10 años y es producto de modelos de producción primaria e industrial con la más moderna tecnología.

San Juan: En esta provincia se produce olivos debido a las producciones climáticas que ofrece. Posee 13.000 hectáreas para la producción de olivos.

La olivicultura en esta zona es una actividad económica de destacada importancia y tradición, dado que sus características edafoclimáticas permiten obtener productos de reconocida calidad.

La Rioja: Esta provincia es el principal productor y exportador de aceituna y aceite de olivos la cual posee 27.000 hectáreas de superficie implantada.

La olivicultura, uno de los sectores productivos más antiguos y representativos de esta provincia y de la historia aceitunera nacional, se desarrolla principalmente en el departamento Arauco, lugar de origen del cultivar homónimo de mayor difusión en el país.

DESARROLLO:

 Las actividades olivícolas comprenden principalmente dos subsectores industriales muy importantes para el desarrollo y crecimiento de la economía regional argentina: la producción de aceitunas de mesa y la extracción de aceite de oliva. Ambos comparten las mismas materias primas, alrededor del 60% lo absorbe la producción de aceite de oliva y el resto se destina a la elaboración de aceitunas de mesa, lo que depende, entre otros factores, de la disponibilidad varietal y del precio internacional del producto.

Una aceituna es un fruto comestible que contiene una semilla, varía en tamaño según la variedad, y es de color verde, tornándose morado o negro cuando madura. Los principales componentes de las aceitunas son el agua y el aceite. Por la composición de este aceite (y los oligoelementos que contiene), la aceituna se considera un producto de alto valor nutritivo y biológico. La producción de aceite de oliva consiste en la extracción del aceite del fruto utilizando el menor número posible de procedimientos mecánicos con el fin de conservar en lo posible las propiedades y propiedades del zumo de aceituna obtenido. Para producir 1 litro de Aceite de Oliva son necesarios entre 4 y 5 kilos de aceitunas lo cual resulta en un rendimiento de entre el 18% y 24% de peso de Aceite en relación al peso de las Aceitunas procesadas para obtenerlo.

Argentina tiene un roll importante en la produccion, con 5% de la producción mundial de aceitunas de mesa, mientras que el porcentaje del aceite de oliva ascendería a 0,9%. Nuestro país ocupa el 7° y 10° lugar en el ranking global de producción olivarera.

Argentina está ubicada geográficamente en la región del hemisferio sur, lo que le otorga las condiciones climáticas y de suelo favorables para este cultivo. El olivo se cultiva en el país entre los 25° y 40° latitud sur. El olivo se considera un cultivo poco exigente en suelos para su desarrollo. Se desarrolla bien tanto en suelos calcáreos^[1] como en silíceos^[2], pero requiere suelos profundos y bien drenados. El cultivo se desarrolla en clima templado cálido, con inviernos cercanos a cero grados. Los climas secos lo favorecen por la menor incidencia de enfermedades criptogámicas^[3].

Las tres mayores zonas argentinas para la producción del olivo son La Rioja, Catamarca, San Juan, entre otras.

En Argentina, la actividad olivícola ha sido una producción tradicional en las zonas irrigadas. Al inicio de la década de los 90, Argentina contaba con un total de 29.500 hectáreas (ha) implantadas con olivos, distribuidas principalmente en las provincias de Mendoza, San Juan y Córdoba. Con alrededor de 3 millones de plantas, la producción promedio rondaba 140 mil toneladas de aceitunas, de las cuales aproximadamente 50 mil toneladas se destinaban a conserva y el resto a la producción de entre 6.000 y 8.000 toneladas de aceite de oliva. Mendoza producía el 70% del total de aceite y el 40% de la aceituna de mesa, mientras que La Rioja elaboraba otro 40% de las aceitunas en salmuera.

A partir de entonces, con la aplicación de la ley de diferimientos impositivos, la importancia relativa de las distintas regiones productivas comenzó a cambiar, ya que permitió canalizar beneficios fiscales en inversiones con plantaciones de olivo en provincias y/o regiones marginales con dificultades para el desarrollo agropecuario. De esta manera ingresaron al circuito productivo los valles áridos de La Rioja, Catamarca y San Juan, con fuertes limitantes climáticas y de infraestructura.

Hacia fines de 1998, en el país había un total de 71.000 ha., comprometidas a plantar con olivo, de las cuales el 70% correspondían a variedades aceiteras y doble propósito, y el 30% a variedades de conserva.

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