Periodismo Digital: el gran reto de los medios

ENSAYO PERIODISMO DIGITAL: EL GRAN RETO DE LOS MEDIOS

Periodismo Digital: el gran reto de los medios

Danilo Eduardo Villarroel Silva

RESUMEN

Las nuevas tecnologías han obligado a los medios tradicionales a complementar su manera de difundir el mensaje. La publicidad, informes especiales, archivos, tarifarios, galerías históricas, avisos clasificados, promociones y retroalimentación, han sido también transformados en elementos virtuales generando así la participación de lectores, televidentes, radioescuchas y cibernautas.

Con el aparecimiento del internet y las herramientas digitales se habla de un quinto poder, que de a poco es asumido por ciudadanos con todos los equipamientos necesarios para poder comunicar determinado acontecimiento. Sin embargo, también se cuestiona la veracidad de estas noticias debido al tratamiento de percepción mas no de técnica del cibernauta.

Se sugiere como conclusión que los periodistas y quienes se forman en las universidades, fortalezcan con mayor frecuencia ejercicios prácticos de manejo de herramientas digitales y lenguaje técnico HTML, a fin de permitir una verdadera preparación de los futuros colegas en la práctica del oficio.

Palabras clave

Hipertexto: es el nombre que recibe el texto que en la pantalla de un dispositivo electrónico, permite conducir a otros textos relacionados.

Comunicación: es el proceso mediante el cual se puede transmitir información de una entidad o persona a otra.

Cibernauta: Persona que mediante un ordenador y a través de la red informática Internet accede a bases de datos y se comunica con usuarios conectados a la red.

El Diccionario de la Real Academia, define al periodismo como la “captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades”[1].

En Ecuador, el ejercicio del oficio nace en momentos que se requerían reflexiones morales, difusión de ideas, justicia y libertad. Fue Eugenio Espejo quien el 5 de enero de 1792, publica el primer ejemplar de Primicias de la Cultura de Quito.

Tras este ejercicio de difusión un tanto artesanal desde el punto técnico, aparecen otros intentos de masificar el mensaje con similares fines. Así, se ponen en marcha ejemplares de corta vida como La Gaceta de la Corte de Quito (1809), El Patriota de Guayaquil (1821), El Quiteño Libre (1832), El Tiempo (1821) hasta los más actuales como El Comercio (1906) o El Universo (1921).

Este breve recuento histórico permite aterrizar en una reflexión: la necesidad de la sociedad de estar informada más y en menos tiempo. Basta recordar que los contenidos en estos medios eran lo más parecido a escritos literatos que a géneros noticiosos. Las grandes extensiones de párrafos hacían suponer que los lectores debían tener el tiempo suficiente para poder ojear una información. En fin nacían los medios y un estilo que se mantuvo casi hasta la década de los 90.

Ninguno de estos medios, predijo que su evolución en el siglo XXI llegaría a ser vertiginosa a tal punto de abandonar en gran medida su tradicional forma de hacer periodismo y pasar en menos de 15 años, a formar parte de otro mundo con audios, imágenes en movimiento y animaciones gráficas que nada tenían que ver con su tradicionalismo mediático.

Con el aparecimiento del internet, los medios radiales, escritos y televisivos, debieron adoptar otros conocimientos que eran impensables para su estilo. Un ejemplo: la radio nunca se habría de transmutar en imágenes, fotografías o en video. Hoy debe hacerlo como parte de las estrategias comunicacionales. La prensa escrita, tampoco pudo prever que algún día, debía manejar software de edición de video y técnicas de producción televisiva. Eso explica también por qué hoy en día, las grandes empresas desarrollan hardware con posibilidad de capturar imágenes en audio, video de gran calidad. Luis A. Albornoz, en su libro “Periodismo Digital, los grandes medios en la Red” refiere sobre los primeros pasos que han dado los periódicos para enlazarse con la modernidad así como la necesidad de buscar un nuevo producto periodístico con los retos que se presentan a diario debido al avance de la tecnología.[2]

Es ahí donde nace el periodismo digital. Quim Gil[3], en su artículo ¿Qué es un periodista digital?, distingue no solo periodismo electrónico sino periodismo en red.

Según sus artículos el primero sería simplemente trasladar los usos y contenidos de la prensa tradicional a internet. Pero, el verdadero periodismo digital es el de la red ya que este nuevo tipo "rompe con la comunicación lineal y unidireccional" e implica una serie de cambios fundamentales respecto a las rutinas del periodismo tradicional (en papel, radio, tv o trasladado a la red).

Por su parte, Concha Edo Bolós[4], en su artículo: “El lenguaje periodístico en la red: del texto al hipertexto y del multimedia al hipermedia” señala que "el elemento básico de todo sistema de trabajo es el enlace o, mejor, el conjunto de enlaces. Todos deben de estar integrados en una secuencia lógica y accesible, jerarquizada o basada en la asociación de ideas, que invite a completar el recorrido previamente estructurado por el periodista con todas las facetas que se conocen hasta ese momento del acontecimiento relatado".

Según palabras de Ramón Salaverría[5], "es la especialidad del periodismo que emplea el ciberespacio para investigar, producir y, sobre todo, difundir contenidos periodísticos". Esta nueva área del periodismo tiene que ver directamente con el desarrollo de las nuevas tecnologías y muy especialmente desde finales del siglo XX.

En este contexto, no solo basta con desarrollar contenidos para los medios tradicionales para luego los mismos elementos subirlos a una plataforma digital. El periodismo digital va más allá y hay que considerarlo como un género propio, con sus propios reglamentos y condicionantes. Su extensión, la fotografía, los titulares, la inmediatez, el tratamiento informativo, la direccionalidad del mensaje y por supuesto el target al que se pretende enviar el mensaje.

“El Quinto poder”

La última conferencia del español Ignacio Ramonet[6], denominada “La explosión del Periodismo”,

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