Salir jugando, ¿cosa de estrategia o de suerte?

Salir jugando, ¿cosa de estrategia o de suerte?

En los últimos 19 meses ha habido muchos cambios sociales, en octubre del 2019 se gatilló un estallido social, producto de descontentos por parte grandes grupos sociales por como se estaban haciendo las cosas principalmente políticas. Esto trajo unos meses de incertidumbre, que tuvo como consecuencia tanto salidas de inversiones del país como el impacto en pequeñas PYMES, por ejemplo, en los alrededores del centro de Santiago. Posterior a esto, comienza el desarrollo de la pandemia, con resultados desastrosos en cada arista de la vida en sociedad, desde la política, pasando por lo económico hasta incluso en la salud mental de cada ciudadano del mundo y del país.

Estas dos crisis consecutivas se presentaron de imprevisto y la totalidad de sus consecuencias aún no las sabemos. Lo que si sabemos, es que si bien a la gran mayoría le ha golpeado fuertemente en el ámbito económico, hay algunos casos en los que pasó exactamente lo opuesto, por lo que resulta obligatoria la pregunta de ¿Qué pasó?, ¿Cómo hay casos en los que la pandemia los ayudó a surgir y potenciar su rubro?, ¿Fue suerte?. Frente a estas interrogantes, postulo que estos casos son resultados de una mixtura de suerte y de una buena estrategia organizacional.

Primero, defiendo el argumento de suerte, ya que independiente de que tan efectiva sea una organización con respecto a anticiparse a futuros y actuar consecuentemente según ellos, va soportado por una cuota de suerte, ya que depende del rubro en el cual se desempeña. Por ejemplo, las empresas cuyos giros se consideran esenciales, han tenido menos barreras a la hora de afrontar las dificultades y han podido seguir desarrollando su trabajo, que, si bien puede verse disminuido por las cuotas de demanda, no han sido inhabilitados por completo como sí ha pasado en otros rubros. Para ejemplificar lo que expongo, comento un caso personal, en el que a fin del 2019 comencé con un emprendimiento de fabricación de muebles, el cual, si bien resulto afectado en su volumen de ventas, no ha cerrado nunca, ya que el giro de fabricación de muebles es considerado como esencial, por lo cual he podido comprar, vender y moverme por todo Chile ejerciendo sin mayores dificultades. Contrastando esto, hace unos años estuve en el rubro de fabricación de bicicletas, que, si hubiese desarrollado en estos meses, habría sido muy difícil, por no decir imposible, ya que la cadena de suministros, la de ventas y la de obtener permisos para moverse y ejercer, han sido completamente eliminadas.

Pero inmediatamente después de la suerte de “estar en el rubro correcto” (considerado esencial), está la dificultad de ejercer correctamente el rubro, y es lo que ya es responsabilidad de la organización respectiva. Es imperativo que una organización piense en más que el día a día, ya que, siguiendo con esa estructura, algún día será distinto y no sabremos como actuar frente a eso. La manera de corregir eso de manera sistemática, es implementar una estrategia de ambidiestría, la cual Leatherbee M. (2014) define las aristas de Explotación, referida al desarrollo y mantenimiento de aquella organización en el corto plazo y la Exploración, que se enfoca en el largo plazo, dedicando recursos a la investigación y desarrollo de nuevas líneas de negocio o productos, “explotar las tecnologías maduras con eficiencia de la mano de la creación de nuevas tecnologías y mercados donde la flexibilidad, autonomía y experimentación son preferidas”. (Tushman M., 2014). Lo anterior, aplicado en el mismo ejemplo del párrafo anterior, lo puedo acercar comentando que durante el primer semestre del 2020 me capacité de manera constante en el uso de softwares que ayudan tanto en la eficiencia de tiempo en el diseño de nuevos proyectos (corto plazo), como también para acercarme a los clientes de manera remota, ya que mediante videollamadas puedo sacar adelante algunos trabajos al apoyarme en la visualización por computador de cómo quedaría el resultado final, además de lograr captar clientes de fuera de Santiago porque disminuía la barrera de tener que hacer el proceso previo a la instalación de manera presencial. Esta estrategia la tomé en parte por el estado de ánimo de aquel momento. Durante el primer semestre de 2020 no sabía que mi giro era considerado esencial, por lo que no salí casi nada en los primeros tres meses de cuarentena, pero debido a mi estado de ánimo de optimismo y de no rendirme, me capacité y logró grandes resultados. Por esto es importante tener en cuenta los estados de ánimo, ya que estos “pueden modificar las posibilidades que tenemos; cambiar los estados de animo puede cambiar directamente nuestros mundos” (Flores F., 2015).

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