UN GRAN ENSAYO EMPRESARIOS EMPRENDEDORES

CONCEPTUALIZACIÓN DEL EMPRESARIO

Para aproximarnos a una verdadera definición de empresario, es importante conocer aproximaciones que realizaron economistas e historiadores acerca de esto los cuales iremos desarrollando en este ensayo, se dará una breve reseña de cómo ha sido la contribución de los empresarios para el desarrollo de la sociedad. A mediados del siglo XVIII en Francia asociaban al empresario como aquella persona que asumía riesgos, que vivía con incertidumbre constante porque tranzaba negocios de una forma esperando en un futuro beneficio o pérdida. Pero había quienes afirmaban que esta incertidumbre era adquirida al momento de poner los precios de venta ya que no se sabía si este precio era razonable para adquirir los resultados esperados. Realizaremos además, una comparación del concepto del empresario de antaño y cómo ha evolucionado con el pasar el tiempo y se ha convertido en empresario moderno.

Los textos trabajados, nos dan a conocer la forma en la cual han actuado los empresarios con el fin de lograr optimizar los recursos de los empresarios, ya sea invirtiéndolos en proyectos que sean de gran beneficio para los gerentes de las compañías para las cuales ellos laboran, teniendo en cuenta el papel que ellos asumen internamente y el riesgo e incertidumbre que les puede generar en su día a día.

Desde tiempos remotos los empresarios se consideran aquellos agentes de la economía que ayudan al desarrollo social de una de determinada sociedad. A estos personajes se les puede atribuir el nombre de héroes o villanos según como manejen las economías, la función de ellos siempre va dirigida hacia el mismo objetivo; “obtener ganancias para el desarrollo de su empresa y personal”. Algunos de ellos actúan de buena fe realizando lo que normalmente tiene que hacer sin tener que perjudicar a nadie, mientras que hay otros que no les importa pasar por encima de las personas para obtener los beneficios que requiere la empresa y sus beneficios propios.

Según algunos economistas como: Smith, Mill y Marx para llegar a ser un buen empresario ellos tenían que saber distinguir de los recursos invertidos, cuales beneficios fueron de tipo empresarial y cuáles de capital.

Otros economistas como Marshall y Warlas de la economía neoclásica, no le daban a los empresarios créditos y se atrevían a afirmar que para que la economía se mantuviera existían factores diferentes tales una buena organización interna dentro de las compañías y las condiciones de la industria, considerando al empresario como un factor de menor importancia dentro del desarrollo de la misma.

Pero ya a finales del siglo XIX Sombart le volvió a dar los empresarios un papel destacado dentro de la economía planteando virtudes como considerándolos como la templanza, silencio, orden, decisión, diligencia, sinceridad, justicia, ponderación, limpieza serenidad castidad, y humildad. El empresario en sus inicios denominado como Burgués era un hombre que estaba moldeado por estas cualidades que según la visión de este autor eran necesarias para logra el éxito, pero en el mundo moderno creo que son principios que podemos cultivar para ser mejores personas, mejores profesionales y empresarios con liderazgo.

 “Aquellas personas que poseen todas las características que son necesarias para la feliz ejecución de una actividad empresarial”. Esto dicho de otra forma ellos poseen “la moral de los negocios” que consistía en unas normas de comportamiento de cara al mundo exterior para y en los negocios. Sombart daba a conocer al empresario como aquella persona que a pesar de ser un buen negociador y obtener los mejores resultados, era una individuo que tenía que actuar de buena fe en su vida personal, una persona que tiene que tener especial confianza en sí mismo cumpliendo con los objetivos planteados y tratando de cultivar y mantener estos principios y/o virtudes pues esto ayuda a elevar su mentalidad económica y su buena administración que consistía, según él, en la prudente relación entre ingresos y gastos con el fin de lograr un lucro para las compañías y que en nuestra opinión, la buena administración de los recursos hoy en día consiste en lo mismo, es decir, gastar menos de lo que se gana.

El empresario tiene otra importante virtud, además de las mencionadas, que es de prever eventualidades futuras, para lograrlo,  es importante tener en cuenta que no se debe permitir que mis gastos no deban sobrepasar mis ingresos, al contrario de esto tratar de ahorrar lo que más se pueda para lograr este fin. El buen uso de la riqueza es otro punto importante para el hombre de negocio pues el reflejo de su moral y sus principios no podemos estar siempre en función del dinero, aunque la visión de un empresario es la obtención de ganancia, ésta en cierta medida debe también aportar un beneficio a la sociedad, ser un emprendedor social que aporte y deje huella con su negocio, que además de satisfacer las necesidades tenga un aporte social,  ambiental y cultural. Por eso traigo una frase muy acorde “¿De qué nos vale todo el dinero del mundo si no podemos mirar alegremente el cielo?” (Sombart, 1972/1977, p.166). El dinero no lo es todo ya el crecimiento empresarial no es la acumulación de la riqueza sino como lo describí antes es también pensar en la parte social ya que esta verdadera finalidad de los negocios y de los empresario realizarse como personas y aportar innovaciones a la humanidad.

Sin embargo, surgió la mentalidad ahorrativa los empresarios quienes se vieron en la necesidad de ahorrar para adquirir más riquezas y esto se veía como medio para adquirir la felicidad. Pero Sombart afirmaba que dada esta perspectiva el hombre cambia su entorno personal cambiando todo por obtener ganancia en los negocios que realizaba. Esto absorbe por completo a los empresarios y su vida personal ya no tiene el mismo sentido que tenía en un comienzo, su atención se centra en la optimización de los recursos y la obtención de ganancias convirtiendo el interés en la empresa como su mayor objetivo. Si un empresario obtiene las ganancias que estaba esperando siempre va buscar seguir obteniendo más y más y si no las obtiene buscará la forma ya sea con nuevos negocios pero la consigna es la misma “la consecución de ganancias”, no habrá punto en el que se detenga.

Con la consecución de estos recursos los empresarios comienzan a valorar más la magnitud de una suma de dinero, con esto ellos van a tener un sentimiento de poder, sentir placer por obtener lo que esperaban, y es aquí cuando entran en afán de realizar todo a la mayor velocidad posible para seguir hacia adelante.

Ya con la entrada y surgimiento del capitalismo los principios del buen empresario cambian por completo, ya que el fin de ellos se convierte en vender y vender sin importar la calidad de los productos que ellos están ofreciendo, todo con el fin de obtener buenas ganancias, pero ellos no se dan cuenta de que esto no les va durar por mucho tiempo, ya que el consumidor final va llegar a un punto en el que diga “esto que compre no es lo que esperaba” es allí cuando las ganancias de los empresarios van a tender a disminuir porque la demanda de dichos productos ya no va a ser la misma. Como se mencionó antes un gran empresario debe tener presente que siempre tiene que ofrecer un producto con buena calidad, esto tratando de minimizar los recursos empleados para tal fin, pero si cambiar la mentalidad de ofrecer lo mejor.

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