Un buen líder es previsor, trabaja en sí mismo, es influyente, intuitivo y sabe cumplir procesos.

LIDERAZGO

Un buen líder es previsor, trabaja en sí mismo, es influyente, intuitivo y sabe cumplir procesos.

Así como es influyente, atrae a las personas que tienen características similares a este. Es decir, si el líder es asertivo tenderá a atraer personas asertivas, si el líder es arriesgado tenderá a atraer personas arriesgadas, entre múltiples ejemplos. Atraerá hacia si personas semejantes como si fuera un imán de personas afines.

Esto no quiere decir no atraerá personas distintas en algunos aspectos, las atraerá y se complementarán, pero es más probable atraiga gente afín que diferente de sí mismo.

Una vez que atrajo a un grupo de personas, el buen líder buscará establecer conexión con ellos, llegando a su corazón de diversas maneras antes de pedir su apoyo o le ayuden a realizar cualquier labor y en el plano organización se propone ganarse una persona a la vez, haciendo sentir a cada persona especial y apreciada.

Además, consideran el primer contacto lo tienen que dar ellos para establecer conexiones con los grupos de interés y no de manera contraria.

Con una conexión establecida va a tratar de establecer círculos íntimos entre sí mismo y las personas a manera los integrantes del círculo íntimo mutuamente vayan desarrollándose, creciendo y logrando en equipo las metas se propongan por muy complicadas puedan parecer.

En este círculo los integrantes se motivarán a sí mismos y apoyarán a los demás, buscarán personas afines a los principios del círculo para hacerlo más nutrido y diverso.

Teniendo un círculo establecido, el líder delegará responsabilidades a los integrantes del mismo de acuerdo a sus cualidades y destrezas, otorgándoles recursos, autoridad, responsabilidad y maniobrabilidad para explotar el potencial de cada uno al máximo. De lo contrario, sabe habrá conflictos entre los integrantes del círculo y este puede estancarse, incluso romperse.

El líder ejerce influencia moral sobre sus compañeros y se vuelve una fuente de inspiración y un ejemplo a seguir para los integrantes, los cuales aprenderán de ellos y se transformarán en líderes, atrayendo nuevos compañeros y formando sus propios círculos íntimos.

Los líderes establecidos van guiando y dan la pauta a seguir para que los futuros líderes se desarrollen de manera plena, y viceversa, los líderes en desarrollo aprenden y toman como ejemplo a los líderes con quienes se relacionan.

Cuando un líder atraviesa dificultades requiere otro líder (ya sea mentor o discípulo) para que lo oriente y lo ayude a sobreponerse a las adversidades que surjan.

Retomando el tema de las conexiones, el primer objetivo de los buenos líderes es que las personas den su apoyo al líder antes de a la idea, si la gente acepta primero al líder es probable acepten su visión y permitirle cambiar sus paradigmas. Por el contrario, si el líder se enfoca que la gente acepta la idea sin antes aceptarlo a este, corre el riesgo la gente se vaya con otros líderes con los cuales se sientan identificados.

Por esta razón, los líderes primero intentan atraer con su persona y después con su visión. Saben que si a la gente le atrae el líder y la idea, seguirán a ambos.

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