Valor Artistico

INTRODUCCIÓN

En los tiempos pasados y en los momentos actuales, ha existido siempre un debate sobre si lo que estábamos viendo en una exposición era o no arte, si poseía más o menos valor. A partir de la aparición del impresionismo (a finales del siglo XIX) un reducido grupo de entendidos se estrujaron la cabeza, más que nunca, intentando comprender si aquellos nuevos cuadros tenían algún valor artístico. La mayoría se reían o se enfurecían por el atrevimiento e inmoralidad de las nuevas aportaciones. Los artistas tuvieron que exponer sus cuadros en un salón no oficial. La gente visitaba dicho salón como una atracción de feria, en definitiva para mofarse de los raritos. La crítica más corriente era que aquellos artistas no sabían pintar, que eran unos pobres ilusos si pensaban llegar a algún lado. No se podían comparar con los artistas que pintaban bien.

En los momentos actuales el público que va a exposiciones y museos es inmenso. Los colegios e institutos llevan continuamente de visita a los alumnos. Lo mismo hacen las asociaciones de jubilados, de mujeres o de vecinos organizando excursiones donde se visitan monumentos y museos.

Los viajes nacionales y al extranjero se multiplican y sobre todo se busca que el lugar tenga cosas que ver. Las ciudades crean también todo tipo de centros culturales y cuidan sus monumentos con la intención de atraer al turismo y generar desplazamientos, ya que el movimiento crea riqueza económica.

Pero que la gente visite obras de arte, no quiere decir que las comprenda, ni si quiera que las acepten como tal. Ven ciertas cosas que juzgan como chaladuras de artistas que le toma el pelo al público. El fenómeno ocurre más cuando lo que se contempla es arte contemporáneo (el que se está haciendo en estos momentos). Los visitantes aceptan mejor el arte antiguo, cuanto más antiguo mejor. Los comentarios frecuentes, por ejemplo ante una catedral, son: “¿Cómo pudieron hacer un edificio tan grande con tan pocos medios?”. “¿Cómo sometieron a tanta gente para trabajar?”. “¿Cómo pudieron mover esas enormes piedra?”. “¿Cómo pudieron elevarlas a tanta altura?” En definitiva, se piensa que a mayor dificultad, más arte tiene. Y en consecuencia, tras admirar tanto esfuerzo histórico, se piensa: cuanto menos dificultad, menos arte posee. En el arte contemporáneo el comentario más frecuente es: “Pero si eso lo hago yo”.

Los comentarios sobre arte contemporáneo se disparan sobre todo cuando llevamos de visita al alumnado. La gente, en general, por mucho que se les explique se resiste fehacientemente a aceptar que aquello tenga una explicación.

• EL ARTE Y SU VALOR SIMBOLICO

El enfoque hacia este tema proviene del interés hacia el análisis artístico y su valor simbólico. Se distinguirán, el objeto de arte y objeto estético.

En este tema estudiamos el lenguaje cotidiano y las teorías de expertos en arte y sus creencias sobre esta. Podremos encontrar una distinción, entre la validación que se le da a diversos fenómenos artísticos y lo que realmente valen de acuerdo a su belleza estética y no a su etiqueta.

Como propósito general, podemos comenzar a desfragmentar este problema cultural por separar los fenómenos estéticos que nosotros entendemos humana, cultural e individualmente y llegaremos a la conclusión de que estas tienen valor y definición propia.

El concepto del arte no es más que un producto cultural que proclama tener un significado monógamo el cual materializa fenómenos artísticos y los simboliza de acuerdo a sus transcendencias históricas y aportaciones sociales y no por lo que está compuesto en creatividad, originalidad y aportación por parte del autor.

El antropólogo Jackes Maquet, cuestiona si el valor estético que se le da a obras artísticas, no es más que una construcción mental basada por sucesos históricos que han dado fama a ciertos estilos artísticos. Los sucesos históricos dan importancia a cada época, sin embargo, algunos de sus acontecimientos artísticos han pasado a la historia y otros han trascendido, de esto depende nuestra aproximación analítica y conceptual.

Se manifiesta un interés estético (no artístico) que se fundamenta principalmente en objetos u obras de arte de ciertas culturas las cuales son representativas de dichas expectativas, por ejemplo; la cultura y arte europeo.

En este caso, podemos destacar a la cultura occidental como responsable de crear una interpretación monógama, ya que ésta opaca culturas primigenias de las cuales, poco conocemos, e incluso, de nuestra propia cultura que deberían tener mayor carga simbólica para nosotros y no lo son.

Las preguntas son:

¿Por qué nuestra percepción de lo bello se basa en nuestro conocimiento artístico y cultural?

¿Qué productos simbólicos son los que identificamos en nuestra sociedad?

Jackes Maquet opina que “ Un modo distinto cognitivo y al emocional que, tanto pertenece a la composición fundamental de la psique humana, revela que tanto la cualidad estética como su apreciación son potencialmente universales”

Al entender lo que Maquet dice, podemos ampliar un conocimiento y observar que nuestros criterios se basan en las culturas (no son muchas) que hacen valida esta visión estética sobre diversos objetos y revelan una mentalidad que no se creía superficial en el aspecto simbólico universal.

Si se pudiera modificar el pensamiento humano, se haría posible la universalidad de la experiencia estética. De esto dependería, poder interpretar un objeto artístico como polisémico y tener un amplio conocimiento de su significado.

A pesar de que aun no se conoce intelectualmente en si el significado de un objeto, se puede “interpretar” con la experiencia y conocimientos de su alrededor.

Jackes Maquet dice que “las experiencias mentales están en continuidad con experiencias reales“. Por ejemplo, si queremos entender y cambiar nuestra percepción de lo estético y quitar un valor estético erróneo, primero debemos investigar con detenimiento el valor cultural, el significado, y el símbolo que este poseía en su entorno de origen.

Esta investigación no es posible en un museo ya que al estar en este, modifica o trasciende su significado. Tomemos como ejemplo, a Picasso, sus obras fueron rechazadas en los mejores museos durante toda su vida, incluso en los museos más pequeños, pero al morir, alguien descubrió sus obras y las puso en uno de los museos más famosos, lo cual fue lo que lo dio a conocer y le dio esa fama y se creó una mentalidad de que lo abstracto era muy bello por que el gran Picasso lo pinto, sin embargo, su valor simbólico solo creció debido a su muerte y esa validación creó una percepción por la cual no estábamos viendo sus obras por lo que son sino por lo que vale.

Es importante mencionar que para que una obra como la de Picasso, cree un impacto ante la sociedad, debe primero transcender en tiempo y espacio para crear en esta, una significación global, o al menos eso creemos.

Hoy en día, los productos u obras más afectados por estas manifestaciones son las artísticas contemporáneas, las populares, las visiones indígenas y todo producto con significaciones particulares difíciles de asimilar por nosotros.

Constantemente, la gente suele volverse especialista en manifestaciones artísticas y declaran su poco conocimiento, generalmente arte europeo, y generalizan obras de esta misma cultura como única, lo definen como arte y menosprecian a las obras en menor valor simbólico y los caracterizan como intentos fallidos o simplemente les cuesta trabajo entender el significado de cierta obra, se frustran, y la desprecian.

A esta mentalidad podemos llamarle centralista del conocimiento aprendido.

• EL ARTE DE HOY

El concepto de arte actual se desarrolla dentro de un ámbito muy amplio que comprende distintas manifestaciones expresivas:

1. Las Artes Plásticas (Pintura, escultura, cerámica, madera, mosaicos, esmaltes, etc).

2. Otras Artes más especializadas como son la arquitectura o la fotografía

3. Artes relacionadas con los nuevos medios de expresión artística como son el Arte Digital o la Infografía.

4. Arte recuperado del pasado a través del mundo de las Antigüedades.

El mundo del arte actualmente comprende un complejo entramado en el que intervienen múltiples agentes que interactúan a distintos niveles:

Estudiantes afines al mundo del Arte, Artistas, Críticos, Marchantes, Galeristas, Coleccionistas, Curators (conservadores de obras de arte), Público en general.

• ¿CUALES SON LOS ELEMENTOS QUE APORTAN VALOR AL TRABAJO DE UN ARTISTA?

El mercado del arte tiene unas normas construidas a partir de las relaciones de los diversos elementos que participan en dicho mercado.

Los elementos que interactúan dentro del mercado del arte se pueden resumir en los siguientes:

1.- La calidad artística de la obra y la calidad del trabajo global del artista.

2.- El apoyo y seguimiento de la crítica especializada. La opinión y la información suministrada por los críticos es importante para que los "curators" o comisarios de arte puedan conocer el trabajo que incorporaran en sus exposiciones particulares o institucionales.

3.- Las exposiciones son un vehículo imprescindible en la constitución del valor de una obra de arte, pues se realizan en instituciones culturales, museos o fundaciones que aportan visibilidad, credibilidad y prestigio al artista.

Dado el funcionamiento del mercado se puede decir que existe un ranking de prestigio o valía entorno a los diferentes artistas entre las instituciones cultuales y también en los medios de comunicación (prensa, radio, TV) que incluyen el arte en sus suplementos culturales o en las revistas especializadas en arte.

A mayor prestigio de la institución o del medio donde se muestra o se difunde el trabajo artístico mayor generación de valor para la obra del artista. El apoyo del crítico de arte especializado también es valorable en función de la credibilidad del experto en cuestión.

4.- El apoyo intelectual a la obra de un artista por parte de catedráticos de Estética, filósofos y otros intelectuales supone un importante valor añadido al trabajo artístico.

Interpretaciones culturales, comentarios especializados, conexiones intelectuales, explicaciones filosóficas e históricas de gran calado intelectual proporcionan sustento y consistencia a el trabajo del artista.

Todo este proceso anteriormente referido genera el valor económico de una obra de arte. A partir de ese momento y por medio de las casas de subastas se comunica al mercado el valor en ese momento de una obra concreta.

• EL NUEVO CONSUMIDOR DE ARTE

La historia de la sociedad del siglo XX (y también del actual) se ha caracterizado por el crecimiento de públicos de arte cada vez más amplios y participativos. La tradicional distancia existente entre artista (su obra) y el consumidor de arte se ha visto disminuida considerablemente.

El mayor nivel de formación del público así como el progresivo crecimiento económico de Occidente han permitido la aparición de un nuevo consumidor de arte:

- Un consumidor más y mejor informado (con mayor preparación cultural).

- Un consumidor más heterogéneo (con gustos más variados) con mayores posibilidades de relación, con el fenómeno artístico (asistencia a museos, ferias y exposiciones).

A la hora de elegir una obra de arte (pintura, grabado, escultura, etc) de calidad por parte del consumidor o público en general es necesario atender a algún criterio razonable donde entren en juego tanto el valor artístico como el valor estético (la satisfacción del gusto estético personal).

En ambos casos es necesario que el potencial consumidor disponga de una formación adecuada, así como de los medios de conocimiento del mundo de la creación y comercialización del arte.

Algunos sistemas de formación, información y difusión de las obras de arte son:

 FORMACIÓN ARTÍSTICA:

- Escuelas de arte, Universidades, Bellas Artes, Talleres y Academias.

- Editoriales especializadas, Librerías, Tiendas de Manualidades y Bellas Artes

- Foros y conferencias sobre arte.

- Aprender y disfrutar del Arte, viajando a través de las más importantes ciudades del mundo del arte. Nos estamos refiriendo al turismo cultural.

 MEDIOS DE DIFUSIÓN DE LA OBRA ARTÍSTICA:

- Ferias especializadas, exposiciones, portales de arte en internet, museos y otras instituciones.

- Centros de distribución (venta) o comercio del arte a través de distintos canales:

- Galerías de arte, tiendas de arte, centros comerciales especializados en arte, supermercados de arte.

• LOS CRÍTICOS DE ARTE

Los críticos de la mano de la evolución de los movimientos artísticos han dado voz y presencia a las artes plásticas, haciendo las imágenes más asequibles al gran público.

No obstante, es tarea del espectador poner en su sitio a la críticas (sus opiniones e interpretaciones), discernir entre sus comentarios y conseguir tras un proceso de criba intelectiva el silencio individual que siempre requiere el acercamiento sincero a una manifestación artística.

• UN NUEVO MERCADO DE ARTE SIEMPRE EN CONTINUA TRANSFORMACIÓN.

Nuevos artistas, asesores de arte y el consumo de obra plástica. La aparición de nuevos creadores anónimos hasta entonces (jóvenes artistas) da nuevos bríos al mercado artístico contribuyendo a su evolución y desarrollo.

Críticos, periodistas de arte, asesores dan a conocer estas nuevas promesas permitiendo que las galerías y a través de ellas el público en general pueda disfrutar de sus obras.

• EL VALOR ECONÓMICO DEL ARTE

Las obras de arte más caras alcanzan por lo general su precio más alto en el mercado secundario, es decir, en su reventa. Los casos más conocidos son las ventas de obras de arte por cifras record en las casas de subastas.

En el arte, como en otros mercados libres, el valor de algo es el precio que alguien está dispuesto a pagar por ello en un momento y lugar dado. Pero como se asocia el éxito de un artista con el precio de su obra, se acaba confundiendo el valor económico de una obra de arte con su valor artístico, cultural o histórico. No es lo mismo.

En el precio del arte pesan más otros factores relacionados con el funcionamiento de los mercados, el coleccionismo o los museos que poco tienen que ver con la calidad artística de la obra o su autor.

• CRITERIOS QUE INFLUYEN EN EL VALOR DE UNA OBRA DE ARTE:

o Reputación. ¿Están reconocidos el autor y esta obra en concreto por la crítica especializada? ¿Qué importancia tiene o se espera que tenga dentro de la historia del arte? La inclusión de la obra de un artista en exposiciones institucionales, colecciones públicas y privadas de primera categoría aumenta su reputación.

o Autenticidad. ¿Es una obra original o una copia? ¿Pertenece a un artista célebre, a uno de sus seguidores, a su taller...? Desde el Renacimiento la autoría individual de una obra de arte ha ido ganando importancia hasta el punto de ser más determinante en el precio de una obra quién es su autor que las cualidades intrínsecas de la obra.

o Inversión. ¿Cuál es la cotización actual del artista en el mercado secundario? ¿Cómo se prevé que evolucione su cotización en el futuro? A partir de ciertas cantidades no se está dispuesto a pagar por un capricho o antojo, sino que se está haciendo una inversión meditada a sabiendas de que el precio se mantendrá estable o subirá con el tiempo.

o Demanda. A mayor reputación, mayor demanda. A mayor demanda, mayor precio. La demanda por la obra de un autor no es homogénea, suele existir más competencia por periodos, medios o temas con mayor reputación. La competición en una subasta es lo que hace que se disparen los precios por encima de lo estimado.

o Rareza. ¿Cuántas obras idénticas o similares del mismo autor existen? ¿Con qué frecuencia están disponibles en el mercado? Las obras únicas siempre se valoran más que aquellas de las que existen copias originales. A mayor número de copias u obras similares, mayor oferta en el mercado, menor el precio de la obra. Como ocurre con todas las colecciones, la rareza que hace un objeto único lo convierte en valioso.

o Historia. ¿Cuál es la procedencia de la obra? ¿Ha formado parte de algún evento histórico? En el caso de haber pasado por las manos de un propietario célebre, como por ejemplo haber sido parte de una colección real, el precio puede hasta multiplicarse. Es un valor añadido más al objeto sin relación alguna con su calidad artística.

o Conservación. ¿En qué estado se encuentra la obra y cómo se espera que soporte el paso del tiempo? ¿Pertenece a un conjunto o serie completa? Las obras que debido a su deterioro han tenido o van a tener que ser parcialmente restauradas pierden parte del patrimonio original y con ella pierden también valor. Cuanto más importante sea la parte del original que se ha perdido, mayor será su devaluación.

o Lugar de venta. Este factor está muy ligado al de la reputación y la demanda. Hay artistas que son célebres a nivel internacional y otros cuya fama y demanda se limita a un territorio en concreto. Su precio puede variar enormemente dependiendo del mercado en el que se ponga a la venta. También se da el caso de obras famosas en todo el mundo, pero que por circunstancias concretas tienen prohibida su salida del país.

o Materiales y dimensiones. Este factor es más determinante en el mercado primario, aquel en el que el artista vende directamente o a través de un representante su obra por primera vez. Las esculturas de materiales nobles tienen un valor de salida más alto por el coste de su producción y las pinturas al óleo, por ejemplo, se cotizan mejor que las obras en acrílico u otros medios pictóricos. Igualmente las obras más grandes suelen ser más caras.

CONCLUSIONES

En conclusión el valor estético de una obra no puede proporcionarnos la marca de lo artístico, entonces lo estético no es un componente constitutivo del arte. Finalmente, el valor estético, cuando esté presente en una obra de arte, no es un índice de su valor artístico; esto es, que la relación entre valores artísticos y estéticos es contingente. El buen arte puede ser estéticamente pobre y obras de arte que son estéticamente valiosas pueden ser desde un punto de vista artístico poco interesantes.

En general el valor estético se concibe como algo que se aprende en una experiencia perceptiva del objeto. Las propiedades estéticas son un subconjunto de las propiedades perceptivas y típicamente se identifican a través de un acto perceptivo: mirar, escuchar, tocar, etc.

BIBLIOGRAFÍA

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