Adaptación de los presos dentro de los centros penitenciarios
alejo guevaraSíntesis3 de Noviembre de 2019
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Justificación:
Las cárceles como Foucault[1] lo planteo en el siglo XVIII y como ahora se han llamado, “Según el Boletín estadístico del 2004, en el penal García Moreno, denominado oficialmente, Centro de Rehabilitación de Varones Quito No 1” (Nuñez, 2006, pág. 35) en general representan un problema teórico y empírico del que hay que ocuparse. Los sistemas de encarcelamiento en el contexto latinoamericano son un problema que se ha estudiado poco en ciertos países y mucho en otros. Ecuador es uno de los países que más adolece de esta carencia de estas investigaciones y en general de cómo es el modo de vida y cómo se desarrollan estas micro-sociedades. Así también, comprender el fenómeno de la administración de quienes han quebrantado en mayor o en menor medida las normas sociales, esta investigación apunta a comprender, de diversas formas los modos en los que las poblaciones de privados de libertad viven, la administración de los cuerpos y como estos espacios generan un cambio dentro de las mismas[2].
En general la adaptación de los presos dentro de los centros penitenciarios, cómo se ejerce el poder disciplinario dentro de los mismos y cómo estos influyen dentro de su reinserción en la sociedad, es una gran problemática dentro de las investigaciones de las ciencias sociales.
La biopolitica como parte del marco explicativo del fenómeno de los centros de rehabilitación nos ayudan a observar el ejercicio del poder, la distribución de poblaciones y el cómo se hace vivir, desde decisiones gubernamentales, a las poblaciones carcelarias. La distribución de poblaciones y cómo se las nombra. Nos ayudará a comprender el fenómeno de las cárceles en Ecuador, así también observar los procesos disciplinarios y como estos se arraigan en la construcción de un sujeto.
La biopolitica, sin desligarse de uno de sus componentes, el Biopoder, nos puede ayudar a explicar este fenómeno, pues ayuda a entender el ejercicio en torno a cómo se manejan estas personas privadas de libertad, y en general el ejercicio de poder en torno al cuerpo, así también nos permite observar las diferentes estrategias con las que se somete al cuerpo y se lo disciplina.
Para la presente investigación se propone trabajar con seis mujeres privadas de libertad del CRS de Latacunga. Con esto, se determinará dos grupos. El primer grupo estará constituido por tres mujeres privadas de libertad que hayan entrado al CRS sin antecedentes penales, ni previas privaciones de libertad. Esto, con el objetivo de determinar cómo se da la adaptación dentro del centro de rehabilitación social, al ser un primer delito sentenciado. Es decir, permite observar cómo se constituye, adapta y se ejerce el poder disciplinario en un sujeto que cuenta con un primer delito.
El segundo grupo se constituye de tres mujeres privadas de libertad con antecedentes penales, que hayan estado internadas en la antigua cárcel del Inca hayan cumplido sentencia y hayan reincidido, y posteriormente hayan sido encarceladas o trasladadas dentro del centro de rehabilitación de Latacunga. Todo esto, se hace con el objetivo de realizar un proceso de comparación entre los dos centros de rehabilitación y con ello demostrar el funcionamiento del proceso de reforma penitenciaria emprendido desde 2013.
La determinación de la selección de las mujeres, como plantea Jenny Pontón (2008), deriva de la poca atención que se ha dado a este grupo de privadas de libertad, el problema, cuando es estudiado, siempre se centra en el grupo de varones (Pontón, 2008) pues es la más numerosa dentro del centro de detención pues “Con una población de 3854 PPL Hombres y 835 PPL Mujeres”[3]. A escala nacional, el país cuenta con 36 estructuras penitenciarias, donde se encuentran alrededor de 36.046 personas privadas de libertad, de las cuales el 92% son hombres mientras que el resto se reparte entre mujeres. Así mismo del total de las personas privadas de libertad, el 64% se encuentra con sentencia en firme y el 36% en proceso (El telegrafo, 2017). Estas cifras a su vez nos muestran la clara disparidad que existe entre hombres y mujeres, y pese a que la población de hombres es mucho mayor, el abordaje desde las mujeres nos puede ayudar a encontrar perspectivas nuevas del ejercicio del poder dentro de los centros de rehabilitación social en Ecuador.
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