En su interrogante de como se constituye una ciencia nos introduce con un pequeño extracto de “La formación del espíritu científico”

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En su interrogante de como se constituye una ciencia nos introduce con un pequeño extracto de “La formación del espíritu científico” que dice: Hay que aceptar una verdadera ruptura entre el conocimiento sensible y el conocimiento objetivo; para poder resolver la interrogante planteada nos lleva a tres caminos específicos: el primero llamado empirista continuista el cual asegura que la ciencia es constituida desde lo más simple a lo más complejo y que se comienza por el conocimiento directo de los sentidos que el brindado por las cosas; el segundo llamado intuicionista o discontinuista idealista postula la existencia de una facultad especial del espíritu humano que le permite aprehender la esencia de los fenómenos de un modo exacto; y por ultimo tenemos a la discontinuista materialista el cual asume que la ciencia no se apoya en las apariencias; de estas tres posturas presentadas, Braunstein solo reconoce como correcta a la tercera demostrándolo mediante la demostración de ejemplos dentro de diferentes ciencias y sus diferentes estudios como por ejemplo la física y su fórmula de la gravedad; la biología y las leyes de la evolución, asumiendo que estos enigmas presentados no han sido resueltos espontáneamente, es decir fueron producidos por los científicos a partir de la crítica de las apariencias a lo que se denominó “ideología”. Gracias a esto podemos asegurar que la ciencia es la ciencia de una ideología a la que critica y explica, para que surja el conocimiento científico es necesario que exista una ideología a la cual criticar, por lo tanto, es un paso indescriptible para la construcción de una teoría científica.

Al cuestionarse acerca de que entienden los psicólogos por psicología nos presenta el hecho de que no se ha podido definir el objeto de estudio de la misma asumiendo que al momento de definir el objeto de una disciplina al mismo tiempo habrá que plantear como estudiar y abordar ese objeto, pero en la psicología ha habido diversas respuestas entre ellas: el alma, el espíritu humano, la conciencia, la personalidad y existen muchas más, esto nos lleva a dos posturas, la primera que asume el hecho de que si los términos tendrían un mismo significado no debe existir la formulación de tantos, la segunda nos dice que si tendrían significado diferente deberían existir criterios que permitan escoger uno de ellos y rechazar a los demás como ideológicos.  A lo largo del tiempo podemos encontrar diversas “definiciones” acerca de lo que es psicología pero Braunstein nos hace una clara división entre los psicólogos, esta es: los que no definen, los tautológicos que solo repiten definiciones anteriores, y por ultimo a los que definen ya sea con mayor o con menor claridad, por último la psicología arroja como su objeto a la conciencia y la conducta asumiendo que no se tratan de objetos formales producidos por la práctica teórica sino que son abstracciones simples surgidas por la observación interior de la conciencia o exterior de la conducta, en pocas palabras se tratan de representaciones ideológicas.

Ahora bien, adentrándonos al psicoanálisis se dice que sirve de base a la psicología debido a que representa su infraestructura, quizás aún todo su fundamento, y asegurando que la psicología académica carece de cientificidad ya que toma como objetos a la conciencia y conducta y no trasciende el nivel de los efectos y de las apariencias, por ende no tiene derecho al nombre de ciencia, mientras que por su parte la teoría psicoanalítica es un conjunto de conceptos articulados que han sido obtenidos a través de un trabajo totalmente teórico realizado a partir de la situación analítica. Dentro del psicoanálisis podemos encontrar instrumentos conceptuales, en este caso tres: la formación del inconsciente, que consiste en que el paciente produce un discurso relatando el contenido de su conciencia en cada momento de la sesión y ejecuta un comportamiento que es observable; la posición subjetiva que es definida como las actitudes generales; y por último el aparato psíquico que es responsable de las transformaciones y que está constituido por diversas regiones que se contemplaban de un punto de vista tópico, existiendo dos tópicas, la primera aparecida en 1900 y enriquecida en 1915 postuló tres instancias: el inconsciente, el preconsciente y la conciencia; y la segunda tópica dada en 1920 sigue teniendo tres instancias: el yo, el ello y el superyó.    

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