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MARCO TEORICO “La discriminación”

Solmartinez1Ensayo10 de Noviembre de 2016

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MARCO TEORICO

“La discriminación”

  • Tema: El papel de la discriminación dentro de la sociedad actual.
  • Alumnos/as: Martínez, Sol – Bravo, Augusto – D’Espósito, Lucía
  • Profesor/a: Paladino, Paula
  • Asignatura: Proyectos de Investigación en Ciencias Sociales
  • Curso: 6º Secundario
  • Fecha de entrega: 22 de septiembre de 2016

La discriminación

Discriminar significa “seleccionar excluyendo”, es decir, “separar, segregar”. En materia de derechos humanos, el término discriminación hace referencia a la discriminación arbitraria, es decir a la diferenciación que se hace hacia ciertas personas sin ningún motivo justificado, basada, por el contrario, en determinada piel, sexo, la orientación sexual, la religión que profesa o una determinada ideología, entre otras.

En su libro, MAZZALOMO, Lidia[1] argumenta que las actitudes discriminatorias “pretenden excluir a quienes son considerados diferentes, con lo  que promueven la desigualdad de las personas ante sus derechos” (p.84). Las razones que alimentan estas actitudes son, en primer lugar, una visión negativa de la diversidad cultural, que resalta la visión de la propia cultura como superior a las demás y, en segundo término, una serie de prejuicios construidos sobre quienes son discriminados, que reciben así una valoración negativa por considerárselos inferiores. Así, por ejemplo, según los ámbitos, se puede discriminar a las personas que tienen algún tipo de discapacidad física, a los niños o a las personas mayores, a las mujeres y a los enfermos, por considerárselos débiles. También se discrimina a los inmigrantes, a quienes tienen una cultura, un idioma o una religión distinta, a quinees expresan diferentes pensamientos u opiniones políticas y, en las sociedades actuales, a quienes están desempleados y no alcanzan a contar con lo necesario para subsistir. Discriminar es un delito. Solo estudiando y analizando las causas de los diferentes tipos de discriminación se podrá evitar este comportamiento y construir una sociedad basada en la igualdad de oportunidades y en la justicia.

Para lograr la igualdad de oportunidades, el Estado recurre a mediadas de acción positiva hacia grupos considerados vulnerados, como las personas con discapacidad, las mujeres, los menores o los ancianos, es decir, hacia aquellos que están en una situación de discriminación por parte de diversos grupos de la sociedad. Mediante estas acciones, estos grupos sociales pueden alcanzar la igualdad de oportunidades.

Causas de la discriminación

Como se nombró anteriormente, la discriminación puede surgir en base a distintos factores, como la capacidad física, la edad, las creencias, el sexo, entre otros.

Discriminación por capacidad física

En cuanto a la discriminación por capacidad física, RECALDE, Héctor[2] puntualiza que:

“Las personas con algún tipo de discapacidad física suelen ser discriminadas en los ámbitos laborales, educativos y culturales. Este tipo de discriminación parte del prejuicio de que estas personas no están plenamente capacitadas para desempeñar una tarea o profesión o para seguir una carrera o estudio. Por esto, aunque no esté dicho de manera explícita para no infringir la ley, se les suele poner trabas en las inscripciones o entrevistas iniciales, aduciendo que los cupos estén cubiertos. “

Si una persona es objeto de una discriminación de este tipo, puede iniciar una demanda judicial contra la institución que se comporto de esta manera. Además, para lograr la igualdad de oportunidades, el Estado protege los derechos de estas personas mediante acciones positivas, por ejemplo, exigiendo que todas las instituciones públicas, de salud o enseñanza (ya sean privadas o estatales) o de gobierno, tengan la infraestructura adecuada para recibir personas con dificultades motrices, visuales o auditivas.

Discriminación por creer y pensar distinto

Las personas no tienen la misma fe ni las mismas creencias, y es un derecho humano fundamental poder elegir la religión que se prefiera o no elegir ninguna. Así, el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sancionada por las Naciones Unidas, establece: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y al observancia”.

Nuestra Constitución nacional instituye en su artículo 14 que todos los habitantes de la Nación tienen el derecho “de profesar libremente su culto”.

En relación a esto, el mismo autor[3] explica que “más allá de estas normas, muchas veces quienes adhieren a una religión determinada sufren discriminaciones por parte de quienes profesan una fe distinta.”

Por otra parte, también suelen ser discriminados quienes tienen una ideología o sostienen una opinión política diferente de la mayoritaria en el Estado en el cual viven. Aun en la actualidad, en muchas partes del mundo, hay persona que no pueden expresarse con libertad.

El racismo

El racismo consiste en percibir a los diferentes grupos étnicos como poseedores de ciertos rasgos invariables y en exagerar hasta tal punto el sentido de pertenencia a cada uno de ellos que los demás se perciben como si fueran inferiores. La etnia se refiere a un grupo o pueblo cuyos miembros se sienten identificados entre sí por medio de lazos históricos y lingüísticos, tradiciones y prácticas culturales y religiosas o patrones de comportamiento que les son comunes.

En cuanto al racismo, MOURATIAN, Pedro[4] habla que este se originó en el siglo XV, cuando el término raza se utilizaba para referirse a ciertos rasgos familiares o las características de un grupo étnico, pero fue en el siglo XIX que se desarrolló como una tendencia racista. Estas ideas, difundidas entre las sociedades científicas, sostenían que las razas se diferenciaban unas de otras por las características físicas e intelectuales y por las tradiciones transmitidas a lo largo de la historia.

Esta postura, llevada a un extremo, dio origen a los genocidios, como el perpetrado por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Durante el nazismo, surgió la idea de la raza aria. Por lo tanto, todas las personas no arias y vista como inferiores, en especial los judíos y los gitanos, fueron segregadas: primero se las recluyó en sectores especiales de la ciudad denominados ghettos, luego fueron obligadas a realizar trabajos forzados en campos de concentración y finalmente se las asesinó de manera masiva.

Según los estudios vinculados al genoma (conjunto de genes), hoy se sabe que no existe la diferenciación racial. Los científicos son partidarios de una única raza y afirman que los rasgos diferenciales externos son procesos de adaptación al medio, que se explican por un número muy pequeños de genes.

La xenofobia

Existe un tipo de racismo generado por el odio y la hostilidad hacia los extranjeros, hacia quienes pertenecen a una nación o grupo étnico diferente del propio. No es solo una manera de ver a los demás, sino que la xenofobia implica el rechazo y la exclusión de quienes son distintos. A diferencia, del racismo, que se basa en la idea de la existencia de razas entre los seres humanos y de una valoración de ellas según la cual una es superior, la xenofobia parte de la superioridad de un grupo étnico como fundamento para rechazar a los demás. La xenofobia se visualiza más en las crisis económicas, ya que se culpa a los extranjeros por la escasez de empleo; se los percibe como una competencia “desleal”. Tano el racismo como la xenofobia son formas extremas de discriminación y, por lo tanto, delitos.

Discriminación hacia las mujeres

La lucha de las mujeres por conseguir iguales derechos que los varones se llevo a cabo a partir, sobre todo, de las llamadas revoluciones burguesas de fines del siglo XVII y en el siglo XVIII. En varios países y de manera paulatina, las mujeres fueron accediendo al trabajo, a la educación, a ser capaces de administrar sus propios bienes y a votar y ser elegidas para cargos legislativos y ejecutivos.

Sin embargo, en varios aspectos, las mujeres constituyen un grupo vulnerado; por eso, el Estado debe tomar medidas de acción positiva para garantizar que sus derechos sean protegidos y que tengan iguales oportunidades que las personas del sexo opuesto.

En referencia a este tema, ZAJAC, Ana María[5] menciona que:

“Así, por ejemplo, en la Argentina, la legislación laboral prohíbe que las mujeres realicen tareas consideradas peligrosas o insalubres y les otorga una licencia especial en caso de parto. Asimismo, para protegerlas de los despidos discriminatorios, les impone a las empresas el pago de una indemnización especial en caso de que despidan trabajadoras por causa de matrimonio o maternidad.”

Pero estas medidas hicieron que, en las últimas décadas, la competitividad empresaria necesitara trabajadores dedicados a su tarea más allá del tiempo legal y esto se volvió en detrimento de las mujeres. Las medidas que antes sirvieron para protegerlas ahora se les han vuelto en contra. Esto no significa que la legislación laboral resulte anticuada sino que, al contrario, deben ser humanos. Hoy en día, muchas empresas prefieren incorporar varones para obtener un salario más alto que una mujer por ocupar el mismo puesto. Por ser actitudes discriminatorias, las mujeres que se vean afectadas por ellas pueden reclamar judicialmente.

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