Masculinidades
Laila QuesadaResumen21 de Abril de 2022
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MASCULINIDADES:
Entendemos por masculinidad, a la forma en que los hombres son socializados. Es decir, es el conjunto de características que la sociedad espera de un “hombre”. En palabras de Gilmore (1994): “La masculinidad es una idea, un producto histórico, en el que las hormonas juegan un papel secundario por no decir nulo”.
Estas características, son abundantes y se pueden desglosar, sin embargo, se basan en cuatro pilares fundamentales. El ser protector, el ser proveedor, el ser autosuficiente y ser procreador. Es en base a estos cuatro pilares esenciales, es que la sociedad desmenuza cierta cantidad de características que se espera de ellos. Como, por ejemplo: Al ser el proveedor y procreador, debe enfocarse en “llevar el pan a la mesa” por ello, al estar cansado, como bien vimos en clases anteriores y las publicidades antiguas lo mostraban, las mujeres deben esperar a sus esposos radiantes con la comida lista y los niños, si los hay, bien presentables cuidados y/o dormidos. En este sentido sobre las características, podemos enumerar una gran cantidad de esta construcción social que hace a el hombre “masculino”.
Retomando la idea de las publicidades, podemos evidenciar en la publicidad sobre Mr. Musculo, como es un hombre, super masculino, el que viene a resolver los problemas de las mujeres. Esto da cuenta de como en la sociedad, se espera que sean los masculinos, los que resuelvan los problemas de los mas débiles, entendiendo a las mujeres y los niños como inferiores a los hombres. Uno de las premisas principales que vemos en esta publicidad es la de proveer. En esta ocasión, es Mr. musculo, quien da las soluciones y su imagen es la de un hombre musculoso, que es alejado del ciudadano real, y autosuficiente para dar cualquier tipo de solución.
Respecto a las personas involucradas, da la sensación de que, como se menciona líneas arriba, se sientan inferiores, con la constante necesidad de un ser protector, que resuelva sus problemas. Es decir, un ser superior, un hombre masculino, Mr. Musculo.
Estos estereotipos, son inculcados en la sociedad desde la niñez, el solo hecho de la clasificación de juguetes para un masculino o un femenino; hasta las situaciones escolares en las que muchos maestros, profesores, o bien familiares como tíos o hasta los propios padres, le dicen a un niño que “los hombres no lloran”. Esto con el devenir del tiempo, afecta la formación del sujeto en su adolescencia, muchos de los cuales, dependiendo del estilo de vida al que han sido sometidos, buscan ser seres “masculinos” demostrando su hombría con violencia verbal o física, mostrándose superiores a los jóvenes de su entorno. Esta dicotomía patriarcal es la encargada de marcar las diferencias entre hombres y mujeres, de mera tal que la mujer es entendida como un ser inferior de manera natural. Es por esta razón que desde la niñez se inculcan por medio de publicidades, tratos o reproducciones de enseñanzas, que la mujer debe tener roles de menor prestigio que los hombres. Mientras que, como mencionamos sobre la masculinidad, se espera que un masculino sea fuerte, racional e independiente, las mujeres deben tener el rol de cuidadoras, se espera que sean tiernas o emocionales; es decir pasivas. Además, esperando que cumplan su rol principal de madres y esposas con lo que eso implica sobre sus actitudes.
En relación a esto, es que Fabri en su artículo hace mención de como a los varones nos crían para pensar de esta manera y hace una invitación a deconstruirnos. Esto es evidente desde hace muchísimos años. En plena consolidación del sistema educativo argentino, se trabajaba desde educación para favorecer al varón, como futuro líder político. En los colegios nacionales sucedía en educación física que los varones trabajaban resistencia, ejercicios de fuerza y manipulación
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