TEORÍAS DE BASE PSICOANALÍTICA Y PSICOLÓGICA.
Camila VasquezTrabajo24 de Febrero de 2016
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TEORÍAS DE BASE PSICOANALÍTICA Y PSICOLÓGICA
Numerosos investigadores han reconocido que el enfoque analítico desarrollado por Freud contribuye a explicar los “significados latentes” de las obras de arte y de la naturaleza del artista en tanto hombre. Este énfasis abrió una etapa de exploración inicial, dominada por una parte por la preocupación por la neurosis del artista, lo que condujo a una línea de indagación psicobiográfica, y por otra por la relación entre el arte y el sueño.
Las primeras generaciones de críticos freudianos adoptaron un modelo de lectura que se basaba, principalmente, en el comentario temático o, si se quiere, “terapéutico”, de las obras literarias. El presupuesto que comparten estos investigadores es que la obra despliega las fantasías inconscientes del autor. Los alcances de la obra en sí, su textualidad, los recursos artísticos puestos en juego, se veían subordinados a los patrones del deseo y a los mecanismos de defensa revelados por el análisis del contenido latente del inconsciente del autor. En consecuencia, el texto y su creador ocupan el lugar que corresponde al analizado en la entrevista psicoanalítica en tanto que el rol complementario corresponde al crítico. Evidentemente, esta ha sido, una postura reduccionista que provocó innumerables objeciones, ya que las condiciones de comunicación durante el tratamiento psicoanalítico de un paciente concreto son diferentes de las de la comunicación literaria.
Los primeros trabajos psicoanalíticos sobre la literatura giraron en torno a la aplicación de la teoría de los sueños, como advierte por ejemplo Ernest Jones (1879-1958) que en su ensayo “Hamlet y Edipo” (1948), en el capítulo inicial, destaca las aportaciones del psicoanálisis al estudio de los textos culturales.
Los estudios de Freud han revelado algunos de los mecanismos fundamentales de donde procede la creatividad artística y poética. Freud ha demostrado que en lo concerniente a sus principales características, tales mecanismos tienen muchos puntos en común con aquellos que subyacen en procesos psíquicos aparentemente distinto, como el sueño, la elaboración de juegos de palabras y los síntomas psico-neuróticos; y más aún, que todos estos procesos están íntimamente relacionados con las fantasías, la realización de deseos inconscientes, la represión psicológica, la aparición de recuerdos infantiles y la vida psicosexual del individuo.
En la línea psicobiográfica se destaca Marie Bonaparte (1882-1962), quien adopta la tesis freudiana según la cual las obras artísticas, cuya construcción se parece a la de los sueños, revelan la psicología profunda del creador y presenta a Poe como un escritor que transformó en ficción sus traumas personales, en particular la muerte de su madre cuando tenía dos años. De acuerdo con este enfoque, la finalidad artística inconsciente de Poe habría sido restablecer un vínculo vivo con una mujer muerta, del cual quedan señales en el contenido superficial de los textos y que puede reconstruirse a partir de los personajes, los paisajes y la arquitectura como representaciones sobredeterminadas de figuras y temas obsesivos.
En 1963, el crítico francés Charles Mauron demostró que uno podía leer, en los temas repetidos de un escritor, su “mito personal”. Este método comienza por superponer los textos de un autor para extraer estructuras o metáforas obsesivas. Estos elementos son luego estudiados en su evolución a lo largo de la obra y finalmente interpretados según los análisis de Freud. Se pretende develar el mito personal del autor, que se verificará con la ayuda de datos psicobiográficos. La interpretación psicoanalítica permite alcanzar, según Mauron, la fantasía original del autor que se proyecta y se expresa en su obra sin que éste tome conciencia.
PSICOANÁLISIS FREUDIANO Y LITERATURA
Entre los estudios de Freud “La interpretación de los sueños” ocupa un lugar central debido a que permite construir un modelo hermenéutico que puede aplicarse tanto a los sueños como a las obras literarias. Para Freud, el sueño posee un contenido manifiesto y otro latente, que el procedimiento analítico lleva a descubrir. De manera semejante, el contenido superficial o manifiesto de una obra literaria contiene un significado profundo, latente, que puede descifrarse a través de la interpretación.
En el capitulo sexto de “La interpretación”, Freud elabora una retórica del sueño según la cual es posible reconocer en este tipo particular de “lenguaje” varias técnicas que operan para producir los contenidos manifiestos del sueño: la condensación, el desplazamiento, la traducción de abstracciones en imágenes y la elaboración secundaria.
- El primer efecto de la elaboración onírica es la condensación, efecto que se nos muestra en el hecho de que el contenido manifiesto del sueño es más breve que el latente, constituyendo, por tanto, una especie de traducción abreviada del mismo. Uno de los procedimientos principales es que los elementos latentes que poseen rasgos comunes aparecen fundidos en el sueño manifiesto. Rememorando nuestros sueños encontraremos casos de condensación de varias personas en una sola.
- Un segundo efecto de la elaboración onírica consiste en el desplazamiento, el cual, afortunadamente, nos es ya algo conocido, pues sabemos que es por completo obra de la censura de los sueños. El desplazamiento se manifiesta de dos maneras: haciendo que un elemento latente quede reemplazado no por uno de sus propios elementos constitutivos, sino por algo más lejano a él; esto es, por una alusión, o motivando que el acento psíquico queda transferido de un elemento importante a otro que lo es menos.
- El tercer efecto de la elaboración onírica es, desde el punto de vista psicológico, el más interesante. Consiste en la transformación de las ideas en imágenes visuales. Esto no quiere decir que todos los elementos del contenido latente sufran esta transformación, pues muchas de las ideas que integran dicho contenido conservan su forma y aparecen como tales ideas o como conocimiento en el sueño manifiesto. Para elementos aislados del sueño conocemos la “representación verbal plástica”.
- Debemos guardarnos de querer explicar una parte del contenido manifiesto por el resto del mismo, como si el sueño se hallase concebido coherentemente, pues, por lo contrario, semeja más bien, un mosaico hecho con fragmentos de diferentes piedras reunidas por un cemento y en el que los dibujos resultantes no corresponden a los contornos de ninguno de sus elementos constitutivos. Existe, en efecto, una elaboración secundaria de los sueños, que se encarga de transformar en un todo aproximadamente coherente los datos más inmediatos del sueño, pero que lo hace ordenando los materiales conforme a un sentido independiente e introduciendo complementos allí donde lo cree necesario.
Si se acepta que el proceso creativo del que participa un artista es semejante al proceso de la elaboración onírica, entonces se impone la tarea de rastrear en las obras de arte las manifestaciones superficiales de los cuatro mecanismos indicados para que sirvan de acceso a su contenido latente.
Para examinar una obra literaria desde el psicoanálisis, tenemos que fijarnos en lo que podría llamarse un "subtexto" de la obra, un texto que se mueve en el interior del libro, visible en ciertos puntos "sintomáticos" de ambigüedad, evasión o exagerada insistencia, y que nosotros como lectores podemos "escribir" aún cuando no lo haga el texto. Todas las obras literarias contienen uno o más de esos subtextos, y en un sentido se les podría llamar el "inconsciente" de la obra: lo que no dice y cómo no lo dice pueden ser cosas tan importantes como lo que efectivamente expresa. Lo que parece ausente, marginal o ambivalente puede proporcionar una pista decisiva sobre sus significados.
En resumen, la crítica literaria psicoanalítica puede dividirse, sin entrar en detalles, en cuatro clases que varían según el objeto en el cual fijan la atención. Pueden dar más importancia al autor de la obra, al contenido, a su construcción formal o al lector.
La mayor parte de la crítica psicoanalítica pertenece a las dos primeras clases, las cuales, en realidad, son las más limitadas y problemáticas. Psicoanalizar al autor es una cuestión especulativa. El psicoanálisis del contenido, comentario sobre las motivaciones inconscientes de los personajes o sobre la significación psicoanalítica de los objetos o sucesos que presenta el texto tiene valor limitado, y, en la forma exagerada en que busca el símbolo fálico, muy a menudo es reductivo.
Igual que el texto del sueño, también la obra literaria puede ser analizada, descifrada y desarmada con procedimientos que muestran algo de los procesos que intervinieron en su producción. Una lectura ingenua de la obra literaria puede no llegar al producto textual propiamente dicho.
El psicoanálisis se interesa no sólo en "leer el texto" del inconsciente, sino en descubrir los procesos, la labor del sueño mediante los cuales se produjo el texto. Para ello enfoca en particular lo que se llama lugares "sintomáticos" del texto del sueño, deformaciones, ambigüedades, ausencias y supresiones que pueden proporcionar un modo de acceso de valor especial al contenido latente o impulsos inconscientes que intervinieron en la elaboración.
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