Actitudes y valores
irvinggc3 de Diciembre de 2012
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Actitudes y valores
La psicología tiene dos aspectos fundamentales en el proceso de comunicación: los valores que profesamos y las actitudes que adoptamos para expresar esos valores en nuestra conducta verbal y no verbal. No importa lo mucho o lo poco que digamos, nuestro tono de voz, nuestra postura, las palabras que elegimos, todo eso transmite cierta información sobre nuestras actitudes y valores. Es lo mismo si nos referimos a una conversación directa. El oyente tiene a su vez un conjunto de actitudes y valores y tendera a interpretar nuestras actitudes basándose en las suyas propias. Esto puede llegar a crear una confusión o incomprensión total del tema.
La idea de una buena comunicación tiene un cierto valor positivo; mientras que la confusión, la falta de entendimiento y la ruptura deben de evitarse.
En los últimos 30 o 40 años ha habido considerable controversia entre los psicólogos sobre si los seres humanos se desarrollan en la forma en que lo hacen como resultado de una dotación genética, o maduración, o como resultado de la influencia del ambiente en que ha nacido. Los datos presentados por la investigación siguieres que la forma en que nos desarrollamos como seres humanos individuales no puede explicarse por una única teoría sino por la compleja interacción de varias.
Aquellas experiencias que parecen responder a una necesidad que hay entre nosotros, las consideramos placenteras, e intentamos repetirlas. Queremos evitar aquellas experiencias que son desagradables o dolorosas. Y copiaremos la conducta de las personas en nuestro entorno, para identificarnos con la gente que nos gusta o admiramos y rechazamos los valores de aquellos que son diferentes.
Al principio nuestros sistemas de valores son bastantes simples. Los objetos, acontecimientos o personas que nos producen placer, tienen un valor positivo para nosotros y los consideramos buenos. Los que nos producen daño o no son provechosos, tienen un valor negativo y los consideramos malos. Gradualmente comenzamos a hacer distinciones entre más o menos bueno, más o menos malo, dependiendo de la situación. Podemos por ejemplo valorar la amistad y comportarnos de tal manera que nos aseguremos de tener amigos y serles leales. Podemos también valorar la honestidad e intentar asegurarnos ser lo más honesto posible en todas las ocasiones. Ahí es cuando los valores pueden entrar en conflicto, ¿arriesgar la honestidad por la solidaridad?
Lo que hacemos, decimos, pensamos y sentimos en cual quien momento específico vendrá determinado por la forma en que equilibramos los varios aspectos de nuestros sistemas de valores. Incluso cuando las elecciones se hacen en un nivel subconsciente más que en un nivel consciente, aun así se manifiestan en los pensamientos, sentimientos o conducta.
Las demás personas no pueden saber de forma segura que pensamos asentimos, pero pueden observar lo que hacemos o decimos, y aran juicios sobre nosotros con esa base.
En la vida diaria, a menudo aplicamos la primera y la más obvia etiqueta a una persona o situación en vez de intentar dar una descripción precisa y cuidadosa. Si llegamos a conocer a la persona como individuo, crearemos una clasificación mucho más compleja del tipo de persona que es. Crear estereotipos proporciona una técnica conveniente y muy necesaria para hacer juicios rápidos y tener rapidez de reacción. Pero, al igual que las clasificaciones de los pequeños, pueden ser demasiados limitadas o demasiado amplias.
Una explicación es que, como los estereotipos están basados en rasgos superficiales obvios, contienen algo de verdad, el problema es que este algo de verdad queda cubierto por un completo surtido de presunciones que dan como resultado una imagen mental muy lejana a la verdadera. Una razón para la existencia de estereotipos y presunciones comúnmente aceptadas es el hecho de que los seres humanos son animales
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