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Alcoholismo

Psic.JSM550520 de Mayo de 2014

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ALCOHOLISMO: FACTOR DE RIESGO DURANTE LA ADOLESCENCIA.

Suárez Morales José de Jesús

RESUMEN

Trataremos de dar a conocer algunos criterios diagnósticos sobre “alcoholismo” de acuerdo a algunas instituciones avaladas mundialmente, para poder distinguir aquellos sujetos que pudieran identificar los signos y los síntomas de esta enfermedad, que desde hace años ha sido causa de otras enfermedades, es decir que existe una patología dual, ya sea como consecuencia o por causa del consumo de alcohol. Así mismo, como coadyuante de desintegración social y familiar, y que a pesar de los daños que el individuo experimenta por el abuso en el consumo de alcohol, pueda identificar cómo estos daños afectan de la misma manera, tanto su organismo como su conducta. Tal es el caso del Síndrome de Korsakoff que se tratara de explicar brevemente, así como los principales neurotransmisores que afectan la conducta por el consumo excesivo de alcohol; GABA y GLUTAMATO.

El Alcoholismo

El alcoholismo y el abuso de este, es uno de los mayores problemas de salud publica en nuestro país, hay evidencias que los problemas relacionados que el consumo excesivo de alcohol ha incrementado drásticamente en nuestra sociedad, donde el abuso de su consumo era poco común. Se presume que el porcentaje relacionado por el uso de alcohol en nuestro país es del 10% de la población adulta.

El Consejo Nacional contra las adicciones (CONADIC) revela que 66 por ciento de la juventud empieza a beber a las edad de los 15 a 18 años, lo cual es sumamente preocupante. “Cuando llega a los 20 años tienen severos problemas de adicción al alcoholismo.. Las investigaciones del CONADIC arrojan cifras que nos indican que 82 por ciento de los estudiantes adolescentes reportaron haber consumido bebidas alcohólicas, ya sea cerveza, vino o cualquier licor, “que con el consumo diario, se vuelve adicción”, y que la tendencia es que el consumo sea mayor, sobre todo en mujeres que empiezan su primera ingesta a edades menores que la de los hombres, es decir entre los 12 y 13 años de edad.

La percepción de que el abuso de alcohol y la dependencia de este es una enfermedad, es relativamente reciente para la medicina. Tradicionalmente se veía como una trasgresión moral y legal, y los médicos detestaban tratar con pacientes con problemas de alcoholismo.

Una vez que se considero al abuso del consumo de alcohol como resultado de una adicción, cuyas características son; dependencia física y psicológica y cuyo mecanismo produce un síndrome de tolerancia y abstinencia, entonces se han considerado los efectos del alcohol como un problema de salud pública, que la medicina actual, considera como una enfermedad.

Definiciones de alcoholismo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina en la actualidad al alcoholismo como: "síndrome de dependencia del alcohol" y está incluido en el capítulo V [eng.] de la Clasificación Internacional de Enfermedades No. 10 (CIE-10). El alcoholismo forma a su vez parte de una categoría denominada "Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de sustancias psicotropas". Como el sitio oficial está en inglés vamos a citar una definición del documento Cuestionario de Identificación de los Trastornos debidos al Consumo de Alcohol (AUDIT) (Anexo 1), Organización Mundial de la Salud 2001 (Thomas F. Babor y otros.

“La dependencia es un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos que pueden aparecer después del consumo repetido de alcohol. Estos fenómenos típicamente incluyen deseo intenso de consumir alcohol, dificultad para controlar el consumo, persistencia del consumo a pesar de las consecuencias perjudiciales, mayor prioridad al consumo frente a otras actividades y obligaciones, aumento de la tolerancia al alcohol y abstinencia física cuando el consumo se interrumpe”.

Además los criterios para identificar el síndrome de dependencia del alcohol o alcoholismo, a partir del CIE-10, son los siguientes:

Tres o más de las siguientes manifestaciones deben haber estado presentes durante al menos un mes o si han durado menos de un mes, deben haber aparecido juntas de forma repetida en algún período de doce meses:

• Deseo intenso o vivencia de una compulsión a consumir alcohol.

• Disminución de la capacidad para controlar el consumo de alcohol, unas veces para controlar el inicio del consumo y otras para poder terminarlo o para controlar la cantidad consumida.

• Síntomas somáticos de un síndrome de abstinencia cuando el consumo de alcohol se reduzca o cese, cuando se confirme por: el síndrome de abstinencia característico del alcohol o el consumo de la misma sustancia (o una muy próxima) con la intención de aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.

• Tolerancia, de tal manera que se requiere un aumento progresivo de la dosis de alcohol para conseguir los mismos efectos que originalmente producían dosis más bajas;

• Abandono progresivo de otras fuentes de placer o diversiones, a causa del consumo de alcohol, aumento del tiempo necesario para obtener o ingerir el alcohol o para recuperarse de sus efectos.

• Persistencia en el consumo de alcohol a pesar de sus evidentes consecuencias perjudiciales, tal y como se evidencia por el consumo continuado una vez que el individuo es consciente o era de esperar que lo fuera, de la naturaleza y extensión del daño (documento citado de Babor y otros, p. 24, a partir de WHO, 1993, p. 57)

“The American Medical Association” (AMA) define el alcoholismo como:

Una enfermedad de causa multifactorial (psicológica, social y familiar) primaria (no tiene que ver con otras enfermedades). Es progresiva, crónica, irreversible, sistémica, a veces fatal. Causa obsesión y compulsión, y cuyo mecanismo causa tolerancia y síndrome de abstinencia, y como síntoma principal “la negación” y que a pesar de las causas adversas del abuso de quien lo ingiere, sigue consumiendo.

Los criterios para diagnosticar el “abuso de alcohol” son imprecisos y ambiguos, y parece continuamente difícil diagnosticarlo en el desarrollo de sus etapas de inicio. El alcoholismo crónico está asociado, como ya se menciono, con signos y síntomas específicos, incluyendo tanto la tolerancia y la dependencia física hacia el consumo abusivo de alcohol, siendo este criterio una forma común de adicción. Es por esto que la “American Psychiatric Association” (APA), ha incluido el alcoholismo dentro de la clasificación de los trastornos por uso de sustancias. Numerosos factores han contribuido a las ambigüedades y problemática para diferenciar el diagnostico sobre alcoholismo (Richardson, 1997).

Alcohólicos Anónimos define el alcoholismo como una enfermedad, cuya característica es la incapacidad del individuo de “Controlar” su forma de beber.

Si a lo anterior sumamos el criterio de inconsistencia social para definirlo, los mismos alcohólicos no pueden advertir los síntomas o cualquier otro trastorno psicológico o fisiológico que no sea el de beber excesivamente. Los alcohólicos tienden a asociar este trastorno, mas como un estigma social, lo cual les hace negar o minimizar los síntomas de su dependencia hacia el alcohol.

Frecuentemente los problemas relacionados con el consumo de alcohol son detectados dentro de la evolución como un trastorno clínico. Existen enfermedades comorbidas al consumo de alcohol, entre las que podemos contar; hepatitis, hígado graso, cirrosis alcohólicas, gastritis, pancreatitis, trastornos crónicos del sistema nervioso periférico, demencia, deterioro del aprendizaje, perdida de la memoria etc.

Los trastornos crónicos nutricionales, podrían asociarse por el abuso en el consumo de alcohol, que incluye, una dieta pobre y síndrome de malabsorción, inducido en el tracto gastrointestinal.

Esta combinación de beber excesivo y una dieta pobre, puede culminar en graves trastornos del sistema nervioso central y periférico (Mendelson, 1985).

Etiología del alcohol:

Contrario a lo que mucha gente piensa, el alcohol es un depresor del sistema nervioso central (SNC). Las personas que piensan poder hacer mejor muchas cosas, como: bailar, hablar, relacionarse etc., después de haber tomado “algunos tragos” se equivocan. Este aparente estado de bienestar proviene de la desinhibición como resultado de la depresión de mecanismos inhibitorios. El sistema nervioso es particularmente sensible a los efectos del alcohol, y son los procesos inhibitorios los inicialmente afectados. Al disminuir la inhibición, el equilibrio de la excitabilidad cerebral se pierde –momentáneamente- a favor de la excitación. Al igual que con la mayoría de las drogas, los efectos dependen de las dosis. Primero, se deprimen los centros superiores; el pensamiento, el habla, la cognición y el juicio. A medida que la concentración de alcohol aumenta en la sangre, se deprimen los centros inferiores, incluyendo la respiración y los reflejos espinales. A mayores dosis de alcohol, tanto los mecanismos inhibitorios como excitatorios se ven afectados, esta intoxicación alcohólica puede llegar hasta el estado de coma.

Los efectos agudos del alcohol, además de manifestarse en el sistema nervioso, también se expresan en el resto del organismo. En cantidades moderadas, aumenta la frecuencia cardiaca, dilata los vasos sanguíneos en brazos, piernas y cara, lo que

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