Amor, guerra y psicoanálisis
lucia888Ensayo30 de Noviembre de 2020
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En la conferencia se tratan temas muy interesantes pero el de mayor relevancia e interés es el de Pulsión entendida como ese deseo violento y agresivo de terminar con la existencia del otro en la cual se involucra toda la subjetividad y adicional a ello el apasionamiento y el disfrute por matar.
Un término que se encuentra directamente relacionado con la pulsión es de Sevicia que literalmente significa “crueldad” que comprende todos aquellos malos tratos infligidos a una persona de manera excesiva como el sadismo, la iniquidad, ferocidad, brutalidad e insensibilidad severa.
Términos que un participante de la audiencia plantea y lo relaciona con los Nazi siendo este el ejemplo perfecto para comprender dichos términos porque claramente se evidenció en el holocausto, considerado como “El mayor y más horrendo crimen de la historia de la humanidad".
Pues bien, las personas podrían pensar que ese acontecimiento tan trágico e inhumano, está muy lejos de la realidad colombiana, pero en realidad no es así. Puesto que la guerra y la violencia que ha azotazo al país a lo largo de la historia son sucesos que se encuentran estrechamente ligados a la pulsión y la sevicia que se materializan bajo la actuación de los diferentes grupos ilícitos y organizaciones licitas como partidos políticos y el ejército.
Inicialmente en los años de la violencia bipartidista en la cual el poder del discurso y una subjetividad dominante de una minoría lleva a dividir un país llevando incluso a dar una representación simbólica muy fuerte a los colores azul y rojo. Símbolos que utilizaron para justificar sus atrocidades donde la sevicia se manifestó a través del denominado corte de franela, corte de corbata y el desmembramiento.
Luego con la guerra entre los guerrilleros y los paramilitares donde nuevamente encontramos el desmembramiento, el descuartizamiento, y pese a que los motivos por los cuales se llevan a cabo son distintos, los comportamientos son muy semejantes: la decapitación, todo esto que se produce, castrar al otro, cortarle la cabeza, los brazos, las piernas y preferiblemente estando vivo. Es un lenguaje que claramente expresa la Pulsión.
Pero lo más grave e inconcebible es que estos comportamientos de pulsión y sevicia también son ejecutados por parte del estado y específicamente del gobierno a través del ejército con los denominados “Fasos positivos” donde hay una lógica del Estado de pagar recompensas a los militares por cada guerrillero muerto, un precio por la vida, por cada guerrillero muerto o detenido, pero preferiblemente muerto. ¿acaso la vida de una persona puede llegarse a considerar una mercancía para tener un valor monetario?
Esto desató una lógica en el ejército de la desaparición forzada y el asesinato,
satisfacer ese pequeño interés, por medio de coger personas que supuestamente no son amadas por nadie, no son reconocidas por nadie, desechables, es decir, personas que no tienen casi familia, porque dijeron que a las personas que tuvieran antecedentes penales las empezarían a desaparecer y luego las presentarían como guerrilleros muertos. Una cosa absolutamente trágica.
Y pese a que han pasado once años de aquel suceso, aún se evidencian estos comportamientos, pero ahora en La Policía Nacional.
En la cual la sevicia y la pulsión ya no es ajena a la imagen de justicia que tenemos en nuestro país ya que lo podemos evidenciar en lo ocurrido el pasado 10 de septiembre con el abogado Javier Ordóñez quien suplicaba por su vida ante la sevicia y pulsión de los dos policías quienes golpean y descargaban choques eléctricos quienes no se detuvieron hasta acabar con vida de esta persona, un acto de rotunda Brutalidad Policial.
En conclusión, estos comportamientos han trascendido al tal punto que hacen parte de nuestro contexto social, e incluso dentro de nuestra cotidianidad incorporándose hasta en nuestros sistemas de gobierno, evidenciándose la degradación del país, por medio de la compulsión ejercida por la educación y el medio cultural. como la transmisión de programas de televisión sobre narcotraficantes y sicarios, por ello se plantea la reconstrucción de la sociedad en una sociedad civil. En la cual cada persona sea capaz de controlar y manejar sus emociones, impulsos, recuerdos, crisis, problemas, sin recurrir a la satisfacción de trasgredir al otro. Ya que las pulsiones egoístas se transmudan en pulsiones sociales.
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