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Aprendizaje Basado En Competencias


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2013  •  2.113 Palabras (9 Páginas)  •  306 Visitas

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El aprendizaje basado en competencias.

Las universidades siempre han tenido en su misión el desarrollo de una formación integral de sus estudiantes. Sin duda, entre los objetivos prioritarios estaba, desde su inicio, el desarrollo social del alumnado, aunque quizás nunca se había preocupado hasta hoy de medir y evaluar los logros alcanzados.

Diversas investigaciones realizadas en las últimas décadas destacan los resultados obtenidos y describen los factores y las dimensiones que configuran lo que puede entenderse por dimensión social.

Desde la declaración de Bolonia en 1999, viene debatiéndose el modelo de universidad europea en el seno de las universidades y en diversos foros nacionales e internacionales. Se han ido analizando encuentros y cumbres ministeriales que ayudan a avanzar en el desarrollo del EEES. Sin embargo, sólo recientemente, en la cumbre celebrada en Londres en el año 2007, se refiere por primera vez a la dimensión social de las universidades.

La educación superior debería desempeñar un papel esencial en la promoción de la cohesión social, en la reducción de las desigualdades y en la elevación del nivel del conocimiento, destrezas y competencias en el seno de la sociedad. Las políticas de educación superior deberían enfocarse a maximizar el potencial de las personas en cuanto a su desarrollo personal y a su contribución a una sociedad sostenible, democrática y basada en el conocimiento.

De algún modo, se puede afirmar que se está re-conceptualizando el enfoque pedagógico universitario y los propósitos de su misión actual, como también su devenir para dar una respuesta satisfactoria a las nuevas demandas personales, sociales y culturales de la sociedad de nuestros días.

En la actualidad, se ha retomado con enorme fuerza el enfoque de aprendizaje basado en competencias en la enseñanza universitaria y se está iniciando en la educación no universitaria. Este modelo está en la base del proceso europeo de convergencia. El modelo de competencias intenta desarrollar un aprendizaje vinculado con el ejercicio de la profesión y, por tanto, con un cierto carácter profesionalizador, aunque siempre desde la consideración que los estudiantes están en un periodo formativo académico, y es aquí donde se evalúan las competencias y su aprendizaje.

El aprendizaje basado en competencias, en adelante ABC, consiste en desarrollar las competencias genéricas o transversales necesarias y las competencias específicas, con el propósito de formar a las personas sobre los conocimientos cien- tíficos y técnicos, su capacidad de aplicarlos en contextos diversos y complejos, integrándolos con sus propias actitudes y valores en un modo propio de actuar desde el punto de vista personal y profesional. Por ello, no se trata sólo de mejorar la preparación profesional de los estudiantes para ocupar un puesto laboral determinado, sino, principalmente, ofrecer una formación más sólida, más firme, más acorde con el enfoque de lo que debe ser una buena formación universitaria, que ayude a los estudiantes a saber, a saber hacer, a convivir y a ser. Ello requiere el desarrollo de competencias que van más allá del mero conocimiento, y pone el énfasis en una integración entre el contenido de lo que se aprende con su integración en la estructura mental de cada estudiante, logrando que ese aprendizaje sea más duradero y significativo.

El enfoque basado en competencias está siendo objeto de análisis e implementación en muchas universidades europeas, con el consiguiente debate entre las ventajas de este enfoque versus una perspectiva más tradicional. El foco de las competencias genéricas representa un mayor cambio generalizado hacia lo que se denomina progresismo instrumental. Este concepto incluye un énfasis en la accesibilidad, transferencias de las competencias, formación competencial y modularización, de modo que perfila el desarrollo de los estudiantes como prácticos reflexivos.

En nuestro concepto de competencia, existe una necesaria integración entre los diversos elementos que la deben configurar: motivos, actitudes y valores, conocimientos y habilidades intelectuales, técnicas, normas y procedimientos que diferencian la actuación o el comportamiento en el desempeño académico-profesional. La competencia es un concepto integrador difícil de definir y evaluar, que busca el sentido global y ontológico de la acción y de la tarea profesional.

Un profesional no sólo desempeña bien su trabajo, sino que también lo hace demostrando su actitud y sus valores de modo coherente. Los valores como prioridades vitales de las personas ofrecen la orientación de las acciones y de los comportamientos, que, para ser eficaces, deben basarse en la adquisición de conocimientos y habilidades que se demuestran en el desempeño en contextos reales o simulados.

El aprendizaje basado en competencias se fundamenta en la selección de aquellos aspectos esenciales que la universidad desea para la formación de sus estudiantes en cada carrera, junto con el análisis de las exigencias profesionales que ayudarán a definir y priorizar las competencias fundamentales requeridas en una determinada área profesional y/o de especialidad.

La universidad tiene, en su esencia, la misión de formar al universitario, en primer lugar, como persona, en segundo lugar, como profesional que desempeñará un trabajo para el que está siendo preparado y, en tercer lugar, como ciudadano, lo que se podría denominar competencias cívico-sociales. El enfoque basado en competencias conjuga, quizás como ninguno, la integración de todas estas dimensiones de la formación. Es evidente que si la universidad no integra estos elementos en sus actividades formales e informales de formación, no se podrá lograr esta formación integral del estudiante. Por otra parte, el enfoque de competencias, además de su complejidad conceptual, que la tiene, está muy vinculado al enfoque didáctico-pedagógico, lo que quiere decir que sin un cambio metodológico claro y sin un cambio en la forma de pensar, planificar, desarrollar y evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje, el aprendizaje basado en competencias será una moda pasajera, una oportunidad perdida, un sueño educativo más.

Aceptando las dificultades que encierra, consideramos que este enfoque puede ser la mejor oportunidad que tienen las universidades, y muy especial- mente las universidades mediterráneas, con una historia más centrada en una buena enseñanza que en un buen aprendizaje, de intentar el cambio, lo que requiere una transformación de la cultura en la universidad como organización, en sus estructuras e infraestructuras. Un cambio de paradigma que supone modificar hábitos y costumbres

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