Apuntes de clínica psicoanalítica
Antonella LuqueApuntes25 de Julio de 2025
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Apuntes de Clínica Psicoanalítica I | Unidad 1
Clínica de la Mirada y de la Escucha
Clínica de la escucha:
Escuchar, en el sentido freudiano y lacaniano, no es registrar un contenido literal, ni otorgarle sentido desde afuera, sino atender a lo que en el decir del sujeto se desborda, tropieza, retorna o falla. En el caso del trabajo clínico con niños, esta escucha no se limita al discurso verbal, sino que se extiende al juego, al cuerpo, al silencio y al síntoma como soportes de significación.
El analista no interviene desde un saber sobre el niño, sino que habilita un espacio en el que el niño (y también sus padres) puedan devenir sujetos del decir, es decir, autores de su propio relato inconsciente. Es una escucha que no impone sentido, sino que abre al sujeto a la posibilidad de apropiarse del suyo.
En niños, esta escucha también es estructurante. No busca “leer” el contenido del juego o del dibujo como si fueran jeroglíficos a descifrar, sino abrir la posibilidad de un decir donde antes solo había repetición o conducta sintomática.
Por eso, escuchar es ya intervenir, y lo es en el sentido de habilitar una escena donde se produce un lazo con el Otro simbólico, a través del cual el niño puede comenzar a subjetivar su padecimiento.
Clínica de la mirada:
En psicoanálisis, la mirada no es meramente perceptiva, sino una función con peso estructural. Para un niño, ser mirado es mucho más que ser visto: es ser inscrito, reconocido, “existir” en el campo del Otro.
La mirada puede ser una vía de afiliación simbólica, pero también un lugar de angustia cuando falta o cuando invade. Su ausencia puede generar una experiencia de no existencia psíquica, mientras que su exceso puede vivirse como intrusión o colonización narcisista por parte del Otro.
En la clínica, esto se traduce en manifestaciones como:
- Niños que actúan para “hacerse ver”, como modo de forzar la mirada del Otro que no los aloja simbólicamente.
- Niños que se repliegan, se inhiben o presentan síntomas conversivos ante el exceso de mirada, especialmente en contextos donde son objeto del deseo o de la angustia parental.
En ambos casos, la mirada no ha funcionado como shifter de la inscripción subjetiva, sino como fuente de captura o de exclusión.
Dolto advertía que no mirar a un niño es también no reconocerlo como sujeto, y que muchas veces se le habla o se lo toca sin mirarlo, anulando su existencia simbólica.
En esta dirección, la mirada del analista debe operar como sostén simbólico, como espacio donde el niño pueda ser visto como sujeto y no como objeto de corrección, goce o control.
Diferencias entre la Especificidad de la Clínica con Niños y Adolescentes y la Clínica de Niños y Adolescentes como Especialidad
Especificidad de la Clínica con Niños y Adolescentes:
La especificidad clínica refiere a las condiciones particulares que delimitan el campo de la intervención psicoanalítica con niños o adolescentes. Se trata de un posicionamiento estructural subjetivo, de una determinada lógica de funcionamiento del aparato psíquico, del lazo con el Otro, del acceso al lenguaje y de la forma de alojar la transferencia.
El trabajo clínico con niños implica un doble plano: la sesión con el niño y el trabajo con los padres.
Desde el psicoanálisis, el niño no posee una estructura psíquica cerrada ni acabada. El diagnóstico estructural en la infancia es prematuro, ya que el psiquismo se encuentra en una etapa de constitución de estructura y no de estabilización.
El analista no opera sobre una entidad psicopatológica constituida, sino que su intervención puede ser incluso estructurante, en tanto habilita nuevos modos de inscripción del sujeto en la red simbólica.
En la adolescencia, por el contrario, el sujeto se encuentra en pleno proceso de desestructuración y reestructuración. Ya hay una historia estructural previa (aunque no necesariamente estabilizada), pero el paso por la pubertad reactualiza conflictos, duelos y reorganiza el aparato psíquico.
La adolescencia es entonces un tiempo de duelo por el cuerpo infantil, de cuestionamiento de la autoridad parental y de reconfiguración del deseo. Por eso, la especificidad de la clínica en esta etapa requiere una posición técnica más flexible, sensible al momento pulsional y a la posición transferencial singular del adolescente.
Aspecto | Clínica con Niños | Clínica con Adolescentes |
Acceso al dispositivo analítico | A través de los padres o adultos responsables. | A veces por demanda propia, a veces forzado. |
Lenguaje privilegiado | Juego, dibujo, dramatización. | Palabra, relato, actuación. |
Transferencia | Transferencia doble o múltiple: niño y padres. | Transferencia directa, pero inestable y ambivalente. |
Riesgo clínico | Riesgo de no simbolización. | Riesgo de acting out o interrupción abrupta. |
Tiempos psíquicos | Procesos primarios predominantes. | Reactualización de escenas infantiles. Procesos secundarios incipientes. |
Función analítica | Acompañar la estructuración. Función de sostén. | Sostener la caída de identificaciones previas, habilitar una nueva posición deseante. |
Clínica de Niños y Adolescentes como Especialidad:
Hablar de clínica psicoanalítica con niños y adolescentes como especialidad no es lo mismo que hablar de la especificidad clínica, ya que la especificidad refiere a las características propias del trabajo clínico con estas poblaciones —como la presencia de los padres, el uso del juego, la modalidad transferencial o el lugar del dibujo—, mientras que la especialidad implica una formación técnica, teórica y ética sistemática que habilita al analista a operar desde un saber clínico específico, con herramientas conceptuales y metodológicas adecuadas para abordar el desarrollo, el deseo y el sufrimiento psíquico en niños y adolescentes.
El trabajo con niños y adolescentes requiere una formación específica no solo en las particularidades estructurales del psiquismo infantil y adolescente, sino también en la construcción de un dispositivo que necesariamente incluye a los padres y a otros actores (escuela, instituciones).
Esto implica una formación en técnicas como el juego terapéutico, el análisis de dibujos, el trabajo con entrevistas parentales, la escucha del síntoma como fenómeno transgeneracional, etc.
Psicoanálisis con Niños a Partir de Freud
Freud fue el primero en pensar al niño como un sujeto del inconsciente y en introducir en el campo de psicoanálisis una serie de conceptos fundamentales para pensar la infancia. Entre esos: pulsión, sexualidad infantil, represión, síntomas, transferencias, fantasmas, complejos de Edipo.
El caso paradigmático de Juanito es un análisis por interpuesta persona que realiza a partir de los informes y observaciones del padre del niño. Allí, el síntoma fóbico —la fobia a los caballos— es interpretada como formación sustitutiva de las angustias castratorias y del deseo incestuoso hacia la madre. Este caso da inicio a una “clínica del síntoma infantil con estatuto simbólico”, donde el síntoma no es visto simplemente como una disfunción conductual (o fallo en la conducta), sino como una respuesta estructurada ante el conflicto Edípico.
En relación a la transferencia, Sigmund Freud advirtió que la transferencia en la clínica infantil no se genera del mismo modo que en un adulto, ya que los padres están implicados como figuras reales de autoridad y como portadores de deseos sobre el niño. En la clínica infantil va a haber una intervención importante de los padres.
En la conferencia de 1933, aclara: “La transferencia tiene otro papel en el análisis de un niño, y la causa de ello es que los progenitores reales siguen presentes”. Una dificultad de la clínica con niños es el lugar de los padres en los dispositivos analíticos, Freud plantea la necesidad de trabajar con los padres como vectores simbólicos. Eso incluye escuchar el discurso de los padres, porque no los podemos separar de los niños, ya que los niños de ellos no se han separado.
Los niños neuróticos:
La neurosis infantil es una forma de resolución edípica que implica la represión y la inscripción de la ley paterna o Nombre del Padre.
Los síntomas infantiles deben leerse como signos de una estructuración subjetiva en proceso. Son manifestaciones del trabajo psíquico frente a la angustia y el deseo.
Aportes Fundamentales de Freud al Psicoanálisis:
- La sexualidad infantil:
La teoría de la sexualidad infantil rompe con la visión idealizada de la infancia asexual propia de la época victoriana. El niño es un ser sexual, sin embargo, la sexualidad en el niño no se manifiesta de forma genital.
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