Introducción a la clínica psicoanalítica con niños

• Sitúe la importancia de la entrevista en la clínica con niños.

Con el fin de responder a la pregunta de la consigna de este trabajo sobre la importancia de la entrevista en la clínica con niños, realicé un recorrido por las teorizaciones de los diversos autores propuestos por la cátedra: Lacan, Mannoni, Nasio y Flesler.

Con la lectura de los autores citados pude discernir que la importancia de la entrevista radica en detectar en qué lugar está ubicado el niño en el discurso de los padres, ya que esto nos hablaría de una particular dinámica intrafamiliar y daría indicios sobre cómo se relacionaría esto con el síntoma por el que llegan a la consulta. Además, esto contribuiría a formular una dirección para la cura.

Por lo general, el niño no llega solo a la consulta; es llevado por alguien, que consulta por ese niño y la mayoría de las veces, son los padres o uno de los dos. Esto implica escuchar a su discurso según sus leyes.

Tomaré una viñeta que expuso una profesora en el seminario: un niño con diagnóstico de Autismo llega a la consulta con su mamá, quién es la que habla. El padre no asiste. En el curso de la entrevista se evidencia un pegoteo de la madre con su hijo, es una madre hiper presente, sobreprotectora, al punto de dejar todas sus actividades para atender sus demandas. Cuenta que duermen juntos en la misma cama y el padre a la noche juega a la Play y no los molesta.

Podría pensarse, siguiendo a Lacan, que cuando no existe mediación entre el niño y el deseo de la madre dada por la función del padre, este niño queda capturado por el deseo materno. Se convierte en su objeto, lo que Lacan designa como objeto a en el fantasma materno. Esto es lo que podría haber sucedido con el niño de la viñeta.

Es importante también ver qué posición debe adoptar el analista frente a esto, ya que, como dice Mannoni “la entrada de los padres con su hijo al consultorio del analista representa un signo de que se busca la ayuda de un tercero”. Se debe diferenciar el pedido de los padres, de la demanda que el niño podría articular en relación a su propio deseo. Mannoni continúa diciendo que el niño se convierte en soporte de un síntoma que oculta la neurosis familiar, que es producto de cómo se vehiculiza lo no dicho, de situaciones que no se han verbalizado con claridad, por lo que es conveniente cuestionar el diagnóstico proporcionado por la familia. El niño hace síntoma debido a su imposibilidad de vivir con deseos propios, ya que vive alienado por las fantasías parentales. Cuando el analista cuestiona el diagnóstico traído, surge la angustia en esa familia, porque, dice la autora, cuando acuden con uno “generalmente no desea cambiar en nada el orden establecido”.

Es interesante observar particularmente a la madre; la posición del padre para este niño se desprenderá del lugar que éste ocupe en

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