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CALIDAD DE VIDA PERCIBIDA Y PERFIL PSICOLÓGICO DE LOS CUIDADORES DE PACIENTES CON ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA QUE SON ATENDIDOS EN EL SERVICIO DE NEFROLOGÍA DEL HOSPITAL CENTRAL DE MARACAY DEL ESTADO ARAGUA


Enviado por   •  27 de Mayo de 2014  •  3.121 Palabras (13 Páginas)  •  527 Visitas

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CAPITULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

La creciente consideración de los factores psicológicos y sociales en el proceso salud-enfermedad ha ido sustituyendo a la concepción biologicista que dominó el pensamiento médico durante el siglo XIX y parte del siglo XX. Puede decirse que hasta hace muy poco, el tratamiento médico de la enfermedad crónica se dirigía fundamentalmente al alivio de los síntomas y, si era posible, a la prolongación de la vida. Durante los años 60 y 70 del pasado siglo, los simples indicadores materiales del bienestar humano evolucionaron hacia la consideración de indicadores psicológicos y sociales, por lo cual la categoría calidad de vida se abrió a las dimensiones psicosociales y no tanto a las económicas. (García y Rodríguez, 2007).

Este hecho ejerció una notable influencia en el campo de la salud, contribuyendo a asumir que no sólo era importante la curación de la enfermedad, sino el logro de una vida más funcional y satisfactoria para las personas que aquejaban enfermedades crónicas. De aquí que comenzara a utilizarse el término calidad de vida como un objetivo a alcanzar a punto de partida de tratamientos o procesos de rehabilitación. (loc. cit.)

En la actualidad, se acepta que tanto la salud como la enfermedad están condicionadas por situaciones que rebasan los estrechos límites del cuerpo y que tienen que ver con el comportamiento individual, el ámbito natural y social en el que el individuo vive, y los determinantes económicos

de su propia realidad. (Morales Calatayud, 1997: 125)

En este sentido, la enfermedad renal crónica (ERC) empeora lentamente con el tiempo. En las etapas iniciales, puede que no haya ningún síntoma. La pérdida de la función por lo regular tarda meses o años en suceder y puede ser tan lenta que los síntomas no ocurren hasta que el funcionamiento del riñón es menor a una décima parte de lo normal. (Tolkoff, 2007).

Además, la ERC lleva a una acumulación de líquido y productos de desecho en el cuerpo. Esta enfermedad afecta a la mayoría de funciones y sistemas corporales, incluyendo la producción de glóbulos rojos, el control de la presión arterial, la vitamina D y la salud de los huesos. (loc. cit.)

Sobre las bases de las ideas expuestas, en las enfermedades crónicas en particular, cada individuo manifiesta estados emocionales, comportamientos y valoraciones acerca de su condición de enfermo, las limitaciones o cambios que la enfermedad le impone y las exigencias de los procedimientos diagnósticos o terapéuticos a los que debe someterse, la percepción y evaluación que hace de su pronóstico y el impacto que la enfermedad trae para su vida actual y futura, como también la de sus familiares cuidadores.

En consecuencia, la familia constituye el principal elemento de apoyo para el enfermo durante el curso de su enfermedad. Sin embargo, para ella en su totalidad, más aún, para aquel miembro que se erige como cuidador principal, bien sea: la madre, la hermana, hijo o hija, entre otros, representa un desgaste físico-emocional, que conlleva al deterioro de su propia salud, y desmejoramiento de su calidad de vida.

Sobre este asunto Garcias, R. (2011) expresa que:

…la atención médica y su tratamiento pasan a ser parte de la vida familiar, invadiendo en su totalidad las actividades de todos y cada uno de los miembros de la familia y centrándose en las demandas de la enfermedad y del enfermo… (p.1)

Es por ello que ser padre, madre o cuidador de un enfermo convaleciente de una enfermedad crónica, degenerativa o de larga duración, en este caso específico la ERC o Insuficiencia Renal Crónica (IRC). Donde surgen factores generadores de estrés específico que alteran el curso vital del enfermo y de sus cuidadores. Por ser una enfermedad difícil donde la vida del paciente depende de estar conectadas largas horas a una maquina, también, sometido conectadas largas horas a una maquina, también, sometido a un riguroso control de su estilo de vida, les produce una situación de shock, luto o duelo. Así mismo, Levy (1984) dice que; para los pacientes renales crónicos en tratamiento de hemodiálisis esta capacidad de realizar el luto supone mucho más que tolerar ser conectado a la máquina como principal factor para aliviar sus dificultades. También incluye trabajar conflictos antiguos, comprometerse con su nueva imagen corporal, muchas veces alejarse de los familiares y del hogar, de los amigos, del trabajo; en fin asumir una nueva identidad, la de enfermo renal crónico en tratamiento de hemodiálisis. Siendo así, es un enfermo que convive con una de las más estresantes situaciones de vida, el temor de la muerte por la vida que la máquina le proporciona.

Ahora, en este momento, tanto en paciente como en el cuidador, comienza la construcción de una nueva personalidad. Como afirma Bandura (2007); que la personalidad se desarrolla y cambia a través de la vida, pues es el resultado de la interacción de la herencia genética ‘el temperamento’ y el ambiente del ser humano, por el aprendizaje social y las experiencias personales ‘el carácter’. (p. 134). En otras palabras, la personalidad es la manera habitual en que se la persona, donde manifiesta su conducta y

experiencia según como nos condiciona el entorno.

Pues bien, el cuidador del paciente renal es un individuo cuya personalidad esta constantemente influida por su entorno, que es la asunción del estilo de vida de su familiar enfermo que por las características antes mencionadas, no es de buena calidad. Así, los cuidadores por un lado habrán de enfrentarse a más dificultades de las habituales, dificultades que pueden prolongarse a largo plazo y han de irse resolviendo junto con otras adversidades propias del ciclo vital, como; responsabilidades familiares, económicas, laborales, sociales, entre otras, pero sobre todo deberán tomar decisiones que probablemente nunca pensaron desafiar.

Ante esta circunstancias, la psicología aplicada a la nefrología según, Bingaman (citado en Rudnicki, T., 2005); “…puede ser entendida como una visión integrada del hombre en su unidad biológica y psicosocial, considerando su medio ambiente y su contexto sociocultural.”. (p. 93) Aquí se tienen en cuenta educación, creencias, religión, empleo, familia, sexo, edad, profesión, vivienda, alimentación, enfermedad física, tratamiento y sus repercusiones. Estos aspectos permiten una visión más comprensiva del paciente con su medio, así como las relaciones con dichas variables. Por lo tanto, según Levy, N.B. (ibíd.: 94), la psicología

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