CASO DEL CONEJO CAZADOR Y SU ARTICULACIÓN TEORICOPRACTICA

CASO DEL CONEJO CAZADOR Y SU ARTICULACIÓN TEORICOPRACTICA

SCENNA, Ana

anascenna@hotmail.com

Seminario de promoción Psicoanalítica

CASO DEL CONEJO CAZADOR Y SU ARTICULACIÓN TEORICOPRACTICA

Resumen

Con respecto al caso “el conejo cazador” se tendrá en cuenta su relación con síntomas, el que plantea el paciente que tiene, el cual le da motivo a su visita psicoanalítica; sueños, su pesadilla en relación a la idea de alimento y olor; represión, cuando este se da cuenta de que en su infancia tuvo una determinada vivencia con su madre y necesita alejarla de la esfera consiente; fijaciones, etc.

Dentro de cada parte de articulación, primero se hablará con respecto al caso, planteando la situación para su correcta interpretación y luego se abarcaran más temas relacionados, como los obreros del sueño, cómo surgen los síntomas, cómo se dan los procesos de represión y más.

Palabras clave

Síntoma, sueño, represión, fijaciones, libido.

Introducción

En el siguiente trabajo se planteará una articulación teórico practico con el caso “El conejo cazador” junto con las ideas de sueño y síntoma. Primero daré una definición de lo que se entiende por síntoma y sueño, y luego iré articulando parte por parte segmentos del caso mencionado haciendo referencia a las cuestiones teóricas planteadas por Freud, definiéndolas y ejemplificando cómo es que estas ocurren.

Desarrollo

Síntoma: hace referencia a un proceso patológico, da cuenta de la posible sustitución de una satisfacción pulsional que ha sido interceptada debido a la represión. El yo se encarga, por mandato del SuperYo, de quitar la investidura de la agencia representante de pulsión que es necesario eliminar, la emplea para el desprendimiento del displacer o angustia. “El yo consigue coartar el devenir consiente de la representación que era la portadora de la representación desagradable” (Freud, 1926, p. 87). Se huye de eso que generaría displacer en el campo consiente. Por lo tanto, la represión es un intento de huida.

Dentro del conflicto se encuentra la libido insatisfecha, rechazada por la realidad, que tiene que buscar otros caminos para lograr su satisfacción. Más allá de que acepte otro objeto en lugar del denegado, deberá emprender el camino de la regresión y satisfacerse dentro de una de las organizaciones ya superadas o por medio de algún objeto ya antes resignado, es decir que crean un sustituto. “A pesar de la represión, la moción pulsional ha encontrado… un sustituto, ero uno harto mutilado, desplazado, inhibido.”(Freud, 1926, p. 90).

En el camino de la regresión, la libido es cautivada por la fijación que ella ha dejado tras sí. El conflicto se da si el yo no presta su acuerdo a estas regresiones. La libido es “atajada” y debe escapar hacia donde halle una salida para su investidura, según lo exige el principio de placer, y debe sustraerse del yo. Esta escapatoria se la permiten las fijaciones dejadas en la vía de su desarrollo, cuando la libido inviste estas posiciones reprimidas se sustrae del yo y de sus leyes. Ahora pertenece al inconsciente y está sometida a la condensación y desplazamiento. Esas fijaciones necesarias son halladas en las prácticas y vivencias de la sexualidad infantil, en los afanes parciales abandonados y en los objetos resignados de la niñez. (Freud, 1916-17, p. 327, 328).

Los síntomas constituyen la esencia de la enfermedad, son actos perjudiciales o inútiles para la vida en su conjunto, conllevan displacer o sufrimiento.

Inhibición: limitación normal de una función, sea por precaución o por consecuencia de un empobrecimiento de energía.

Angustia: es reproducida como estado afectivo siguiendo una imagen mnémica preexistente. Los estados afectivos están incorporados en la vida anímica como unas sedimentaciones de vivencias traumáticas y en situaciones parecidas despiertan como símbolos mnémicos. Un símbolo de afecto para la situación del peligro constituye una necesidad biológica.

Por otro lado, con respecto a los sueños, Freud mantiene que todos estos representan la realización de un deseo por parte del soñador, incluso las pesadillas. Hay sueños negativos de deseos, donde lo que aparece es el incumplimiento de un deseo. El motor del sueño son los restos diurnos.

Como consecuencia de la represión, que también está presente en el sueño aunque en menor medida que en la vigilia, el sujeto no puede soñar explícitamente con lo que realmente le interesa sino que lo enmascara. Con respecto a esto y a lo que nos acordamos de ellos, que suelen ser fragmentos o ideas desordenadas y sin coherencia, plantea que se puede, a través del análisis y del método del “descifrado”, demostrar un conjunto de ideas coherentes relacionadas con nuestras representaciones que se encuentran en el inconsciente. “Interpretar un sueño significa indicar su “sentido”, sustituirlo por algo que se inserte como eslabón de pleno derecho.” (Freud, 1900, p. 118). Para su comprensión explica que es necesario la fragmentación, ya que todo sueño es interpretable, es decir, puede encontrarse su sentido mediante la división de parte por parte, y luego el paciente asocia libremente y cuenta todo lo que se le viene a la mente con respecto a eso (segundos pensamientos), es decir que lo trata igual que a un síntoma.

En el caso del conejo cazador, el hombre que se analiza, recurre en un principio por un gran síntoma principal (acto perjudicial e inútil para la vida, se realizan contra su voluntad y conllevan displacer o sufrimiento), que era una gran timidez contrastante con sus capacidades intelectuales y prácticas. Aquí se puede ver la ventaja de los síntomas, el cual se fusiona cada vez más con el yo y se vuelve cada vez más indispensable para este, ya que esa actitud de timidez era con el objetivo de generar distancia con las personas para evitar ser el centro de interés y otro posible rechazo, es decir que la persona inconscientemente lo lleva a cabo otorgándole una función.

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