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CERRANDO EL CICLO, EL SUICIDIO


Enviado por   •  15 de Febrero de 2012  •  4.737 Palabras (19 Páginas)  •  697 Visitas

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CERRANDO

EL CICLO

EL SUICIDIO

ES CONDENABLE EL SUICIDIO

NO LA PERSONA QUE LO REALIZA

AUTOR.: JUAN IGNACIO ARIAS ANAYA

A GROSSO MODO

¡Morir con dignidad…! ¡Acabar la vida sin temores!

Estar conscientes y tranquilos, sabiendo estamos a la espera del paso que daremos. ¡Aceptar nuestra muerte hasta con alegría…!

¿Cuántas veces no hemos escuchado estas palabras…?

Y sin embargo, no nos llama mucho la atención, arribar donde todos debemos llegar más pronto que tarde.

Más de alguno se preguntará. ¿De qué sirve hacer el propósito de acabar conscientes nuestra etapa terrena que termina, si después estaremos volviendo a una nada apabullante?

¿En qué beneficia abandonar tranquilamente una vida, buena o mala, si luego encontraremos no existe nada después atravesar el umbral de la muerte…? En pocas palabras… ¿Hay algo después o no lo hay…?

Muchos se rehúsan a buscar respuestas.

Los más tratan negar una realidad que apabulla.

Aunque siempre habrá quién busque respuestas, sabiendo llegará irremediablemente.

La pregunta obvia sería entonces… Si hay tanta duda… Si todos vamos a llegar a eso… ¿Por qué no investigar qué hay después de la vida?

Miles de millones de gente que abandonan el mundo, las ha habido desde siempre. Así ha transcurrido el tiempo, queriendo conocer lo mismo que nos atañe ahora, aunque sea con variantes pero idéntica duda, la cual llega surgida en las conciencias desde tiempo inmemorial.

Teorías van, respuestas llegan. Unas convencen, otras dejan más dudas.

Debo ser yo, quien con cuanto he ido escuchando, busque saber un poco más sobre la muerte. ¡Y sobre un más allá que no aparece claro!

Para estar seguro, antes que nada, necesitaría encontrar alguien a quien seguir de cerca, quien tuviera capacidad de hacer saber qué ocurre realmente cuando la muerte arriba.

Y aún si se encontrara, muy difícil hacer contacto entre el fallecido y el que está vivo. ¡Nos movemos en planos diferentes!

No falta sin embargo quien pretende saberlo todo. Aunque sólo sean suposiciones. ¡Charlatanes hay demasiados!

Las religiones pretenden adueñar de la verdad.

Cada uno de sus dirigentes, exige sean obedecidas sus indicaciones, alegando miles de razones que las más ocasiones son puro bla, bla, bla… y no resuelven el dilema, por muy convincentes que parezcan.

Lo que pasa, es que se habla de un estado de donde nadie ha regresado.

Sin embargo la muerte es algo real. Podemos si no comprender, al menos tratar intuir qué ocurrirá cuando la muerte llegue.

Sin importar arribe luego un padecimiento terrible.

O haya sido provocada por el mismo que muere.

Sin faltar venga ocurriendo luego años de no tener algo qué temer, para encontrarla pereciendo en un accidente de la índole que sea.

Significa la muerte puede llegar de mil maneras, desde aquella que ocurre luego una prolongada agonía, o la otra que luego padecer horrores, la situación resuelve en el final, dando tiempo suficiente para preparar a pasar mejor la partida final.

Aunque la que impacta peor a los que quedan, sea la muerte de improviso.

Una muerte que llega de pronto sin nada que anunciara pronto llegaría.

Cualquier tipo de muerte, rebasa por completo la capacidad humana de aceptarla como algo inevitable.

En el humano el hecho de nacer, significa comenzar a morir.

La muerte es la que brinda un sentido a la vida.

Más de alguno dirá, es un contra sentido. No se crea…

Me perdonan pero no es así. La muerte es la que brinda aceptar vivir. Aunque parezca lo contrario. La naturaleza así está diseñada.

En lo inanimado, hay un constante acabar y rehacer. No hay una sola roca que surge ante la vista, que no vaya resintiendo una erosión que aunque no la apreciemos, se va realizando.

En la hierba del campo ocurre igual. Un día luce esplendorosa, sólo para luego morir, dando origen a una renovación total cuando vuelve a florecer cuanto antes había quedado yerta.

Igual sucede en los humanos. Las células del cuerpo van muriendo a diario, sólo para reponer continuamente, haciendo con ese ciclo vida-muerte, que el cuerpo obtenga su vitalidad y quienes van naciendo, tengan la misma oportunidad que antes tuvieran quienes ya murieron.

En el cerebro igualmente se van perdiendo y recomponiendo las neuronas, que aumentan o disminuyen de acuerdo a su actividad pensante.

Todas las células de nuestro cuerpo perecen, aparentemente demasiadas, para dar lugar al nacimiento de otras nuevas.

Si consideramos esto, el cuerpo que tuvimos cuando niños, ya no existe.

Fue cambiando continuamente, renovando millones de células a modo ahora, pudiéramos decir ya somos otros…

En el trayecto de semanas, meses, años, hemos cambiado de todo a todo, a modo si revisamos, encontraremos todo es diferente cuando cumplimos cierta edad, a diferencia del cuerpo tenido cuando niños.

¡Y sin embargo seguimos siendo los mismos!

Ojo…, en esto debemos fijar nuestra atención.

Eso tan difícil de aceptar, es cuanto nos hace saber estamos en un ciclo donde cambia todo diariamente. Vida en el presente, muerte en el futuro, no siempre muy lejano, pero real… ¡Es el Ciclo de la Vida…!

De él nos olvidamos tratando negarlo, pero siendo conscientes

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