Caso conflicto, confianza y seguridad

El Equipo de Ingenieros

Pablo es parte de una empresa de ingeniería que ofrece servicios a la gran minería. En el último mes, él ha sido sacado del equipo que estaba supervisando recientemente, para hacerse cargo de un equipo de proyectos que quedó “acéfalo” tras el despido de su jefe. Pablo sabe que el equipo heredado es un verdadero problema. Este grupo de trabajo tiene la fama de ser conflictivo y difícil de manejar. El diagnóstico de la empresa es que esta situación se debe por la influencia del jefe que acaba de salir, dado que él fue visto como un tipo con poco sentido de afiliación y un tanto inestable emocionalmente. Así, la esperanza es que Pablo, una persona conocida por ser templada e “interpersonalmente sabia”, venga a enfriar el ambiente del equipo y levantar su desempeño.

El equipo de trabajo está compuesto por 2 ingenieros civiles mecánicos, 2 ingenieros civiles industriales, 2 ingenieros civiles en informática y 3 ingenieros comerciales. Tras entrevistarse con cada uno de ellos, Pablo llegó a la conclusión de que claramente existe una grieta entre el grupo de los ingenieros civiles y los comerciales. Mientras el primer grupo tiende a colocar el acento en la calidad de los procesos a implementar, el segundo defiende la idea de que lo más importante es la reducción de costos. Para complicar más las cosas, Pablo se da cuenta de que dentro del grupo de ingenieros civiles también existen importantes diferencias. Los informáticos piensan que las propuestas de los mecánicos son poco realistas y que son de difícil transferencia y bajada en términos prácticos. Los ingenieros industriales quieren mediar esta situación, pero son incapaces de satisfacer los puntos de vistas de ninguna de las partes.

Al poco andar en las reuniones de trabajo, Pablo es testigo de las dinámicas propias de la relación entre los integrantes de su equipo. El ambiente es tenso y emocionalmente intenso. Por ejemplo, los ingenieros civiles tienden a menoscabar las propuestas de los comerciales dando a entender que “estos” son “no saben nada” respecto de lo que son los procesos y las operaciones, sobre todo en el ámbito de la minería, porque simplemente “ellos” no son ingenieros sino “administradores”. Por su parte, los comerciales tienden a reaccionar señalando “… “ustedes” los civiles podrán ser los “capos” de los procesos, pero al final del día es el desempeño financiero, propio de “nuestra” disciplina, lo más importante para los resultados de un proyecto. En la otra esquina, los civiles industriales se mantienen mudos, en general no comparten información, no opinan ni proponen ideas para realizar el trabajo, aún cuando en las reuniones que cada uno de ellos tuvo con Pablo señalaron tener soluciones “distintas a lo convencional” para los problemas del equipo. Al parecer, a ellos les preocupa el riesgo que implica señalar estas ideas en el ambiente actual de trabajo y ser vistos como incompetentes al no alinearse con lo que los otros están discutiendo. Finalmente, los informáticos también están callados, pero en este caso pareciera ser que, de acuerdo con lo indagado por Pablo, se explica porque ellos se sienten menospreciados en el equipo al ser considerados como “aquellos que tienen que ejecutar no más el trabajo…”

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