Conflictos Familiares
saryto3 de Octubre de 2013
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LOS CONFLICTOS FAMILIARES
Desarrollo
Cuando la familia atraviesa un conflicto se encuentra en un momento de desarmonía, desequilibrio y confusión, aparecen problemas que no fueron resueltos en el pasado y que ahora se han convertido en problemas mayores. Este conflicto aparece algunas veces cuando una situación de tensión presiona a la familia o bien cuando ya se ha llegado al límite de la paciencia, se requieren de ciertos cambios que no se pueden generar, porque no se sabe cómo o bien algún miembro no está dispuesto a cooperar.
Dentro de un conflicto familiar las reglas y los roles de la familia se hacen confusos o se ven rebasados. Los valores y objetivos pierden importancia. Se ceden las expectativas y las prohibiciones. Una crisis de este tipo necesita un cambio decisivo y cada cambio implica una nueva adaptación.
Todo aquello que implica un cambio permite crecer y aprender de nosotros y de quienes nos rodean. Por lo tanto, los conflictos familiares son avances y crecimientos, que se experimentan en todo grupo humano. Siempre hay que mantenerse alerta a los problemas, y situaciones que estresen, para comenzar a trabajar en la superación y solución de los mismos.
La familia
La familia es el marco que contiene a los miembros que crecen en ella. Se le concibe como un sistema abierto, como una totalidad. Cada uno de los miembros está íntimamente relacionado y, por lo tanto, la conducta de cada uno influirá en los demás. La vida en familia es un medio educativo para todos, en la cual debemos dedicar tiempo y esfuerzo. La familia, es nuestra fuente de socialización primaria.
No existe la familia perfecta. Los conflictos y los cambios forman parte de la vida familiar. Cada familia se transforma con el correr del tiempo y debe adaptarse y reestructurarse para seguir desarrollándose. La familia puede identificar a uno de sus miembros como "el que causa el conflicto", al que se señala como "el problema". Este suele ser el más vulnerable. En la terapia familiar se lo denominará paciente identificado.
Situaciones que se mencionan a menudo como crisis:
La separación de los padres, la pérdida de un miembro de la familia (duelo), la etapa de la adolescencia en los hijos, infidelidad conyugal, pérdida del trabajo (cesantía), etc. Hay que tener en cuenta que lo que puede ser motivo de conflicto en un hogar, en otro puede no serlo. Depende de la familia y de los recursos (hábitos, pautas de conducta, reglas, etc.).
Los obstáculos, aparecen en las reglas de la familia, en las metas y objetivos de la familia, en la definición de los roles de cada miembro, en la comunicación, en la historia familiar y en la intimidad de cada uno. Entonces, se deberá investigar la raíz del conflicto, para comenzar con pautas puntuales de intervención en el ambiente familiar. Es fundamental que cada integrante colabore y tenga confianza que entre todos pueden superar el problema. La actitud positiva y abierta ayuda a mantener la opción de una solución sanativa. Quienes necesitan de un trato delicado y cuidadoso son los niños, por ser los más vulnerables debido a que su estructura mental, emocional y física, se encuentra en formación. Por ello, es común encontrar problemas de autoestima, depresiones, inadaptación social, problemas académicos, que se evidencian tras un conflicto familiar. Por ello, es la instancia que moldea pautas de conducta y actitudes de quienes son sus integrantes.
No es menos cierto que los conflictos no se pueden evitar en la mayoría de las situaciones. Pero, debemos estar preparados para afrontarlos. Al igual como nos alimentamos balanceadamente para mantener nuestro organismo alejado de posibles enfermedades. Lo mismo acontece con los conflictos. Una familia nutridora, será portadora de anticuerpos capaces de hacerle frente a cualquier dificultad y le será más fácil poder salir airosa.
Debemos tener presente de una familia nutridora: La casa en la que vive la familia es fundamental. La limpieza, el orden y el mantenimiento son tareas importantes que se pueden realizar en común acuerdo y designación de tareas, procurando que estas no ahoguen las relaciones entre los miembros dedicándose férreamente a estas. No olvidar expresar las opiniones y dejar que los hijos también se expresen. Ser coherente, para que nuestro actuar y pensar se complementen .Ser paciente, ayuda a la tolerancia y el respeto por los demás. Demostrar nuestro cariño por los demás con nuestra actitud .Alabar cuando algún miembro de la familia se destaque. Acostumbrarse, a pedir perdón por los errores. Mantener conversaciones familiares y tiempo de convivencia sistemática. Escuchar siempre con atención. Crear situaciones de diversión familiar. Mantener valores y reglas claras que no lleven a confusiones, y sean respetadas por todos.
Los conflictos son resueltos por ellos mismos, ya que, tienen las herramientas anteriormente descritas, que son tan necesarias e imprescindibles en toda familia.
En una familia donde existen relaciones saludables presenta las siguientes características:
• Los miembros se sienten muy unidos los unos a los otros.
• Se piden ayuda entre sí.
• Les gusta pasar juntos el tiempo libre.
• Les es fácil encontrar momentos para hacer cosas juntos
• Promueven la participación de todos.
• Son aceptadas las sugerencias de cada uno de los miembros.
• Se muestran afecto y pueden expresar libremente sus emociones
Las relaciones saludables se pueden generar incentivando:
• Un clima de confianza y de libertad
• La amistad entre todos los miembros
• Propiciando el dialogo entre sus integrantes como forma de resolver las desavenencias.
• Enseñándonos entre todos y con el ejemplo a ser responsables de sus actos.
• Creando oportunidades de conversación, para escucharnos y poder comprendernos.
• Brindando y expresando amor, propiciando el desarrollo de la afectividad entre los miembros
• Fomentando en el espacio donde nos encontremos, una atmósfera positiva en la que se practiquen valores como: la tolerancia, el respeto, la solidaridad, etc.
¿Qué hacer enfrente de un conflicto?
En todas las familias es frecuente que se vivan problemas o dificultades; esto hasta cierto punto es normal, lo importante es cómo se enfrentan y resuelven. Las dificultades pueden ayudar a aclarar malos entendidos, a reconocer errores y fortalecer los lazos afectivos y de comunicación entre los integrantes de una familia. Los integrantes de una familia reaccionan de diferente forma frente a las dificultades. A algunos les pueden dar ganas de gritar, a otros de hablar; también hacen como que no pasa nada o evitan hablar de lo que sucede. Cuando no se resuelven las dificultades familiares, se puede ocasionar un ambiente de tensión, enojo o violencia, que afecte el estado de ánimo de sus miembros. Esto puede llevarlos a buscar sus propias soluciones, que muchas veces pueden exponerlos a diversos riesgos. Por eso es tan necesario que juntos analicen y busquen posibles salidas a los problemas.
Aprender a manejar los conflictos no es una tarea fácil, se necesita más que buena voluntad para hacerlo.
Maneras de asumir la solución de un conflicto
• Solucionar un conflicto en el momento que ocurre y no esperar que ocurra otro para intentar solucionar el primero.
• Para solucionar un conflicto hay que dejar de lado la crítica y el desprecio.
• Se debe tener la máxima confianza en la otra persona.
• Recordar momentos familiares en los que la familia haya estado unida.
• Intentar no solucionar el problema de manera precipitada en el momento de más tensión ya que puede ser solucionado de una manera no deseada.
La comunicación
La comunicación es un medio de interrelacionarnos con los demás seres humanos; solo a través de él sabemos lo que piensa y desea la otra persona; es dar y recibir información, ideas, actitudes, etc. Escuchar, hablar, leer y escribir son habilidades comunicativas fundamentales para poseer competencia comunicativa y ser comunicadores eficientes.
La comunicación eficaz entre dos personas se produce cuando el receptor interpreta el mensaje en el sentido que pretende el emisor; y cuando la comunicación verbal va acorde con la comunicación no verbal; es decir, que expresa con palabras y gestos lo que quiere comunicar. Ciertas habilidades de comunicación nos ayudan a mejorar las relaciones interpersonales.
Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el proceso comunicativo es el saber escuchar. La falta de comunicación que se sufre hoy día, se debe en gran parte a que no se sabe escuchar a los demás. Se está más tiempo pendiente de las propias emisiones, y en esta necesidad propia de comunicar se pierde la esencia de la comunicación, es decir, poner en común, compartir con los demás. Escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye. La escucha efectiva tiene que ser necesariamente activa por encima de lo pasivo. La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo. Para llegar a entender a alguien se precisa asimismo cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona.
Existen defectos por parte del oyente que impiden la escucha activa, lo que se pone de manifiesto cuando éste:
• No presta la debida atención a lo que se está diciendo.
• Está pensando en su respuesta. En lugar de escuchar
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