Construir La Felicidad

Construir la FELICIDAD

La felicidad no es una posada al final del camino, es una manera de caminar por la vida.

Amado Nervo

Es feliz el que está contento con las circunstancias presentes, sean las que sean.

Séneca

Para nadie es una novedad el que vivimos en una época de cambios vertiginosos, cuando hace tan sólo unas décadas parecía que el desarrollo científico y tecnológico no avanzaría a pasos tan agigantados.

Tal vez hace cien años, las personas ni se preguntaban si eran felices, simplemente existían día a día desarrollando el papel que les había sido asignado. En la actualidad el cuestionamiento acerca de la felicidad es común entre los seres humanos. Todos sabemos que la felicidad es un elemento vital para la salud y la fortaleza. Hoy comenzamos a relacionarnos a través de la cooperación, la elección y la comprensión de la necesidad de ser más plenamente humanos; donde las personas pueden disponer de diversos medios creativos para disfrutar de sus vidas, encontrando mayor significado en ellas y volviéndose más responsables en el aspecto personal y social. Cada vez son más las personas que saben lo que es sentirse plenas y reales, que saben amar y ser amadas, desarrollarse y ser responsables, y que consideran que el mundo es un mejor lugar porque se encuentran en él (1).

Para Lou Marinoff (Canadá 1951) profesor de filosofía en Nueva York, escribe al respecto. En su obra “El ABC de la felicidad”, comenta como desde Aristóteles (384 a. C.) existía entre los antiguos pensadores inquietud por la phrónesis griega, o sea, por el arte de saber vivir y menciona que este destacado griego decía que la felicidad tiene que ver con cultivar la mente, ahondar en el corazón y servir sin interés a nuestros semejantes. Así también retoma las enseñanzas de Buda (558 a.C.) quien decía: “ Nada existe enteramente por sí sólo, todo es en relación con todo lo demás”; estableciendo así que la felicidad está íntimamente relacionada con la apertura y el servicio a los demás. Confucio (551 a. C.) dice al respecto la felicidad es para quien sepa ser feliz con todo y sepa acomodarse a frecuentes cambios (2).

Entre otros autores que han escrito en relación al tema, está Jorge Bucay con su libro “El camino de la felicidad” donde comenta que la felicidad, cualquiera que sea nuestra definición, tiene que ver con una postura de compromiso incondicional de la propia vida. Y escribe una frase ilustrativa: “felicidad es certeza de estar en el camino correcto” (3). Esto se parece a lo que plantea la Logoterapia, en cuanto a que tiene que ver con la búsqueda de sentido de la propia vida que se traduce en el compromiso consigo mismo.

Para ahondar desde la Logoterapia, propongo una revisión de los textos de Elisabeth Lukas. Para ella, todo el mundo tiene una profunda necesidad de ser amado y considera que en ningún lugar de la tierra seremos tan amados por lo que somos como en nuestra familia. La familia se caracteriza por preservar la existencia y dar sentido a la vida.

Dice: “es curioso, nada puede hacerse, nada en absoluto, con el fin de ser felices”. (3) Para esta autora cuánto más nos empeñemos en hallar la felicidad, tanto peor será el resultado. Lo qué sí puede hacerse es vivir y actuar impulsados por un sentido determinado, a partir de motivaciones genuinas y dejarse sorprender por la dicha. Así la palabra felicidad será entendida como retribución más que como meta. Lo que tiene sentido, da felicidad. Citando a Josef Seifert, rector de la academia Internacional de Filosofía de Liechtenstein son seis las actitudes esenciales de la persona para encontrar sentido a las cosas de la vida (4):

1. respeto frente a todas las cosas y frente a la verdad, la belleza, la naturaleza, las personas y lo sagrado

2. gratitud de lo que hay de bueno en nuestras vidas

3. paciencia frente al sufrimiento y los obstáculos

4. humildad al ser consciente de las limitaciones que todos tenemos

5. perdón y arrepentimiento, conscientes de los errores cometidos por nosotros y por otros

6. amor y esperanza, de donde emana todo sentido profundo

Un deseo forzado de disfrutar imposibilita precisamente el disfrute, dado que la felicidad no se puede palpar, ni forzar; sino que es puramente efecto secundario de una acción entretejida con sentido. Si esta acción falta, no se podrá conseguir el efecto secundario, la felicidad es y será un obsequio que se nos entrega cuando uno mismo se entrega –a una cosa, a una tarea, a una persona amada-, pero no cunado se actúa para satisfacer las propias necesidades. En la siguiente gráfica se aprecia claramente la relación entre el fracaso en la búsqueda de sentido y el fracaso en encontrar felicidad (5):

un fracaso en la búsqueda de sentido

provoca el alejamiento de

la pregunta del sentido

y una búsqueda

forzada de placer

que imposibilita el efecto

secundario felicidad

ello ocasiona sensaciones de

desagrado cada vez más profundas

lo que aumenta el peligro

de crisis mentales

porque empeora la

situación afectiva

se hunde el

biotono (Ewald) *

y, por consiguiente se

produce una baja vital

lo que aumenta el peligro

de una enfermedad somática

porque la situación inmuno-

lógica se ha debilitado

• G. Ewald - energía vital potencial de un sujeto relacionada con procesos fisiológicos del organismo. Del biotono dependerá la intensidad de la vida psíquica y emocional.

El

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