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Cuerpo Y Neurosis


Enviado por   •  29 de Marzo de 2014  •  1.479 Palabras (6 Páginas)  •  203 Visitas

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Cuerpo y Neurosis obsesiva

El cuerpo y la neurosis obsesiva

por Osvaldo Delgado

Impulsos, actos, ideas

Tomar el síntoma obsesivo como eje para hablar del acontecimiento de cuerpo parece ir un poco en contra de lo que nos llama habitualmente a hacer,que es -con respecto al cuerpo- tratar el síntoma histérico. Demanda de uno que sufre de su cuerpo o de su pensamiento.

Es esa cercanía que la histeria tiene con su no sé: no sé qué me pasa en el cuerpo, y en general no sé que pasa. Es la parte seria de lo que llamamos la belle indiférence, el síntoma histérico, que es un hablar con su cuerpo, que se reconoce al hablar con su cuerpo.

Se podría decir también que el sujeto supuesto saber pasa en el cuerpo. De tal manera que siempre anima la curiosidad de ir a ver detrás, la o lo anima eso, y por excelencia detrás de los sujetos que pretenden saber o que pretenden poder.

Ya sabemos que hay el hecho clínico de la mostración de su falta, la propia en el semblante de pobreza, de tontería, de víctima, que en definitiva alcanza a la demostración de la falta del Otro, solo que para ello se toman mucho trabajo y, en algunas ocasiones, muchos sacrificios.

Se sacrifican al Otro, al hombre que aman, a la madre que detestan, al padre que idealizan. Lo que importa es que exista un deseo para que en algún momento se sepa qué buen objeto, a veces qué complicado, puede ser ella para él.

Es un tema convocante, pero en la ocasión nos hemos propuesto ir a buscar el tema de hablar con el cuerpo en la obsesión. El cuerpo está muy presente en un análisis lacaniano y no sólo en los casos de histeria.

En la comparación que venimos haciendo podemos decir que a diferencia del síntoma histérico, que suele manifestarse de los modos más expresivos, el síntoma obsesivo tiene la característica de ser mucho más discreto.

Se concentra por lo general en el dominio psíquico y fundamentalmente permanece como asunto privado del sujeto. No se trata del deseo, sino de su objeto, del objeto del deseo.

Suele decirse, y con razón, que en la obsesión no se produce el salto a lo corporal, típico del síntoma conversivo, y nosotros trataremos de ver esa otra dimensión más callada, más escondida, más discreta del síntoma obsesivo y cómo sí se produce el salto al cuerpo.

¿Cuáles son sus formas más típicas en la obsesión? Impulsos extraños al razonamiento habitual del sujeto, actos cuya ejecución no le proporcionan ningún placer pero de los que no puede sustraerse, de no hacerlos sobreviene la angustia. También tiene ideas fijas ajenas a su interés normal. Impulsos, actos e ideas fijas tienen en común los fenómenos de coacción, de forzamiento (Zwang).

Veamos en principio cómo las ideas obsesivas insensatas, absurdas, implican una actividad intelectual intensa que agota al sujeto, el que se siente obligado a cavilar alrededor de esas ideas como si fueran las cosas más importantes del mundo.

El agotamiento subjetivo alcanza también al cuerpo, por supuesto. Lo mismo en la fuerza y el tiempo que debe contar, retirando el interés de otras cosas, para sostener las prohibiciones, renuncias y limitaciones de su libertad que se impone para luchar contra los crímenes a los que está incitado o las tentaciones que lo atormentan. Es la lucha contra los impulsos.

Finalmente, los actos obsesivos son inocentes e insignificantes y consistenen repeticiones y floreos ceremoniosos sobre las actividades más corrientes de la vida cotidiana, quizás los más necesarios como acostarse, levantarse, dormir, lavarse, caminar, los que terminan transformándose en problemas complicadísimos.

Es para nosotros del máximo interés captar cómo el significante que irrumpe en el cuerpo, que lo penetra, es el que lo mueve o lo paraliza.

Si bien decimos que lo esencial de la neurosis obsesiva pasa por sus pensamientos, veremos que eso es ciertamente limitado, ya que es acá que se nos permite captar, en su esencia, cómo el lenguaje -o para decirlo mejor la lengua- incide en el cuerpo, ya no diremos del sujeto sino del ser hablante o parlêtre. Y de allí es donde obtenemos también la cuestión de hablar con el cuerpo el tema del próximo ENAPOL.

Un goce escondido

El modelo obsesivo del síntoma es lo que Lacan privilegia en su última enseñanza, o sea que el síntoma es fundamentalmente real en la medida que resiste al decir. Y también por su duración. De allí lo que se relaciona con lo que Freud inventó como reacción terapéutica

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