DEONTOLOGÍA

El escritor Stenhouse, en una ocasión dijo: “Los profesores sobresalientes transforman el proceso de instrucción en la aventura de la educación. Otros, es cierto, pueden adiestrarnos; pero son ellos quienes nos enseñan a complacernos en el aprendizaje a entusiasmarnos por la ampliación de poderes que el aprendizaje nos proporciona”. De este pensamiento se deduce que los profesionales de la educación tiene un gran compromiso social, a sabiendas que la profesión educativa es compleja, y es por ello que el docente debe tener consciencia del valor y la dignidad que tiene todo ser humano para perseguir sus objetivos en su campo profesional y, es preciso que el profesional de educación tenga una buena formación; debido a que los problemas van a ser el núcleo o el centro de su actividad; entonces, para esto es necesario que él tenga principios, tanto éticos como jurídicos con la finalidad de tener la libertad de acción y de compromiso; es por ello que debe haber un código deontológico, el cual regulará la función docente y su dirección va hacia la orientación básica del bien común, puesto que el alumno es el punto de referencia en el código deontológico, porque toma en cuenta todos sus aspectos de aprendizaje y de formación integral como persona.

Con el compromiso deontológico, el educador podrá verificar la eficacia de su trabajo, porque el instrumento le dará forma a su acción educativa en todos aquellos ámbitos donde actúe, el cual puede ser una relación con el alumnado, con los padres y representantes, con otros educadores, con la institución, con el ámbito social, entre otros. Además, el educador debe estar en una permanente búsqueda de: la verdad, el perfeccionamiento profesional, de la continua promoción de principios democráticos, etc.; y para el logro de ello debe tener la libertad de aprender, de enseñar y a la vez perseguir la oportunidad de igualdad para todos.

El educador tiene una serie de deberes para con sus alumnos, primeramente, el debe preocuparse por la autoformación; actualizándose en las novedades técnicas que hay en el campo educativo. Además de esto, él debe establecer nexos que den confianza al alumno, a fin de que este afirme su autoestima y a la vez se desarrolle de manera integral. Es importante que no se deje influenciar por interese ajenos al campo educacional. También el docente debe trabajar en función de actividades que conlleven al alumno a la integración. Un aspecto importante es que trate a todos con ecuanimidad, es decir, que no demuestre simpatía por unos nada más.

Entre la profesión y el educador existe una serie de deberes; destacándose la dedicación al trabajo que éste debe tener ante la sociedad, por lo tanto, esto indica que, también debe actualizarse profesionalmente; contribuyendo a la vez a la dignificación social de la profesión. Debe esforzarse por adquirir potencialidades en el cumplimiento de sus deberes. Otro aspecto, es el de mantener un dominio permanente de los principios básicos de su área, igualmente debe mantener una aptitud crítica y reflexiva con respecto a su actuación profesional.

Existe una estrecha relación entre el docente y la institución escolar, por lo tanto, de esta relación surge deberes del docente hacia ella. Primeramente debe asumir con respeto el proyecto educativo de la institución como un deber; además de esto, debe realizar actividades en pro de la mejora de la calidad de la enseñanza en esa institución. El respeto y la colaboración hacia las autoridades son puntuales para el logro del buen desarrollo de las actividades. Es necesario desarrollar actividades extracátedras, cooperar con las asociaciones educativas y a la vez participar en jornadas que vayan a mejorar la organización y el funcionamiento de la institución.

Por razones lógicas, el docente está relacionado íntimamente con la sociedad y esto le permite mantener unos

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