Demarcando la adaptación al contexto... factores biológicos, cognitivos y afectivos

Demarcando la adaptación al contexto… factores biológicos, cognitivos y afectivos

Afirmar a manera de tesis que los factores biológicos, cognitivos y afectivos interactúan para configurar el comportamiento adaptativo de las personas a su contexto, implica adentrarse en un análisis integrador. Así las cosas, hay que considerar que según Ochando (s. f) el comportamiento es algo lábil y extraordinariamente versátil, lo cual da lugar a que al agregar implicaciones sociales, emocionales, ideológicas, políticas a su análisis; su complejidad y objetividad se vuelva una situación problémica de grandes dimensiones a la hora de hacer interpretaciones. Sin embargo, ese análisis de las partes ofrece una aproximación fascinante respecto a los estados y transformaciones del comportamiento humano en función de las interacciones. En consecuencia, primero se analizarán los factores biológicos, luego los factores cognitivos y finalmente, los factores afectivos en el comportamiento humano, lo cuales determinan las interacciones y las adaptaciones a las condiciones contextuales.

Los factores biológicos del comportamiento humano según Ochando (s. f) ante todo evidencian la extraordinaria y la irreductible complejidad de su fenotipo y de esa manera, a la vez, su versatilidad adaptativa. La inmensa diversidad psicológica de la genética implica la necesidad de búsqueda de significados y consecuencias. En este sentido, es indudable la participación del conjunto del patrimonio genético para la definición de la inteligencia, la psicológica y el comportamiento del individuo; no obstante, los genes no son los únicos determinadores del comportamiento humano y de la evolución del individuo a lo largo de su vida. Así mismo, la humanidad no puede escapar a este factor biológico pero tampoco está reducido a él, es decir que se considera que el comportamiento social ni es agenético ni sólamente genético, sino que implica un proceso que va más allá y que se ha catalogado como extragenético (Ochando, s. f).

Los factores cognitivos de acuerdo con Gámez y Marrero (2005) están dados por las relaciones interpersonales, las cuales constituyen una capacidad compleja y diferenciada que se fundamenta en los antecedentes filogenéticos y ontogenéticos. En esta proporción, se considera que el desarrollo de las capacidades del cerebro, la inteligencia va a la par del entramado social-interpersonal en el cual está inserto el ser humano. Por consiguiente, para definir al “sujeto que conoce”, los filósofos refieren la necesidad de contar con el “otro” y es a lo que los diferentes autores han conceptualizado como “intersubjetividad”; en otras palabras, las pautas de coordinación interpersonal, la capacidad de compartir significados preexistentes a los códigos lingüísticos (Perinat, 1993 citado por Gámez y Marrero, 2005). En consecuencia, es determinante que la representación cognitiva de las relaciones interpersonales emerge como resultado de la activación de esquemas sobre el mismo individuo, los otros y la relación.

Los factores afectivos son innegables determinadores del comportamiento humano; a pesar de que la tendencia ha sido que en los diferentes análisis, se considere que los sentimientos al ser inasibles, irracionales y perturbadores, podrían sesgar cualquier interpretación. En tal sentido partiendo del hecho según Ciompi (2007) de considerar el término “afecto” como una noción general que engloba todos los fenómenos emocionales, es decir “un estado psicofísico global de calidad, duración y grado de conciencia variables”, este autor hace referencia a la presencia de componentes lógicos en cualquier tipo de afecto y a la existencia de componentes afectivos en cualquier tipo de lógica, con lo cual adentra el concepto de “Lógica afectiva”. Por lo tanto, es claro que las diferentes contribuciones respecto

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