Desarrollo Cerebral Del Niño

Conclusión según artículos:

- “El desarrollo del cerebro” - Reportaje exclusivo de Time, 24 marzo 1997. Por Madeleine Nash.

- “Los tres Primeros años de vida” - Publicado en Revista Creces, 2004. Editor

Las ventajas y desventajas en el desarrollo del cerebro del niño se pueden evidenciar después de su nacimiento, en el proceso en que el menor debiera comenzar a mostrar diferentes aspectos de aprendizaje.

Este complejo proceso que comienza al poco tiempo de su gestación, no termina con el parto como se creía hasta hace unos pocos años atrás, más bien, es un proceso que continúa arduamente hasta la primera infancia y donde los factores genéticos y de medio ambiente que rodean al niño alcanzan ribetes de gran importancia para la correcta formación y desarrollo de capacidades del cerebro.

El reportaje de Madeleine Nash, emitido por la revista Time, expone los profundos cambios y dinamismos que se generan dentro del cerebro, hasta su maduración, dentro y fuera del vientre materno: momento en cual la información concebida se enfrenta con una realidad atiborrada de factores que serán decisivos para su posterior funcionamiento.

Por su parte, el Editor de la Revista Creces entrega un importante informe que avala esta investigación realizada por Nash, explicando dichos procesos y realidades desde el contexto chileno. Por este motivo, la necesidad de otorgar seguridad y estímulos psíquicos/afectivos positivos a los niños se vuelve crucial.

Desde su concepción, el cerebro va generando distintas relaciones y conexiones, llamadas “cableado del cerebro”, estos procesos que permiten la conexión del cerebro primeramente, son los mismos que generan la oportunidad de aprendizaje. Ambos artículos resaltan la importancia de otorgar diversos estímulos al menor durante su primera etapa de desarrollo, momento en el cual el cableado cerebral está absolutamente receptivo.

La etapa presentada durante los tres primeros años de vida, ostenta una plasticidad que permite al cerebro del niño alcanzar sus más altas posibilidades presentándose como un período optimo para modificar de manera positiva el diseño cerebral.

Esta ventaja de plasticidad, que implica revertir lo negativo con mayor facilidad, continúa hasta la primera década del niño, debido a que su cerebro es metabólicamente muy activo, como un motor ávido a recorrer grandes distancias a altas velocidades. Por este motivo es que, por ejemplo, estos años de vida son los propicios para que el niño aprenda nuevos lenguajes, volviéndose este proceso cada vez más difícil de llevar a cabo cuando van pasando los años.

Debido a esto, es que resulta fundamental que el niño reciba importantes y enriquecedoras experiencias de aprendizaje, que incentiven el progreso del mismo para su futuro funcionamiento, minimizando al máximo estímulos negativos o situaciones, que al darse en esta etapa de alta vulnerabilidad receptiva, pueden generar daños que en un futuro dejarán huellas y costará remediar.

Del mismo modo, lo negativo que se recibe también se asimila rápidamente, reflejado en cierto tipo de daños que afectan negativamente parte de él, si no son compensados cuando aún hay ventanas de oportunidad abiertas que faciliten la recuperación de experiencias negativas.

Riesgo social y cableado deficiente

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