Desarrollo Emocional Del Niño Y La Niña En Edad Preescolar
carlaorangel6 de Septiembre de 2012
3.251 Palabras (14 Páginas)2.370 Visitas
Universidad Privada Nororiental
«Gran Mariscal de Ayacucho»
Núcleo Maturín
Maturín, Edo. Monagas
Profesora: Realizado Por:
Sonia Camino
Maturín, Septiembre 2012
Introducción
En el lenguaje popular existe bastante confusión en cuanto al uso que debe darse a términos tales como "afectivo" y "emocional", y con frecuencia resultan poco claras las diferencias existentes entre los estados descriptos con las palabras emoción, afecto y sentimiento.
Muchas personas utilizan los términos de "crecimiento" y "desarrollo", como sinónimos. En realidad son diferentes, aunque inseparables. El crecimiento se refiere a cambios cuantitativos; aumentos de estatura y estructura. No sólo se hace mayor el niño en el aspecto físico (Desarrollo Fisiológico) sino que aumentan también el tamaño y estructura de los órganos internos y el cerebro. En cambio el desarrollo se refiere a cambios cualitativos y cuantitativos. Se puede definir como una serie progresiva de cambios ordenados y coherentes. "Progresivo" significa que los cambios son indireccionales y que avanzan, en lugar de retroceder. "Ordenados" y "coherentes" sugieren que hay una relación definida entre los cambios que tienen lugar y los que los precedieron o los seguirán.
El desarrollo emocional o afectivo se refiere al proceso por el cual el niño construye su identidad (su yo), su autoestima, su seguridad y la confianza en sí mismo y en el mundo que lo rodea, a través de las interacciones que establece con sus pares significativos, ubicándose a sí mismo como una persona única y distinta. A través de este proceso el niño puede distinguir las emociones, identificarlas, manejarlas, expresarlas y controlarlas. Es un proceso complejo que involucra tanto los aspectos conscientes como los inconscientes.
Desarrollo Emocional del Niño y la Niña en Edad Preescolar
La vida emocional del niño sufre en este período profundos cambios:
El comportamiento emocional tiende a estabilizarse: los cambios de humor son menos bruscos.
El comportamiento emocional tiende a ser menos explosivo: poco a poco, los niños aprenden que ciertas manifestaciones emotivas son socialmente inaceptables.
Mayor riqueza de emociones: se accede a nuevas emociones más finas y vinculadas al desarrollo de su vida moral y estética.
Los niños entre los 5 y 6 años suelen dar muestras de conducta inadaptadas y de desequilibrio debido, en parte, a su hipermotividad y en parte, a la ansiedad que les produce el no poder hacer lo que sus compañeros o la inseguridad de aceptación social por los otros niños.
El niño es fantasioso, todo tiene vida, llegando incluso a conclusiones extrañas. Tiene la fama de embustero, consecuencia de su incapacidad para distinguir la fábula de la realidad. Las actividades imaginativas de los niños desempeñan un papel muy importante en su vida afectiva. Por medio de la imaginación podrán satisfacer sus necesidades y deseos evadiéndose del mundo de lo real sin tener que enfrentarse a él. Esta tendencia a la ficción se aprecia en el niño de esta edad a través de una serie de conductas:
Gusto por los cuentos e identificación con los personajes fantásticos. La falta de pensamiento crítico y su gran sugestibilidad le lleva no sólo a vivir estas historias y cuentos como reales, sino a identificarse con sus personajes y vivir mentalmente su experiencia.
La fabulación. Es la propensión a presentar, a contar como reales, productos imaginarios del espíritu en forma de relatos más o menos organizados y coherentes, sin que con ello se tenga necesariamente intención de engañar a los demás.
El lenguaje. El niño que afirma una cosa, experimenta el sentimiento de que se ha transformado en realidad; la expresión verbal de un deseo o de una queja se transforma para él en cumplimiento. El lenguaje posee en el niño un valor mágico y encantador.
La imaginación. El niño posee una imaginación dotada de una gran fuerza de sugestión Lo que él representa tiene para su sentimiento casi tanta importancia como lo que percibe.
En el transcurso de este período, el niño adopta modos de comportamiento social fundamentales que tienen lugar mediante el aprendizaje por refuerzo o por imitación de las personas modelo con las que se identifica. En este aprendizaje los padres desempeñan un papel decisivo.
En relación con el proceso de identificación con los padres, existe en esta edad un componente sexual que se manifiesta en dos aspectos:
La curiosidad sexual: cierto deseo de conocer mejor su propio cuerpo, sus órganos sexuales e interés y curiosidad, igualmente por el cuerpo de los demás.
La tipificación sexual: la mayoría de los padres muestra mucha atención a la conducta "propia del sexo”. Y a los 4 ó 5 años los niños tienen por lo general una conciencia clara de cuáles son los intereses, conductas y roles propios de los respectivos sexos.
El desarrollo infantil en la edad de los 3 hasta los 6 años es una etapa muy importante, tanto en el desarrollo afectivo o emocional, como en el desarrollo cognitivo. Desde el punto de vista cognitivo, el niño entre los 3 y los 6 años va a estar atravesando lo que Jean Piaget denominó la etapa preoperatoria que es la que precede a las operaciones concretas que se extenderá hasta los 11 o doce años.
Cambios emocionales y sociales ocurren durante la edad preescolar.
Los padres o la familia influyen en el desarrollo emocional del preescolar. Durante este tiempo, el niño empieza a mezclarse con otras personas. Aprende a jugar con otros niños y comienza a entender costumbres sociales. Él quiere hacer más cosas por sí mismo y esto lo lleva a arrebatos de frustración y mal genio. Más tarde, el niño manejará mejor sus emociones. Aprende y acepta los límites y es libre de hacer tareas sencillas, como vestirse y alimentarse.
Actitudes que toman los niños hacia sus cambios.
A medida que progresa la edad adulta, muchos hombres y mujeres les temen a los cambios, ya sea que se trate de la pérdida de la visión o la acumulación de grasa en la edad madura, que le anuncia al mundo que están envejeciendo, o bien, las responsabilidades adicionales que lleva aparejadas la edad. Por el contrario, los niños tienden a recibir con "beneficios" todos los cambios, porque los acercan más a los privilegios y la libertad que asocian a la "edad adulta".
Los estudios sobre la "felicidad" revelan también que las actitudes de los niños hacia el cambio son, en su mayor parte, favorables. Los informes retrospectivos en los que los adultos miran hacia atrás y tratan de recordar lo que sentían sobre sus propias vidas a diferentes edades, han revelado que sus recuerdos más sobresalientes se relacionaban con sus primeras experiencias nuevas, cada una de las cuales era un símbolo del progreso hacia la madurez (Madurez Escolar).
El hecho de si las actitudes individuales de los niños hacia el cambio son en general favorables o desfavorables depende de muchos factores.
1) La conciencia que tienen los niños de los cambios. A medida que los niños se va haciendo más autónomos, comienzan a resentir que se les atienda.
2) El modo en que los cambios afectan su conducta. Si los cambios les permiten a los niños ser más independientes de la ayuda de los adultos o les da mayor fuerza y velocidad, con el fin de que puedan tomar parte en las actividades de juegos que asocian con otros niños, recibirán los cambios con favoritismo (beneficios).
3) Las actitudes sociales hacia los cambios afectan a los niños al igual que los adultos. Por ejemplo, la mayoría de los padres animan a sus hijos a "crecer" lo más pronto posible.
4) Las actividades sociales se ven afectadas, al menos hasta cierto punto, por el modo en que influye el cambio en el aspecto del niño. A medida que un niño cariñoso se convierte en preadolescentes desgarbado y que se le caen los dientes, lo que le da a su rostro un aspecto cómico, si no de fealdad, el niño puede resultar menos atractivo para los adultos.
5) Las actitudes culturales afectan al modo en que las personas tratan a los niños, como resultado de los cambios en su aspecto y su conducta. En su mayor parte, las actitudes son más favorables hacia los bebés y los niños pequeños que hacia los mayores.
Efectos de las relaciones recíprocas entre la maduración y el aprendizaje:
1. Variaciones en el desarrollo: Las diferencias ambientales que experimentan los niños afectan el patrón de su desarrollo. Si el desarrollo humano se debiera sólo a la maduración, como en el caso de algunas especies de animales, la individualidad se reduciría al mínimo.
2. La maduración establece límites para el desarrollo: Debido a las limitaciones en la dotación hereditaria del niño, el desarrollo puede ir más allá de cierto punto, ni siquiera cuando se fomente el aprendizaje.
3. Es raro que se alcancen los límites de maduración: Cuando el niño llega a una meseta temporal en su desarrollo, considera con frecuencia que ha llegado a su límite.
4. La privación de oportunidades de aprendizaje limita
...