Desarrollo Psicosexual
anndygilces9 de Marzo de 2014
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INTRODUCCIÓN
En diferentes épocas históricas el pensamiento predominante sobre la sexualidad ha sido el de considerarla como una cualidad de la que el individuo disfruta desde el momento de la pubertad hasta el de su climaterio sexual, concepción esta que hace coincidir, de forma inequívoca, la vida sexual de un individuo con el de su período reproductivo, dejando entonces de lado dos grandes períodos de la vida: la infancia y la vejez.
En el caso de la infancia porque en el marco de una concepción negativa de la sexualidad se le suponía a aquella una especie de 'inocencia natural' respecto de determinados temas, 'inocencia' que era conveniente que fuera prolongada el máximo posible, siempre, evidentemente, por el bien del niño. En el caso de la vejez, esta restricción vendría dada porqué se suponía que, a partir de cierta edad, el deseo sexual iba desapareciendo, considerándose que quien lo quería mantener aún vivo, entraba en una inútil -cuando no ridícula-confrontación con las leyes de la naturaleza.
La explicación que se presenta irá en el sentido de abandonar esta concepción más cargada de prejuicios que de datos fieles, coincidiendo con la afirmación de Wilhelm Stekel de que:
“La vida sexual del ser comienza el mismo día de su nacimiento y acaba el de su muerte”. (Dallayrac, 1972).
EL DESARROLLO PSICOSEXUAL DE ACUERDO A LA TEORIA DEL PSICOANALISIS
La idea de que la vida sexual comienza desde el momento del nacimiento había sido insinuada por diferentes autores, entre ellos Darwin (1982), aparece con mayor fuerza cuando, en 1905, Freud publica la obra “Tres ensayos para una teoría de la sexualidad”. En esta obra, y más concretamente en el segundo de estos ensayos titulado “La sexualidad infantil”, Freud afirma:
“De la concepción popular del instinto sexual forma parte la creencia de que falta durante la infancia, no apareciendo hasta el periodo de la pubertad. Constituye esta creencia un error de consecuencias graves, pues a ellas se debe principalmente nuestro desconocimiento de las circunstancias fundamentales de la vida sexual.” (Freud, 1905)
Uno de los legados de Freud es que la experiencia en la niñez influye potencialmente en la personalidad del individuo (Cloninger, 2003, pág. 50). Sigmund Freud considera cuatro etapas del desarrollo psicosexual: oral, anal, fálica y genital, periodo de latencia como una etapa situada entre la fálica y la genital.
Dichas etapas son por las que atraviesan todos los niños en ellas la gratificación de los instintos del ello, depende de la estimulación de las áreas corporales correspondientes, cada etapa está definida por una zona erógena del cuerpo. Si bien esas estructuras de la personalidad realizan funciones iguales en todos los individuos, sus contenidos varían de una persona a otra. Difieren por que se formaron a partir de la experiencia.
Freud creyó que la personalidad se formaba esencialmente al final de la tercera fase a la edad de 5 años aproximadamente, la personalidad del adulto ya estaba firmemente moldeada.
Sabemos que pueden originarse fuertes conflictos sexuales en el infante, en ocasiones una persona se muestra renuente o incapaz de avanzar de una etapa a la siguiente por que el conflicto no ha sido resuelto o las necesidades han obtenido tal satisfacción que el niño no quiere avanzar por consecuencia se dice que el individuo queda fijado a esta etapa. La fijación es una condición en que una parte de la libido permanece invertida en una de las etapas psicosexuales por la frustración o la gratificación excesiva.
Freud llego a la conclusión de que las tendencias infantiles se volvían características permanentes de la personalidad del adulto. Pueden trazarse segmentos de conducta: la elección de pareja, la elección vocacional, las actividades recreativas, acumular o gastar dinero; incluso aquellos rasgos patológicos como el orden compulsivo, la puntualidad, el optimismo exagerado. El desarrollo de la personalidad ocurre conforme se encuentra nuevas estrategias para enfrentarse con las frustraciones. Dicha teoría escandalizo cuando Sigmund Freud afirmo que a los bebes eran motivados por impulsos sexuales.
En la Etapa Oral corresponde del nacimiento a los primeros 18 meses de vida, a comparación de otros autores que marcan dicha etapa del nacimiento a los primeros 12 meses (N. S. DiCaprio, 1989, pág. 58).
La zona del cuerpo donde se produce placer es la boca, las actividades que son características de esta etapa es mamar, succionar, chuparse el dedo, morder, mascar y balbucear. El niño se encuentra en un estado de dependencia de la madre o el cuidador, quienes se convierten en el objeto de la libido, en el caso de que las necesidades del lactante son cumplidos sin esfuerzos, se dice que se siente omnipotente; dan paso a darse cuenta de que las necesidades son satisfechas a través de objetos en el mundo.
Existen dos formas de comportamiento en esta etapa: conducta oral incorporativa (absorber) abarca la estimulación de la boca por otras personas y por la comida. Cuando ocurre una fijación en esta forma de comportamiento, el adulto se interesa excesivamente en beber, comer, fumar y besar. La segunda forma de conducta, Oral agresiva u Oral sádica ocurre durante el surgimiento de los dientes, las personas fijadas en esta conducta son pesimistas y agresivas.
Consideramos de vital importancia que a través de la lactancia se crea un vínculo estrecho entre él bebe y la madre dado que genera en el niño un sentimiento de confianza, así la necesidad básica de alimento se convierte además en una experiencia sensual y placentera y para él, es muy importante la sensación de que sus necesidades estén cubiertas.
A la hora de la lactancia es importante que la madre tenga especial cuidado con la forma en como alimenta al bebe puesto que si ella no está dispuesta a hacerlo de una manera grata o amena el niño percibirá esta sensación de rechazo, lo cual generara sentimiento de desconfianza. Por el contrario cuando el niño es amamantado más del tiempo debido puede generársele una obsesión o crear una dependencia de esta causa.
Merece prestar especial atención en este momento a como se produce el destete, pues si se lleva a cabo de una manera brusca o si el niño es sometido a una reglamentación excesivamente rígida de su alimentación se podría generar un sentimiento de desconfianza por su parte. Es necesario recordar que el destete no es un acto mecánico y que el niño será especialmente sensible al afecto que la madre le manifieste en su transcurso.
Con respecto a la Etapa Anal abarca de los 12 meses hasta los tres años (Schultz, 2002, pág. 60). En ella, la sensibilidad irá dirigida a la mucosa anal y al acto de la defecación -sin olvidar el placer bucal-, la cual aparecerá como nuevo foco de sensaciones placenteras, reforzado por el aprendizaje del control de esfínteres. Este aprendizaje supondrá la aparición de las primeras prohibiciones, y también de los primeros “regalos” (las heces). En paralelo con el placer que el niño obtiene a través de la defecación está la realidad de la limpieza, y el control a que esta es sometida por parte del entorno. El niño aprende que produce algo valioso y que su control le permite, en cierta medida, manipular a su madre. Cabe resaltar que en la conquista de la disciplina de los esfínteres el niño descubre también la noción de su poder y de su propiedad privada: sus heces, que puede dar o no, según quiera. Poder autoerótico por lo que se refiere a su tránsito intestinal y poder afectivo sobre su madre, a la que puede recompensar o no. Y este regalo que le hará será asimilado a todos los otros regalos que se hacen, el dinero, los objetos cualesquiera que se vuelven preciosos por el solo hecho de darlos es el descubrimiento del placer sádico.
Establece, además, una nueva forma de relación que puede ser vivida como algo beneficioso (la limpieza) y satisfactorio (la alegría de la madre) o bien como una imposición difícil de aceptar. Se podrán observar también juegos con las heces o con sustitutos (arena, fango, etc.). Es una etapa en la que se inicia un cierto proceso de autonomía y de autoafirmación.
En esta etapa va a empezar a manifestarse también, con intensidad, la necesidad de explorar el cuerpo, lo cual le hace contactar con sus órganos genitales que manipulará para obtener placer. (En la siguiente etapa esta necesidad será aún mayor).
El niño tiene control sobre algo y puede decidir si accede o no a las peticiones de sus padres, puede reaccionar de dos formas: la primera Anal Expulsiva que consiste defecar en el momento que los padres desaprueben; es probable que estos individuos sean desordenados, y consideren a los demás como un objeto, son crueles, destructivos y tienden a la suciedad. En una segunda forma Anal retentiva que es retener las heces, es probable que esta persona sea rígida, limpia, obstinada, consciente, mezquina y meticulosa.
En la etapa Anal los psicoanalistas han detectado diversos rasgos bipolares como rasgos anales, los cuales pueden entenderse en obediencia, obediencia excesiva o desafío, se presentan en distintos grados ya que son necesarios para satisfacer los requerimientos de la vida en un grupo social.
La Etapa Fálica que comprende aproximadamente de los tres a los cinco o seis años. En ella, la zona erógena preponderante es el pene en el caso de los niños y el clítoris
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