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Descripción y análisis de estrategias terapéuticas relacionadas con las emociones


Enviado por   •  3 de Abril de 2013  •  Tutoriales  •  9.723 Palabras (39 Páginas)  •  516 Visitas

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Descripción y análisis

Antes de entrar en detalles acerca de las estrategias terapéuticas ligadas a la emoción que utilizan los psicólogos cognitivistas posracionalistas es menester introducir –brevemente- los sustentos teóricos en que se basan estas técnicas y, también, los supuestos epistemológicos que supone.

Primeramente, el modelo cognitivo procesal sistémico fue desarrollado por Vittorio Guidano en la segunda mitad del siglo XX. Es importante destacar el momento histórico en que se enmarca la creación de este nuevo modelo pues no le es en absoluto ajena; es más podría decirse que este nuevo modelo surge como respuesta a la nueva forma de comprender y conocer los fenómenos apartándose del positivismo; surge, en pocas palabras, como consecuencia de un giro epistemológico.

Los últimos intentos modernos de preservación de los progresos cognitivos, de la acumulación de saberes acerca de una misma cosa, y, en consecuencia, de la Verdad, van a tener una clara respuesta en el fundamental giro epistemológico que protagonizarán teóricos de formación analítica inicial como Imre Lakatos, Thomas S. Kuhn o Paul Feyerabend. Todo ello, dentro de un nuevo contexto de incertidumbre creciente en la práctica científica entre los años 60 y 70. (Vidal, 2011, p. 22-23)

El giro epistemológico pone en duda las nociones de realidad, verdad, conocimiento, objetividad y lo hace introduciendo la importancia del contexto, pero sobre todo elevando el grado de relevancia que tiene el propio individuo en el proceso del conocer, así también la importancia de la relatividad, el punto de vista, en este mismo proceso. El giro epistemológico va a romper con la separación entre observador-observado que adscriben las ciencias positivistas. Al respecto, Alfredo Ruiz (1992), refiriéndose y relacionándolo con la terapia cognitiva posracionalista nos dice:

Examinemos ahora qué sucede si aplicamos en la psicoterapia este cambio de perspectiva. Es decir, que el observador ahora, es parte integrante de lo que observa. Lo primero que sucede es que la noción de realidad cambia completamente. La noción de realidad ya no es única; la noción de realidad, ahora, es entendida como una serie de procesos que ocurren en muchos niveles; niveles que son diferentes unos de otros; que son simultáneos, pero no están subordinados unos a otros. Es decir, la realidad es considerada como una red de procesos, que están todos entrelazados.(¶ 20)

Es por estas y muchas otras razones de distanciamiento de la epistemología moderna ligada a una razón totalizante por la cual el modelo cognitivo procesal sistémico es considerado una teoría posracionalista, pone en primer plano al individuo como un ser independiente que construye, explica e integra cada momento de su experiencia.

Ahora y específicamente en relación con el modelo terapéutico en cuestión y la emoción, éste suscribe la idea de que la experiencia se puede dividir en dos componentes, la vivencia inmediata y la explicación. La experiencia -cargada de emociones particularmente- se vivencia pero a la vez, al instante siguiente, se explica.

Al respecto Katy Gonzalez nos dice:

Existe en el ser humano una doble dimensión de la experiencia, o sea, que en la experiencia está constituido por decirlo de alguna manera dos partes, para hablar simplemente. Y esta doble dimensión de la experiencia tiene que ver por un lado la vivencia emocional, el sentir, no cierto, la vivencia momento a momento que me da un sentido de mi misma, que me da, que tiene la característica que me da el sentido del yo, este soy yo ahora y que soy yo después, momento a momento. Pero además él agrega que hay una, otra parte de la experiencia que sería la explicación. (Entrevista I, ¶ 1, Anexos)

Así, la emoción para los cognitivos posracionalistas es de vital importancia ya que es uno de los componentes de la experiencia misma: la vivencia inmediata. Esta es en sí emocionalidad pura, el sentir, que adquiere sentido y se dota de significado al instante siguiente mediante el otro componente que conforma la experiencia: la explicación.

Entonces la explicación sería cómo el ser humano toma esa experiencia vivida, esa vivencia de algún modo cierto y la explica de modo de hacerla coherente con un sentido en sí mismo que se mantiene estable a lo largo del tiempo, o relativamente estable. (Entrevista I, ¶ 1, Anexos)

El componente explicativo de la experiencia serviría así para otorgarle sentido, coherencia a la emoción experimentada en la vivencia misma. Permitiría también construir la identidad del ser a través del tiempo, vale decir, la constante integración de la explicación de la vivencia emocional inmediata crea un sentido de continuidad y, en definitiva, una identidad coherente con el contexto. “Guidano dice “nosotros somos seres dadores de sentido”, como que estamos hechos para eso. Permanentemente estamos dándole sentido sino no podemos vivir” (Entrevista I, ¶ 2, Anexos)

La explicación dotada de sentido es incorporada al continuo de explicaciones que forman la identidad mediante el proceso de integración. Es en este proceso en el cual se centra la terapia cognitiva posracionalista, específicamente en las vivencias que no han podido ser explicadas y por lo tanto no integradas, sobre esto Caty nos dice “uno siempre tiene vivencias sin integrar, pero por lo menos las vivencias que son significativas uno las puede integrar a esta percepción de sí mismo, o sea que uno no tenga cosas que no son, no son coherentes” (Entrevista I, ¶ 4, Anexos) Las vivencias significativas que no han podido ser integradas ocurren debido a que provocan discrepancia con el sentido de uno mismo, en otras palabras, una vivencia emocionalmente fuerte (significativa) en desarmonía con el continuo de explicaciones integradas a lo largo de toda la vida que forman la identidad no va a poder ser integrada provocando malestar y discrepancia. El terapeuta trabaja precisamente sobre estas experiencias perturbadoras no integradas del paciente, intentando que éste logre -con la ayuda el terapeuta- una explicación de la experiencia. Es importante señalar que la explicación, que recordemos está dotada de sentido, no proviene del terapeuta sino del propio paciente. La significación de la experiencia perturbadora y el sentido de esta surgen del interior del paciente, no hay una imposición de sentidos sobre la experiencia subjetiva del paciente por parte del terapeuta.

Al respecto Caty:

Cada ser humano tiene formas particulares de auto organizarse, somos seres auto organizados,

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