Desorientación Vocacional

Es por demás frecuente oír entre los adolescentes, a la hora de definir su futuro vocacional-ocupacional, la más genuina ignorancia acerca de qué hacer. Tanto la elección, en función de lo que les gusta, como la inclinación por la vía pragmática -un sustento para vivir- encuentran severos obstáculos en el momento de su concreción.

La precariedad y labilidad en las decisiones se traduce en dificultades en el sostenimiento de la elección. La inconstancia, las deserciones prematuras y el deambular por distintas alternativas hoy no llaman la atención. La fragilidad de la convicción la torna particularmente voluble. En consecuencia, el menor tropiezo o vivencia de insatisfacción aleatoria la ubican rápidamente como variable de ajuste.

La inconsistencia en el compromiso vocacional no se restringe a esta problemática, sino que afecta también la vida amorosa, laboral, social. La condición de "pasantes" ofrece permanencias transitorias, que impiden arraigo con proyección de futuro.

¿Qué criterios privilegiar a la hora de elegir? La confusión y el desconcierto propios de las representaciones del imaginario social actual potencian la desorientación. En nuestra sociedad, las contradicciones propias a la hora de definirse se exacerban por las deficiencias del sistema educativo y laboral.

La excesiva duración de las carreras universitarias de grado en el nivel estatal aumentan los riesgos de deserción y postergan la inserción de los jóvenes en la vida profesional. Por otro lado, la deficitaria valoración social y remunerativa de ciertas profesiones invitan a cuestionar el sentido de su elección.

¿Qué trabajo psíquico supone elegir? Para hacerse sujeto de una decisión es necesario explorar el campo del deseo en relación con un ser y un hacer. Las opciones se han condensado, multiplicado y complejizado. Elegir es tanto un movimiento de renuncia como uno de apropiación vital. Renunciar implica aceptar el acotamiento que supone una elección. La apropiación, a su vez, implica hacerse cargo de la naturaleza intransferible de dicha decisión.

Algo de la historia familiar marca territorios posibles para una elección. No postulamos un determinismo lineal, ni siquiera creemos que la identificación ilumine o explique un rumbo. Sí, en cambio, es pensable algún lazo metafórico con trazos muy diversos de la vida familiar: experiencias vitales, estilos familiares, valores predominantes.

Actualmente, la vertiginosidad de los cambios sociales, tecnológicos y económicos ampliaron la gama de elecciones personales posibles. Esta sobreoferta de variantes no necesariamente facilita la decisión. La libertad de elegir conforme con el gusto de cada uno deslizó la idea de que todo debe complacer los gustos y las preferencias de quienes eligen. Se genera así una significativa intolerancia a soportar procesos y a esperar para lograr los resultados deseados.

¿Cuáles son las condiciones actuales que hacen de la "desorientación" una fuente de preocupación y de angustia? El futuro como meta de los proyectos perdió vigencia. Las categorías de pasado y futuro no son las imperantes. El pasado, como dicen los adolescentes, "ya fue". La mirada al futuro está interferida por la incertidumbre, por lo cual es más difícil elegir, decidir y sostener hoy en función del mañana.

Ser adulto no es un objetivo deseado. Los adultos ni lo pasan tan bien, ni tienen sus vidas tan resueltas. Quien está desorientado vive su conflicto y sus vacilaciones solo. Aun acompañado y ayudado por su entorno, lo angustia el protagonismo de la definición. Entre las presiones que pesan a la hora de elegir, el temor a equivocarse, la imposibilidad de optar y el escepticismo son las más frecuentes.

La búsqueda de ayuda y orientación puede ser útil, si no delegamos en el profesional y sus técnicas el saber acerca de una decisión certera y garantizada. Sucede, también, que la desorientación vocacional expresa y encubre otras dificultades subjetivas propias de este momento vital. Las preguntas en torno al propio ser, a la identidad sexual, a la filiación y sus implicancias impregnan fuertemente el escenario emocional.

En este contexto, las manifestaciones sintomáticas (depresivas, obsesivas, fóbicas, cuadros de angustia) pueden comprometer la, ya de por sí, ardua tarea de elegir.

(http://www.lanacion.com.ar/962964-desorientacion-vocacional 23/02/15)

Los intereses de los padres, las exigencias de las universidades y las dificultades para entender ciertas materias provocan en los jóvenes una crisis vocacional al momento de elegir su profesión

Preguntarse a uno mismo si estamos conformes con nuestra decisión, si somos felices, si volveríamos a tomar esa decisión y si estamos convencidos de poder hacer un aporte en la materia, son útiles para poder determinar si la elección de tu carrera ha sido la correcta o si, por el contrario, ha sido la equivocada.

Elegir qué carrera hacer a la salida del secundario es una de las decision es más difíciles de tomar en la juventud. Por esto, miles de jóvenes sufren crisis vocacionales. Éstos se sienten tensionados por la lucha, muchas veces, entre sus intereses y gustos y los de sus padres o familiares.

La universidad implica un coste económico importante y los universitarios temen que, al equivocarse de carrera, la que elijan tenga socialmente un menor estatus que la anterior. Esto preocupa a los padres y genera tensión en quienes toman la decisión. Por esto, recomiendan a los adolescentes hablarlo con serenidad con quienes solventan sus estudios.

Además, los jóvenes al ingresar a la universidad y elegir su profesión muchas veces se apresuran debido a su falta de experiencia, inseguridades respecto a su personas, sus destrezas y habilidades.

Y sumado a la escasez de fortaleza del estudiante, muchas veces existe la falta de información y orientación de las instituciones que ofrecen un sinnúmero de carreras pero no informan correctamente sobre ellas.

A su vez, muchas veces las instituciones exigen determinados puntajes o pruebas que, de antemano, el alumno prefiere evitar y elegir una carrera de menor exigencia.

Para resolver este embrollo, se aconseja a los estudiantes informarse sobre las opciones del mercado y mantener la calma y la confianza.

Quien sufre una crisis vocacional debe procurar pensar cuáles son sus habilidades y qué le gusta hacer y estudiar, para luego poder tomar una decisión.

(http://noticias.universia.es/en-portada/noticia/2012/04/17/923782/causas-crisis-vocacional.html 23/02/15)

Falta de orientación vocacional causa la deserción: Montero

19/05/2011

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