Drogas en adolescente

Periodo en el cual el adolescente entra en contacto con las drogas, ya sea por curiosidad o presionado por su grupo de pares.

Dentro del mundo juvenil, existe la idea de que el buscar nuevas experiencias y probar en nuevas vivencias, forma parte del proceso de ampliar los conocimientos. Es por ello que muchas veces el contacto con las drogas puede ser percibido por los adolescentes como algo normal, controlable, a veces hasta esperable y por sobretodo; sin mayores consecuencias para su salud.

Esta idea es fuertemente reforzada por los medios de comunicación, quienes proyectan en sus propagandas, la idea de grupos de jóvenes consumidores de alcohol y tabaco que a pesar de su consumo, gozan de una envidiable salud y estado físico. Quienes además, consumen en momentos de placer, alegría, festejo, diversión, entre amigos y sobretodo sin muestras de complicaciones o problemas. Uno de los elementos importantes de resaltar en esta etapa del consumo, es que mayoritariamente los primeros contactos con la droga son muy poco placenteros, mas bien desagradables e incluso traumáticos. Muchos jóvenes refieren irritación de los ojos, mareos y nauseas la primera vez que consumen marihuana o cigarrillo, acidez o vómitos al consumir alcohol). Por esta situación, la gran mayoría de los consumidores experimentales, dejan su consumo y solo unos pocos acceden al siguiente nivel, el del consumo ocasional (mas adelante desarrollado).

Sin embargo es importante reconocer lo difícil que es para los adolescentes el tomar en cuenta estas sensaciones de desagrado. Esto, por el contenido simbólico iniciativo que encierran estas primeras experiencias, otro elemento fuertemente explotado por los medios de comunicación, quienes crean en los adolescentes, la ilusión de pertenencia al mundo de los adultos, del placer, de lo prohibido a través del consumo de alcohol o tabaco. Además, como en todo rito iniciativo, en la mayoría de estas experiencias se encuentra presente alguien de mayor experiencia, quien muchas veces a facilitado la droga y además asegura que los efectos sentidos son normales y que pronto cesarán, a medida que la persona se acostumbre.

Si consideramos que el adolescente que vive esta experimentación, por razones obvias a su desarrollo, normalmente puede presentar; una identidad en construcción, una baja autoestima, conflictos en su familia y otros aspectos propios de su etapa que lo hacen necesitar pertenecer y ser validado por algún grupo social, comprenderemos con mayor facilidad la dificultad con la que se enfrenta todo adolescente que intenta negarse a la presión de sus grupos de pares, para que forme parte de la gran experiencia que significa el experimentar con drogas.

CONSUMO OCACIONAL.

Etapa de consumo intermitente, cada vez que la droga este disponible, sin incurrir en gastos para obtenerla, pues siempre es otro el que comparte de la droga " el que auspicia". El adolescente ya conoce los efectos anímicos de la droga por lo tanto ya ha desarrollado el aprendizaje.

El consumo durante este periodo, rara vez supera al de una vez a la semana, generalmente en fines de semana, fiestas, encuentros y "carretes". En donde son invitados por amigos o conocidos. Por lo que no existe necesidad de gastar dinero para lograr experimentar las sensaciones anímicas buscadas en el consumo. Esta situación hace que los adolescentes desarrollen la falsa idea de que tienen el control sobre la situación de consumo y que por lo tanto consumen cuando quieren y lo dejan cuando quieren "ilusión de control".

Al igual que en la etapa anterior, solo una minoría de este grupo va a avanzar a al siguiente etapa, esto principalmente provocado por el desarrollo de un estado de adaptación orgánica que obliga al aumento de la dosis para poder obtener la sensación deseada, "tolerancia".

CONSUMO HABITUAL.

Etapa en la que el consumo ya forma parte de las actividades cotidianas del adolescente, por lo tanto surge la preocupación por abastecerse de una cantidad de droga para asegurar el consumo.

El adolescente comienza a invertir dinero y energías en pos del consumo. Situación que gatilla el cambio de grupos de amigos, quienes son considerados en la medida que le permiten acceder al consumo. Muchos de estos nuevos amigos son micro traficantes por lo que se desarrolla un proceso de vinculación con las redes propias de la cultura del consumo. En la familia comienzan a percibir cambios en la conducta del adolescente, irritable, melancólico y muy pronto se dan los primeros indicios de robos, los que le permiten abastecerse para el consumo.

Como se ha acrecentado el desarrollo de la tolerancia, el adolescente necesita consumir cada vez de en mayor cantidad o consumir drogas de mayor efecto "escalada". Esta situación produce serios cambios en su personalidad, lo que le acarrea conflictos en su familia, colegio y hasta en el ámbito

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