ESTILO Y CALIDAD DE VIDA
silvia20148 de Marzo de 2014
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TEMA 2. Comportamiento y salud
Subtema: Los estilos de vida y calidad de vida
Fuente: http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 90 - Noviembre de
2005
ESTILOS Y CALIDAD DE VIDA
José Ramón Gómez Puerto (jrgomez@cienciaydeporte.net; España), María Isabel Jurado
Rubio, Bernardo Hernán Viana Montaner, Marzo Edir Da Silva, Antonio Hernández Mendo.
Resumen
En la actualidad nadie duda que la actividad física y el ejercicio, realizados de forma moderada y
médicamente controlados, inciden de forma positiva sobre la salud y el estado de bienestar general de las
personas, ya que un hábito de vida físicamente activo conlleva estilos de vida saludables, alejados del
consumo de tóxicos y de los hábitos insanos.
Por otro lado, la socialización del estilo de vida puede ser considerada como un proceso por el cual las
personas adquieren los patrones de conductas y de hábitos que constituyen su estilo de vida, así como
las actitudes, los valores y las normas relacionadas con el mismo.
Actualmente, con los cambios económicos, políticos y sociales, la sociedad empieza a tomar en cuenta
que la calidad la hacen los seres humanos y no las máquinas. En los últimos años, se ha estado
gestando una transición de conciencia en lo anterior, debido al surgimiento de las nuevas teorías de
calidad total. Esto ha dado lugar a la aparición de ideas que proclaman que se comience a trabajar para
llegar a la Calidad de Vida de los individuos, pues de ésta dependen las otras calidades. La calidad de
vida es un concepto que va mas allá de lo físico pues implica valores y actitudes mentales. Su búsqueda
es una constante en la vida del hombre desde el comienzo de los tiempos.
Así mismo, la intervención en el ámbito de los estilos de vida saludables siempre ha estado
relacionado con el desarrollo de dos amplias disciplinas como son la Educación para la Salud y la
Promoción de la Salud que más que una disciplina es un planteamiento filosófico global sobre la salud y
la calidad de vida de las personas.
Palabras clave: Estilos de vida. Calidad de vida. Socialización. Educación para la salud. Promoción de
la salud. Actividad física.
I. Consideraciones generales
Es evidente y está reconocido por todo el mundo, médicos deportólogos, profesores de
educación física, monitores deportivos, psicólogos deportivos, instituciones, padres, madres, los
y las deportistas, etc., que la actividad física y el ejercicio inciden de forma positiva sobre las
personas, siendo considerados como una de las bases fundamentales para el buen estado de
salud. Su práctica regular y moderada produce de inmediato una mejora en el estado de
bienestar general del individuo.
Los beneficios pueden observarse tanto a nivel físico como psico-social, desde los niños y
niñas hasta los mayores, pasando por los jóvenes, los adultos, las mujeres y los discapacitados,
tanto sanos como enfermos, siendo aceptada su clara influencia y utilidad para curar y
rehabilitar enfermedades, para prevenirnos de muchas de ellas (enfermedades
cardiovasculares, metabólicas, osteoarticulares, neuroendocrinas, problemas mentales, cáncer
de colon y de mama, entre otras) y promocionar la salud, mejorando la cantidad y, sobre todo,
la calidad de vida (ORTEGA Y PUJOL, 1997)1.
Hay que tener en cuenta que el organismo está diseñado para moverse y realizar todo tipo de
actividades con los fines más diversos, entre los que se encuentra la propia subsistencia. El
ejercicio y la actividad física realizados de forma regular durante el periodo de crecimiento,
contribuyen clara y definitivamente al desarrollo armónico y equilibrado del niño y le aleja de la
enfermedad tanto en esta etapa de la vida como en la vida adulta.
Igualmente, un hábito de vida físicamente activo, conlleva estilos de vida saludables, alejados
del consumo de tóxicos (alcohol, tabaco, drogas, etc.), de hábitos insanos (malas costumbres
nutritivas, no respeto del ciclo sueño-vigilia,...) y del sedentarismo (toda falta de actividad física
se caracteriza por una disminución de la función y del rendimiento físico, así como por una
pérdida de la capacidad de adaptación y reorientación de los órganos).
Así mismo, es conocido que los beneficios de la actividad física se mantienen mientras se
realiza, es decir, que cuando se reduce o se deja de realizar se van perdiendo poco a poco
esos beneficios. No olvidemos que el ser humano está hecho para moverse y que lo contrario
significa ir en contra de lo que es natural y fisiológico para las personas.
Por otro lado, las dos conductas básicas, constantemente presentes a lo largo de toda la vida
de la persona, son la alimentación y la actividad física. Por eso, quizás sea por lo que esas
conductas cuentan con un mayor y más completo número de evidencias científicas que las ligan
y asocian con todo tipo de efectos positivos y negativos sobre la salud.
Así, la inactividad física se ha relacionado con numerosos problemas de salud, desde las
enfermedades cardiovasculares (angina de pecho, infarto agudo de miocardio, hipertensión
arterial, trombosis o embolias cerebrales, problemas circulatorios, etc.) hasta diversos tipos de
cáncer (colon, mama, etc.), pasando por problemas osteoarticulares (osteoporosis, artrosis,...),
problemas endocrino-metabólicos (diabetes, sobrepeso-obesidad, dislipemias), problemas
psicológicos (depresión, ansiedad, angustia, estrés,...) y ginecológicos, hasta las frecuentes
caídas de los ancianos que se sienten menos seguros. Mientras que la conducta opuesta se ha
relacionado con efectos positivos y beneficiosos sobre esas mismas patologías, así como con
una mayor longevidad y esperanza de vida.
En este sentido el auge del sedentarismo que se viene produciendo en las sociedades
avanzadas, constituye un verdadero problema para la salud pública. Los avances tecnológicos
de este siglo que conllevan un menor esfuerzo físico en la vida cotidiana (los medios de
transporte o la maquinaria industrial) han generado una reducción en la frecuencia e intensidad
con que las personas realizan actividad física a lo largo de su vida, lo que ha supuesto graves
repercusiones para su salud. Este estilo de vida sedentario se ha acentuado en las últimas
décadas del siglo XX y por ejemplo en nuestro país sólo un 39% de la población realizaba algún
tipo de ejercicio físico en 1995.
La inactividad física prolongada es un importante factor de riesgo, no sólo para las
enfermedades cardiovasculares. Cambiar estos hábitos sedentarios en las personas adultas
puede resultar difícil, por no decir imposible. Por ello, quizás sea más rentable y, sobre todo
más factible, educar en estilos de vida más saludables relacionados con la actividad física y en
contra del sedentarismo, durante la edad evolutiva de la persona.
Destacar que la obesidad en EE.UU., que ha recibido el calificativo de "una de las plagas del
siglo XXI", tiene un coste altísimo para la red de asistencia pública estadounidense (Medicare y
Medicaid: 39.000 millones de dólares). Los resultados de un estudio realizado en 2003 señalan
que el 65% de los estadounidenses tienen un sobrepeso excesivo.
De ahí que las instituciones relacionadas con el mantenimiento y promoción de la salud
vienen recomendando una ocupación del ocio más activa, adhiriéndose a hábitos de vida más
saludables por medio de la practica regular de algún tipo de actividad o ejercicio físico.
En relación a esta problemática los planteamientos educativos no pueden permanecer
impasibles. La LOGSE (1990) (Ley de Ordenación General del Sistema Educativo) manifiesta, a
través del "Diseño Curricular de Base", la preocupación general con especial relevancia en el
área de la Educación Física, por la influencia que puede ejercer para paliar el problema
planteado del sedentarismo. Y uno de sus temas está específicamente dedicado a la promoción
de la salud, con la denominación de Educación para la Salud, y entre los contenidos que
proponen se encuentra la "actividad física regular".
Por tanto, desde la perspectiva de la Educación para la Salud uno de los propósitos básicos
de la Educación Física es el desarrollo de actitudes positivas hacia el ejercicio físico, que
originen adhesión al mismo, tanto en el período escolar como en el futuro. Y para que esto sea
posible, ha de existir vinculación entre la actividad física curricular obligatoria y la extracurricular
libremente asumida.
II. Conceptos básicos
Aunque a simple vista muchos de los términos relacionados con la salud, el ejercicio físico, la
actividad física, el deporte, el sedentarismo, etc., puedan parecer similares y habitualmente
utilizados como sinónimos, lo cierto es que se hace necesario precisarlos conceptualmente, ya
que no poseen el mismo significado.
En primer lugar la SALUD: ¿ Qué es o qué se entiende por SALUD ? El concepto de Salud
es complejo y difícil de definir. Algunos autores
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