Ejercicio De Axioma De Multiplicación Resuelto
3 de Noviembre de 2013
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MODELOS DE INTERVENCIÓN CON HOMBRES QUE EJERCEN
VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA PAREJA. ANÁLISIS DE LOS
PRESUPUESTOS TÁCITOS Y RE-CONSIDERACIONES TEÓRICAS PARA
LA ELABORACIÓN DE UN MARCO INTERPRETATIVO Y DE
INTERVENCIÓN.
Autor: Álvaro Ponce Antezana
Filiación: Associació CONEXUS. Atenció, formació i investigación psicosocials.
E-mail contacto: alvaroponce@conexus.cat
RESUMEN:
El presente artículo constituye una reflexión crítica sobre algunos de los
principales modelos o enfoques de intervención con hombres que ejercen
violencia en la pareja y sus presupuestos teóricos tácitos. A partir de dicha
reflexión, se explicitarán y problematizarán las conceptualizaciones que éstos
hacen sobre: a) El problema de la violencia de género en la pareja, b) La
perspectiva desde la cual comprenden al ser humano y sus posibilidades de
cambio, c) El posicionamiento que tiene el terapeuta o facilitador de cambio y
d) La conceptualización que se hace acerca de dos temáticas teóricas la
identidad y el género. Finalmente se señalarán algunas conclusiones
relevantes en la confección de una perspectiva Constructiva (Constructivista-
Socioconstruccionista), de Género y centrada en las fortalezas y procesos
humanos, para la interpretación e intervención en esta problemática
psicosocial.
Keyword: Violencia, Género, Masculinidad, Identidad, Programas de
intervención con hombres.
INTRODUCCIÓN
La violencia de género en la pareja constituye una seria problemática
psicosocial definida como un tipo específico de violencia que padecen las
mujeres por el hecho de ser mujeres, tal como queda reflejado por la
Organización de las Naciones Unidas (UN Declaration on the Elimination of
Violence Against Women, 1993) y la Ley Integral 1/2004 de Medidas de
Protección Integral contra la Violencia de Género en España.
En España, esta problemática psicosocial presenta trágicas estadísticas, desde
2003 hasta la fecha, han ocurrido 533 asesinatos de mujeres a manos de sus
parejas o ex parejas1, y sólo en lo que va de mitad de 2011, se han producido
32 asesinatos de mujeres2. El número de denuncias por este delito en el año
2010 llegó a 134.105 denuncias3. De una macro-encuesta realizada en 20064
se deduce que existen al menos dos millones de hombres que ejercen algún
tipo de violencia contra sus (ex) parejas. Encuestas a nivel mundial, señalan
que entre el 10-70% de las mujeres informan haber sido físicamente atacadas
por una pareja masculina en algún momento de sus vidas (Heise, Ellsberg y
Gottemoeller, 1999 en Bott, Morrison & Ellsberg, 2005: 3).
Estos datos reflejan
la violencia de género en la pareja, constituye una grave problemática
psicosocial vigente y aún no superada en nuestra sociedad, a pesar de los
esfuerzos políticos, económicos, sociales, académicos y jurídicos que se han
desplegado. Paradojalmente, esta “realidad”, todavía resulta disonante en
tiempos de la sociedad de la información y de la globalización, con grandes
1
Datos
red
feminista:
www.redfeminista.org
2
Informe
sobre
víctimas
mortales
por
violencia
de
género
del
Ministerio
de
Sanidad,
Política
Social
e
Igualdad
del
5
de
julio
de
2011.
3
Observatorio
contra
la
violencia
de
género
doméstica,
poder
judicial,
2010
4
3era
Macro-‐encuesta
sobre
la
violencia
contra
la
mujer,
2006
avances en tecnología y desarrollo que parecen disimular o invisibilizar la
presencia de estas realidades de desigualdad entre hombres y mujeres, y a
enmarcar a estos problemas de inequidad, como algo del pasado. (Pujal y
García, 2010: 9)
Intervenir con hombres que perpetran esta violencia, es una tarea necesaria
dentro y fuera del sistema judicial, y su justificación se podría basar en parte en
estos datos. La creación de programas de intervención con hombres que
ejercen violencia de género contra sus parejas o ex -parejas son una de las
posibles medidas para combatir la violencia de género y, mejorar la seguridad y
el bienestar de las mujeres y de las hijas e hijos que la sufren.
Los primeros programas de intervención con hombres que maltratan fueron
creados en EEUU a finales de los años 70, con posterioridad a que el
movimiento feminista visibilizara la violencia contra las mujeres como problema
social, y se crearan los primeros servicios de apoyo para ellas (Mederos,
2002:2-8). El primer programa de intervención para perpetradores de violencia,
se creó en 1977 en Boston por un colectivo de hombres pro-feministas
(Emerge), que ofrecieron un trabajo grupal a hombres que ejercían violencia
con el fin de detener ésta. (Creazzo, 2009:22). En 1981, en Duluth, Minnesota,
se desarrolló el Domestic Abuse Intervention Project (DAIP), un modelo de
intervención con hombres agresores coordinado con el sistema judicial,
centrado en mejorar la seguridad de las víctimas y remarcar la responsabilidad
de los hombres. El “modelo Duluth”, se ha constituido en referencia mundial en
este tipo de intervenciones. (Råkil, Isdal & Rangul, 2009: 52-54; Lehmann &
Simmons, 2009: 5; Mederos, 2002:2-11). A mediados de los 80 los programas
se extendieron al resto de Norte América, a Europa, Australia y América Latina.
En España, las primeras experiencias en este tipo de intervenciones se
realizan en los 90 en el País Vasco.
La intervención con hombres que ejercen violencia contra sus (ex) parejas, aún
es una medida controvertida no exenta de detractores que critican cuestiones
como: a) la utilización de los recursos destinados a las víctimas para financiar
estos programas, b) la no encarcelación o castigo a perpetradores de violencia,
aplicándoles tratamientos. Señalando que éstos deben ser castigados para
demostrar a las víctimas que se les toma en serio c) Consideran las
intervenciones con los perpetradores, como poco válidas, al eximir de
responsabilidades a los agresores por razones de enfermedad mental o
psicopatología, d) interpretan a la baja los resultados de estudios sobre
efectividad que tienen los programas, señalando que estos son inefectivos.
Al margen de estas críticas, existen razones para desarrollar este tipo de
programas, tales como: a) las mujeres que han sufrido violencia piden estas
intervenciones con los agresores b) para responsabilizar a quienes perpetran la
violencia y erradicar ésta, c) mujeres que en situaciones de violencia no se
separan de sus parejas o muchas veces vuelven con quienes las agredían, d)
necesidad de intervenir con hombres que aunque se separan, repiten sus
patrones violentos con nuevas parejas, e) romper la transmisión intergeneracional
de la violencia hacia los hijos e hijas expuestos a estos modelos
relacionales. Otro aspecto no menos importante de intervenir con hombres que
maltratan, es que la transformación de la identidad y la subjetividad de género
de las mujeres, si no va acompañada de un mínimo de recursos de trabajo para
transformar la masculinidad en los hombres que abusan, generará un aumento
aún mayor de la distancia subjetiva y social, y un extrañamiento crítico entre las
personas de género diferente, lo cual puede tener como efecto perverso la
exacerbación de la violencia de género en la convivencia social que se quiere
erradicar. Así, desde una perspectiva de género, entendemos a la violencia de
género, como una violencia que padecen mayoritariamente las mujeres por el
hecho de ser mujeres y que ejercen los hombres para hacerse hombres
(Geldschläger, Ginés & Ponce, en prensa), pero ante todo se comprenderá a
ésta como una praxis asentada en una lógica patriarcal-sexista, que dispone
las relaciones entre hombres y mujeres de manera tal, que causa daños y va
en detrimento de ambos. (Izquierdo, 2010:117-124).
Interrogarse acerca de los presupuestos teóricos tácitos que contienen los
programas de intervención con hombres perpetradores de violencia de género
en la pareja, constituye un esfuerzo por mejorar estas y consecuentemente sus
capacidades de transformación. Así nos preguntamos por: ¿Cuáles son los
presupuestos teóricos desde los que se está interviniendo?, y ¿De qué manera
tales presupuestos influyen en la interpretación de la problemática?
ENFOQUES DE INTERVENCIÓN CON HOMBRES QUE EJERCEN
VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL ÁMBITO DE LA PAREJA:
Existen cuatro tendencias o enfoques principales en la intervención con
hombres perpetradores de violencia en la pareja:
1) Enfoque Psicopatológico – Desorden de Personalidad: Esta perspectiva
sub-entiende que
...