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El Caballero De La Ramadura Oxidada


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2012  •  2.014 Palabras (9 Páginas)  •  311 Visitas

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EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA

Aunque este libro ya lo había leído antes, esta vez lo percibí diferente, me vi mucho más reflejada en él y logre ver los cambios que con el tiempo he logrado en mi persona, pues en algún momento de mi vida y no sé bien si ahora lo sigo haciendo pero realice lo mismo que el caballero, buscar ser la persona perfecta, ayudar a las personas aunque ellas en ocasiones no lo pedían, escuchar comentarios lindos de mi que en ocasiones eran falsos, era una máscara o armadura que utilizaba para ser aceptada por la sociedad, y aunque me daba cuenta que eso no estaba bien y que solo me hacia dejar de disfrutar lo bonito que me regalaba la vida por guardar una apariencia, no hacía nada para cambiar.

Aunque presumía de ser directa y decir las cosas como pensaba, nunca la hacía, solo decía a las personas lo que sabía que querían escuchar, nunca me mostraba ante al mundo como era, por miedo al rechazo y por ego, pues me gustaba que me alagaran que me pensaran como una persona madura, respetable, recta, casi perfecta, y en ocasiones llegue a creerlo, me creí mi propia mentira. Todo esto solo me llenaba de frustración, pues acumulaba sentimientos reprimidos, por ello todo el tiempo estaba de malas, nada me salía bien, siempre tropezaba rompía o echaba a perder algo, en mi casa peleaba todo el tiempo con mi mama o hermanas, pues ellas nunca me dejaron de decir lo mal que estaba, la tontería que estaba haciendo, aunque yo nunca lo acepte y solo sentía que era un ataque.

Solía lastimar a las personas que quiero, pues me volví egoísta, solo mis logros, mi felicidad, mi dolor, tristeza etc., eran importantes, no podía ver mas allá, no podía entender a los demás, decía hacerlo pero en realidad no me importaba, esto provocaba que cuando alguien querido necesitaba realmente de mi, nunca obtuviera mi ayuda sincera, tenían las apariencias la ayuda disfrazada, nada sincero y notaba la tristeza que sentían al ver esto. Y aunque quería realmente ayudar, no podía, o cuando lo hacía me daba cuanta que solo era para que los demás hablaran bien de mí, no podía dejar de ser egocéntrica, ayudaba solo cuando me beneficiaba.

Pero lo que dice en el libro es real “Cuando el alumnos está preparado, el maestro aparece”, el cambio empieza cuando uno realmente lo quiere hacer, encuentras poco a poco las señales, las claves para cambiar, te topas con las personas que te pueden ayudar.

Vivía de apariencias, me sentía con el poder de juzgar a los demás, sin ver mas haya sin entender su situación. Creía que las cosas eran como yo las vivía, que todos tenían las mismas posibilites que yo, que yo siempre tenia la razón, que podía solucionar cualquier problema etc.

Entonces al igual que le sucedió al caballero, llego a mí la crisis, eso inesperado, las cosas que piensas que nunca te van a pasar, y que si te pasan sabrás como afrontarlo, pero la vida me sorprendió, me abrió los ojos, fue entonces cuando inicio el cambio.

Esta situación en la que me vi envuelta, logro abrirme los ojos, darme cuenta de que lo que yo creía que era real o correcto, en realidad no lo era. Con esto como la bebida del mago Merlín, empecé poco a poco a disfrutar las cosas, como vivía una crisis valore los pequeños buenos momentos que la vida me regalaba, comencé a aceptar lo que vivía y a disfrutarlo.

No fue fácil aceptar lo que vivía, en ocasiones lo reprochaba, quería seguir fingiendo perfección, pero me di cuenta que no es necesario ser perfecto en la vida, que el criticar a otros era simplemente mi manera de protegerme para hacer menos notorios mis defectos, “si subrayo los defectos de los demás, los míos no se notaran”.

No fue nada fácil pero con el tiempo descubrí que no necesitaba ser perfecta, que todos somos imperfectos y eso es lo divertido de la vida, lo que nos hace humanos, los que nos da pie a aprender. En el proceso seguí juzgando, señalando, pero ahora me doy cuenta que solo fue por logra ser aceptada en un lugar en un grupo social, por sentirme superior, de nuevo sentirme perfecta, pero observe que esto no me llevada a ningún lugar, que no era necesario que los demás supieran de las buenas obras que hacía, que no tenía que demostrarle al mundo lo buena y bondadosa que era para serlo, que era mejor ayudar sin esperar que los demás me lo aplaudieran, que el querer o necesitar que los demás se enteren no es más que una muestra de inseguridad. Cuando aprendes esto, cuando te das cuenta de tus defectos, empiezas abrir tu mente, aprendes a escuchar a los demás, a sentir lo que ellos sienten, a solidarizarte con los demás, a observar otros puntos de vista, otras opiniones, esto te abre el panorama, te enseña a ver cosas que antes ante tu egoísmo no podías ver, te muestra un nuevo mundo. Es entonces cuando ves tus limitaciones, cuando descubres que es imposible logra ayudar a otros, cuando ni siquiera tienes el poder de ayudarte a ti mismo, que el cambio empieza en uno.

Me vi reflejada en el caballero cuando duda de la paloma, pues solía hacer eso con frecuencia, creo que aún caigo en este error, dudo de las capacidades de los demás, creo que nadie es capaz de hacer las cosas, que solo yo puedo, pero las personas, la mayoría de las veces las que menos imaginas, te dan lecciones, te muestran de lo que son capaces, y esto me ha dado una lección de vida, al igual que el caballero me ha hecho arrepentirme, me abre día con día los ojos.

La parte final del capítulo el Sendero de la Verdad, me parece extraordinaria, puesto que

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