El Cuerto Amarillo

Esta historia trata de un intento de asesinato contra Mathilde Stangerson, hija del científico Stangerson. Ella duerme siempre en un cuarto pintado de amarillo, al cual llama "El cuarto amarillo".

Cuando ella se va a dormir una noche, pone seguro a la puerta, y se encierra por completo. Poco después, se oyen gritos y disparos en su cuarto, lo cual hace que su padre se alarme, junto con su mayordomo. Los dos intentan abrir la puerta del dormitorio, pero no pueden. Cuando logran abrir la puerta, aparece Mathilde, sangrando y con un golpe en la sien, tirada en el suelo, pero no se encuentra al culpable en el cuarto. Las ventanas están cerradas por dentro, y no hay ningún lugar por el cual el culpable pudiera haber escapado.

Encuentran una pistola dentro del cuarto y un disparo hecho con ésta. La policía descubre que es propiedad del Tío Jacques. Cuando Mathilde se recupera, declara que ella fue quien tomó la pistola y la llevó a su cuarto, pero se niega a decir por qué.

El señor Stangerson llama a Joseph Rouletabille para resolver el caso, pero la policía contrata, por su parte, a Federico Larsan, uno de los mejores detectives de Inglaterra.

Conforme van pasando los días, Matilde se va curando, pero una vez que se cura por completo, vuelve a ser atacada por el culpable. "El hombre verde" salió en la escena y fue perseguido por Rouletabille y éste le dispara. Al caer, se dan cuenta de que el "hombre verde" había sido víctima de un puñal en el corazón.

Joseph Rouletabille argumenta que tendrá que ir a América, por que aún no sabe bien quién es el culpable.

Se inicia el juicio de Robert Darzac (el prometido de Matilde), ya que había muchas pruebas en su contra, como un sombrero y huellas de botas. Luego de interrogar a Darzac en vano aparece Joseph Rouletabille en la escena. Al pasar a declarar, dice que no podrá decir quien es el culpable hasta las seis y cuarto.

Rouletabille explica que el atentado contra Matilde no ocurrió esa noche, sino en la tarde. Ella había escondido todas las pruebas, para no preocupar a su padre. Pero a la noche tuvo una pesadilla, se golpeó contra la mesita de luz (por eso el corte en la sien) y el arma se disparó.

Después de varias horas, Rouletabille explica que Frederic Larsan, el detective, es el culpable, puesto que él amaba a Matilde, y al ver que Matilde lo rechazo, Larsan se puso furioso e intento asesinarla. Frederic Larsan es en realidad Ballmeyer, un famoso criminal.

Rouletabille explica que había dejado escapar a Larsan desde hacía más de tres horas. Cuando la policía le pregunta por qué, responde que él sólo sirve a la justicia a su modo y no encarcela hombres.

Después del juicio, Rouletabille le explica a su amigo por que había partido a America, que, a parte de ir para descubrir la otra mitad del asesino, había ido para descubrir la historia entre la señorita

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