El Guatemalteco En Guatemala

Guatemala es el país de las contradicciones, ya que cuenta con 108,889 km cuadrados de diversidad: cultural, étnica, lingüística, religiosa, que aporta gran riqueza humanística, pero que al mismo tiempo es esta misma diversidad la que confronta al país ya que los seres humanos aun no hemos logrado lidiar con la tarea de aceptar lo que es diferente a nosotros.

Es sabido que Guatemala ha sido afectada en su carácter social por 35 años de conflicto armado, lo cual dejó 150, 000 victimas humanas, “casualmente” esta cifra es equiparable con datos estadísticos recientes, ya que en los últimos cinco años han muerto aproximadamente 150,000 niños victimas de la pobreza, factor insidioso en todo su sentido conceptual.

Pobreza que es el producto de la dinámica social que ha marcado la mente del guatemalteco, ya que el objetivo primordial del más fuerte a través nuestra historia ha sido la obtención del poder, sobre aquellos que se ven, piensan y sienten diferente. Al mismo tiempo se ha utilizado al guatemalteco contra si mismo, lo cual determina de manera importante su autoestima, autovalía y por lo tanto su capacidad productiva.

Aun sobre las bases de que desde 1982 caminamos sobre un proyecto democratizador, se sabe que fue en la misma fecha que se iniciaron campañas anti-guerrilla, en las cuales se cometieron masacres y operaciones llamadas de “tierra arrasada” contra la población civil, con el objetivo de quitarle el agua al pez, en otras palabras de restarle base social al movimiento revolucionario, sin embargo se manejaron también mandatos ambivalentes ya que paradójicamente también los militares comenzaron a hablar de apertura democrática y de retorno a la institucionalidad.

Probablemente a consecuencia de la pérdida de su credibilidad, el comando militar proponía compartir su poder con un sector político nuevo, sin embargo esto seria una fachada de democracia moderna, pero los militares seguirían siendo el poder tras el trono.

Esto socaba aun más al guatemalteco como ente pensante, físico, emocional y espiritual, ya que flota en el ambiente la idea de que aun con la bandera democrática, sus pensamientos emociones e ilusiones se ven empañadas con la figura de poder y autoridad que ahoga sus más firmes deseos.

Si hablamos de Derechos Humanos es interesante destacar que desde 1985 están regulados constitucionalmente, divididos a su vez en derechos individuales y sociales, los primeros contemplados en los artículos del 3 al 46 y los segundos del 47 al 117, sin embargo en poco son tomados en cuenta ya que se desconfía de la eficacia de la justicia en aras de un bien común.

Como muestra de lo anteriormente expuesto, los reportes obtenidos de denuncias de violaciones a los derechos de los niños del año 1991 a 1994 destacan todo tipo de violaciones tanto de índole sexual, moral, física hasta la expropiación de la vida misma de los menores de este país.

Increíblemente todos estos hechos perpetrados por los mismos hombres y mujeres que les han dado la vida, así como de la autoridad que ha sido entrenada y designada para guardar la seguridad de la nación.

Podríamos evidenciar a este patrón de conducta como un patrón que se ha transmitido de generación en generación y que muchas respuestas violentas por parte de los padres se debe a la ignorancia de otra forma de corrección y de formación, ya que es lo que han hecho con el guatemalteco desde el tiempo de la conquista.

Comenzamos la historia de figura de poder

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