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El Hombre En Busca De Sentido


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2014  •  1.294 Palabras (6 Páginas)  •  144 Visitas

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23-09-14

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO

Esta historia es narrada por el Dr. Frankl, psiquiatra y escritor, el cual nos describe cómo fue su vida en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, así mismo fue como descubrió la logoterapia. Incluso nos dice cuál fue su número de prisionero n.° 119.104. Como el Dr. Frankl nos lo dice su historia no trata de héroes de personas pues importantes sino de personas comunes que sufrieron de maltratos día con día.

Su historia nos explica que los años que paso en el campo de concentración fueron bastante duros los “capos” encargados de cuidar los barracones eran incluso más duros que los hombres de la SS, pues estos “capos” eran elegidos de entre los prisioneros que se veían de una carácter más rudo y si estos no cumplían con los requerimientos se les destituía de su cargo. Hubo ocasiones en las que les anunciaban que les asignaría a otros campos de concentración cuando la realidad era que irían a la cámara de gas, pues los elegidos eran los prisioneros más enfermos e incapaces de trabajar. Lamentablemente al salvarse un hombre de ir a la cámara de gas otro iba en su lugar. Cada vez que los trasladaban no importaba quienes fueran solo importaba la cantidad de personas que les asignaban en cada lista para trasladar pues solo era un número más quien fuese que eligieran. Al llegar al campo en Auschwitz, les fueron retiradas todas sus pertenencias esto le permitía a cada prisionero elegir el nombre y la profesión falsos que ellos quisieran y en realidad muchos lo hacían. Esto a las autoridades no les importaba pues solo les interesaba una cosa el número de prisionero incluso estos números muchas veces se les tatuaron en la piel y también tenían que llevarlos en la ropa ya fuera en el pantalón o alguna otra prenda. Lo único que tenían en mente los prisioneros era su familia el volver a verlos y estar con ellos en casa donde los estarían esperando. Los “capos” fueron elegidos por su brutalidad, porque estuvieran dispuestos a todo con tal de sobrevivir a todo lo que se les afrontara, así fuese honesto o deshonesto. Él Dr. Frankl no estuvo ahí como un médico o como psiquiatra, solo fue un prisionero más.

En la llegada a la estación Auschwitz, el Dr. Frankl se sentía asustado si así lo puedo llamar pues lo invadía el suspenso y la curiosidad de no saber lo que le esperaría ahí dentro pues al entrar al campo de concentración, con todos los prisioneros se hicieron dos filas, una de hombres y una de mujeres, el encargado hacia una seña con su mano ya sea a la derecha o a la izquierda, ninguno de los prisioneros sabía lo que esto significaba, solo suponían que hacia la derecha era para trabajos forzados y a la izquierda para los prisioneros enfermos y sin la fuerza para trabajar. Pero más tarde surgió la dura verdad, pues un antiguo prisionero les dijo lo que sucede a los que llevan a su izquierda pues son llevados a la cámara de gas, haciéndolos creer que es el “baño” pues al estar en la puerta les es entregada una pastilla de jabón, lo que sucede pues como lo relata el Dr. Frankl no es necesario mencionarlo. A los demás prisioneros los llevaron una habitación, donde los despojaron de sus vestiduras y todas sus pertenencias, para que dejaran sin bello alguno todo su cuerpo de la cabeza a los pies y solo les quedo esperar para darse un baño, después del baño no tuvieron más que vestirse con harapos sucios, zapatos rotos y viejos que les dieron a cambio de los que traían.

A partir de entonces se iba perdiendo la esperanza de salir de ese lugar donde se desencadenaría tanto sufrimiento, maltrato y dolor, cada vez algunos de los prisioneros

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